Ecologistas en acción
La COP28 se celebrará en Dubai, entre los días 30 de noviembre y 12 de diciembre, tras unos meses de turbulencias bélicas, económicas, climáticas y energéticas, que muestran más que nunca la necesidad de acelerar la lucha climática. Un encuentro internacional precedido por el rechazo de las organizaciones de la sociedad civil de la elección del Dr. Sultan Al-Jaber, Ministro de Tecnología e Innovación de los Emiratos Árabes Unidos y CEO de la Compañía Nacional de Petróleo de Abu Dhabi, como presidente de la Cumbre del Clima.
En este contexto, Ecologistas en Acción acudirá a la cita anual con un objetivo claro: señalar que la enorme dependencia a los combustibles fósiles de las economías ha puesto y sigue poniendo el planeta y el futuro en riesgo.
La organización ecologista se desplaza a Dubai también para señalar que las décadas de retraso en los compromisos ya están afectando a millones de personas y comunidades. y 2023 ha vuelto a mostrar que el clima del planeta es cada año más cálido, generando hambrunas debido a la sequía en el cuerno de África o inundaciones en países como Pakistán, Nigeria o Australia. Más de 3.000 millones de personas viven en lugares altamente vulnerables al cambio climático, lo que hace que tengan enormes necesidades en materia de adaptación, pérdidas y daños.
El Estado español no es ajeno a esta situación. Se trata de uno de los territorios más afectados del entorno europeo. La extrema ola de calor continuada durante el verano, la sequía o las lluvias torrenciales por todo el territorio son una muestra clara de la enorme vulnerabilidad de los ecosistemas al calentamiento global.
En las cumbres Glasgow y Sharm el-Sheij la comunidad internacional fue incapaz de alcanzar objetivos: ni cifras ni plazos, cerrándose ante la promesa de los países de abordar mayores compromisos en materia de mitigación financiación. La creciente desconfianza entre los países mostrada en la cumbre entre sesiones en Bonn, que se suma la nueva situación geopolítica o la crisis energética,hacen prever nuevas tensiones y dificultades en la COP28. Todo ello se analiza en el reciente informe publicado por Ecologistas en Acción “COP28: Intereses fósiles, desconfianza entre países y lucha por la hegemonía mundial”, cuyas conclusiones se recogen a continuación.
Resultados esperados en las negociaciones
La COP28 tiene como gran tarea terminar el diálogo sobre el Balance Global o Global Stocktake (GST por sus siglas en inglés). Este diálogo fue la herramienta de la que se dotaron los países para incrementar las insuficientes medidas de reducción de las emisiones, adaptación y financiación que recogen los compromisos de los países. Estos están recogidos en un documento conocido como Compromisos Nacionales de Reducción (o NDC por sus siglas en inglés), que deberán actualizarse en 2025 para corregir una insuficiente ambición climática que lleva a un incremento de la temperatura global muy superior a los 3 ºC. Por ello, se espera que la cumbre sea capaz de recoger las conclusiones de este diálogo y lo transforme en obligaciones a incorporar en los próximos NDC.
Este incremento de la ambición solo será posible si se atienden otras demandas pendientes en financiación, así como en la creación efectiva de un fondo de pérdida y daños. Cabe señalar que los países del Norte global siguen siendo incapaces de proveer con garantías los 100.000 millones de dólares anuales comprometidos desde hace años, mientras en sus declaraciones siguen señalando la financiación de las empresas privadas y obvian su obligación de aplicar el principio de “quien contamina, paga”.
Ecologistas en Acción considera que esta debe ser una cumbre que dé respuestas vinculantes y efectivas para poner una fecha de fin a la extracción de todos los combustibles fósiles y dotar de capacidades a los países que ya sufren las consecuencias de la emergencia climática. La justicia climática, la protección de los derechos humanos y la necesidad de impedir pasos atrás en la protección del planeta deben ser la prioridad de las negociaciones.
