José Carlos Manuel Valenzuela Feijóo (1940-2023): revolucionario y erudito
Oscar Mañán
El tiempo,al final de los claveles,siempre es la muerte que nos llama (JVF)[1]
El 12 de mayo, pasadas las 18 horas del sur, un amigo me comunicaba el fallecimiento de Pepe Valenzuela (JVF), un militante e intelectual nacido en Chile, exilado en México, comprometido profundamente con las luchas de la Patria Grande latinoamericana.
Militante, de las causas justas, de los sueños socialistas, luchador por la vida y la dignidad de los más jodidos. Exilado, creo que no dejó nunca de serlo, al respecto escribía: “El [exiliado] escribe, escribe cartas. Días tras día, veinte años lleva en ello, pero no conoce el correo, no conoce direcciones, tampoco nombres…” (JVF, 2006. Exiliado.Caminar por el tiempo (p.84). México: Ed. Letras).
Un intelectual orgánico al decir Gramsci, que supo avanzar en los legados del materialismo histórico como pocos, con desarrollos propios originalesen la teoría marxista para dar cuenta de los derroteros del capitalismo contemporáneo. Su obra habla por sí sola, desde el profundo análisis del capitalismo mexicano, a la caracterización de los patrones de acumulación en América Latina y sus múltiples dimensiones que exceden en mucho a los límites de la moderna “ciencia económica”.
Sus análisis críticos sobre las actuales crisis del capitalismo central y la caracterización de la “degeneración” neoliberal y sus límites, son una lúcida fundamentación sobre la necesidad de las luchas por el socialismo. Sus desarrollos teóricos y sus análisis políticos fueron interdisciplinarios y, fundamentalmente pensados como herramientas para la lucha de los trabajadores y para enfrentar los desafíos delHombre Nuevo. Calza los puntos de un Compañero según las exigencias del Che “era capaz de temblar de indignación ante la injusticia”.
Se fue un exponente irremplazable de la Economía Política latinoamericana, y un militante imprescindible de la izquierda continental; quedan sus trabajos, su ejemplo, las memorias de todos los que compartimos tantos y tantos momentos valiosos.
Era un exquisito para preparar banquetes en su casa, disfrutaba de una buena comida y unbuen vino; y las sobremesas en su casa, fueron las mejores cátedras a lasque he asistido. Su casa fue un lugar de encuentro para latinoamericanos que vivían o pasaban por Copilco, allí se debatía de economía, de política o se compartía la diversidad de la literatura latinoamericana.Amaba tambiéntoda buena literatura, llana y sincera, campo donde también incursionó, e incluso se atrevió a la poesía.
Era enemigo de los halagos y de los reconocimientos,seguro no le gustaría leer lo que escribo, pero egoístamente estas notas son para nosotros sus amigos y compañeros. Reconocer a un maestro es, de alguna manera reconocernos, para encontrar los caminos del legado.
En Venezuela
José Félix Rivas Alvarado recuerda que el profesor Valenzuela Feijóo “estuvo en Venezuela varias veces, invitado por el Banco Central de Venezuela, cuando se nos ocurrió aquello de las Jornadas de Economía Política Latinoamericana. Desde este punto focal apoyó la investigación y la docencia en la Escuela Venezolana de Planificación, la Universidad Bolivariana de Venezuela y la Universidad Latinoamericana y del Caribe (ULAC) y organizaciones populares que se habían gestado en nuestro proceso bolivariano”.
“Con un marxismo crítico que podía utilizar las estadísticas disponibles para hacer análisis economico que le disputara la hegemonía a la macroeconomía convencional y a la teoría del crecimiento neoclásica. El BCV, le publicó un libro. Dejó una huella imborrable, era un crítico implacable, sin dar concesiones, un impertinente muy pertinente (como una vez le dije) pero sin pasar a la otra orilla de los conversos. Terminó siendo un gran amigo, por que el que sentimos penas pero también satisfacción por encontrarnos en este camino”, añade.
Nota
[1]JVF, 2006. Hipótesis. Caminar por el tiempo (p.22). México: ed. Letras).