El Estado español, que al ejercer las labores de presidencia de la UE representará y mediará las negociaciones climáticas en nombre de los países de la unión, debe trabajar en la Cumbre del Clima para lograr acuerdos inmediatos y suficientes. Las principales demandas ecologistas al Gobierno de España y a la UE se concretan en cuatro puntos:
1. La COP28 tiene que ser capaz de poner una fecha de fin a todos los combustibles fósiles.
La declaración recogida en la cumbre de Glasgow de terminar únicamente a los combustibles fósiles más ineficientes no es suficiente. Como muestra el Informe sobre la Brecha de Producción 2023 del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, las previsiones de incremento de la extracción de combustibles fósiles en las próximas décadas son el doble de las compatibles con el Acuerdo de París. Por ello, es necesario que tanto en las conclusiones del GST como en otras decisiones finales se ponga una fecha de fin de la extracción de fósiles antes de mediados de siglo. También se deben fijar compromisos concretos y sectoriales para ello. El establecimiento de un régimen de incompatibilidades capaz de frenar la permeabilidad de estas cumbres a los intereses de las grandes empresas contaminantes es una medida fundamental para evitar la captura corporativa y el lavado verde en la lucha climática.
2. La COP28 tiene que acelerar y forzar el cumplimiento de los objetivos de reducción de las emisiones marcados por el IPCC.
Esta cumbre es la oportunidad para implantar obligaciones adicionales, vinculantes y sectorializadas con las que reducir en 2030 las emisiones actuales a la mitad. Debe garantizar resultados en materia del proceso de revisión de los compromisos (Global Stocktake o GST) y avanzar en el plan de trabajo sobre mitigación (Mitigation Work Programme o MWP). La cumbre tiene que reafirmar la decisión de presentar nuevos objetivos en ciclos de, como máximo, cinco años, mientras incluye mayores objetivos en la sustitución de energías renovables, en la mejora de los programas nacionales de adaptación y en la inclusión de obligaciones de financiación de acuerdo con la diferente responsabilidad climática de los países. En ese sentido, triplicar las renovables a nivel mundial en 2030 es una medida que debe avanzar paralela a la protección de los ecosistemas y las comunidades. Por el contrario, la acaparación de estas tecnologías en manos de las grandes corporaciones mundiales y de los países con mayor capacidad solo redundaría en incrementar los problemas de acceso a estas tecnologías para las personas, especialmente para las comunidades del Sur global. Hay que concretar objetivos concretos de protección de la biodiversidad, así como de transferencia de capacidades y tecnologías, para que las comunidades más vulnerables puedan optar por reducir las desigualdades a través de modelos de desarrollo alejado de los combustibles fósiles.
3. La COP28 debe dar un paso significativo en la dotación de financiación y la creación de un nuevo objetivo global en materia de adaptación.
La cumbre de Glasgow se cerró con el compromiso de muchos países de doblar la financiación en materia de adaptación y dotar de recursos económicos adicionales, compromisos que aún no se han cumplido. Para Ecologistas en Acción será imposible alcanzar acuerdos sin que los países del Norte global sean capaces de garantizar mayores transferencias económicas, tecnológicas y de conocimiento. Es necesario garantizar que sean suficientes para cubrir el coste de los daños ya provocados mayoritariamente por el Norte global.
Esto debe traducirse en un proceso transparente y vinculante que haga reales las promesas de doblar la financiación y avanzar en un nuevo objetivo global, que sea suficiente para enfrentar las consecuencias de la emergencia climática. El objetivo global para la adaptación tiene que ser un punto permanente de la agenda, priorizar las soluciones basadas en las comunidades más afectadas y definirse y desarrollarse en las conclusiones del programa de Glasgow y Sharm el-Sheij.
Del mismo modo, la COP28 no puede dilatar más una respuesta suficiente a las pérdidas y los daños. Este encuentro debe concluir con una respuesta a la altura de las demandas de muchos países del Sur global, que exigen avanzar más rápido en un mecanismo de pérdidas y daños, que tenga a las poblaciones más vulnerables en el centro de la toma de decisiones.
4. La COP28 debe reforzar la protección de los derechos humanos y de los ecosistemas como parte central de la agenda climática.
El mundo fósil ha generado y sigue generando vulneraciones de derechos y, con ello, el crecimiento del autoritarismo y la persecución de espacios de encuentro de la sociedad civil. La eliminación de los combustibles fósiles debe producirse en sinergia con la protección, la restauración y la mejora de la gestión de los ecosistemas desde un enfoque basado en los derechos humanos. Las guerras, las violaciones de derechos humanos o los bombardeos a la sociedad civil, como el que está sucediendo en Gaza y en muchos otros lugares, provocan muertes, incrementan la desigualdad y provocan un enorme deterior planetario. Esta cumbre es el escenario para continuar exigiendo la plena protección de los derechos humanos. No habrá justicia climática sin derechos humanos.