El gigantesco casino de la economía mundial
Teyuné Díaz Díaz
En entrevista con Prensa Latina, el también profesor e investigador del Centro de Investigaciones de la Economía Mundial (CIEM) explicó que estamos inmersos en la mayor crisis del capitalismo desde 1929, conocida como la Gran Depresión. Desde hace más de 40 años, abundó, la economía del orbe se encuentra en un proceso de transformaciones y en ello resaltan tres aspectos fundamentales: la globalización económica; la política neoliberal aplicada a lo largo de esas cuatro décadas; y el proceso de financierización (predominio de la esfera financiera sobre la economía real).
Cobarrubia subrayó que la globalización, asistida por la política neoliberal de apertura y liberalización comercial acercó a las economías, procesos acompañados, además, por la revolución en los medios de transporte y de comunicación; y todo ello en su conjunto redujo el espacio geográfico. Sin embargo, esta conexión permitió la propagación de las crisis, eventos que anteriormente se transmitían espaciados en el tiempo ahora prácticamente se reflejan al instante en otros países porque “los mercados están conectados en tiempo real y al mismo tiempo”, enfatizó.
Conjuntamente con ese proceso, continuó, ocurrió un cambio en términos sectoriales, el sector financiero al generar mayor ganancia pasó a dominar sobre la esfera de bienes y servicios. El capitalismo funciona sobre la base de la obtención de beneficios, remarcó, porque por un lado produce riqueza y, por el otro, pobreza y ese creciente polo desfavorecido estrangula la demanda, pues son cada vez menos las personas en condiciones de demandar.
Entonces, para amortiguar ese decrecimiento en las ganancias el capitalismo se trasladó de la esfera productiva hacia la financiera y comenzó a especular con papeles, y en ese momento la economía mundial se convirtió en un gigantesco casino, aseveró.
El casino, de burbuja en burbuja
“La hegemonía del capital financiero ocasiona con más frecuencia burbujas financieras, porque al especular sobre el valor de papeles no asentados sobre una base real, el valor de esos papeles que usted intercambia se asientan en la creencia del valor que esos papeles tienen”, explicó Cobarrubia en una especie de trabalenguas. Ahí se forman las burbujas financieras, globos que en algún momento explotan pues las cosas no tienen un precio real, sino artificial y al contraerse su valor todos pierden los bancos dejan de prestar, y las personas de consumir.
Otro elemento de la financierización es el capital golondrina, aquel asentado temporalmente en los bancos en busca de mejores tasas de interés, pero no de asentarse en la esfera productiva, y por tanto no se puede utilizar para el desarrollo de ningún proyecto realmente estratégico. Ello propicia o favorece el capital especulativo, de ahí que surjan tantas crisis pues el país que acogió ese dinero puede quedar descapitalizado o con un problema de tasa de cambio, explicó.
Sobre la crisis financiera del 2007-2008, Cobarrubia aseveró que tiene una peculiaridad, no sucedió en los países periféricos sino justamente en el corazón de la economía mundial, Estados Unidos. Desde el centro del sistema capitalista se expandió a todo el orbe y se convirtió en la primera gran crisis desde 1975.
Conocida como la famosa burbuja inmobiliaria, dijo, su impacto alcanzó principalmente a los países desarrollados. Sin embargo, no se reflejó en las naciones subdesarrolladas como en otras oportunidades, lo cual probó la vaciedad de la frase que cuando Estados Unidos estornudaba, América Latina cogía gripe.
En cambio la región continuó creciendo, incluso algunos investigadores opinaron que la región latinoamericana encontró la fórmula para aislarse de la nación del norte, reflexionó el experto.
Pero el milagro no estaba ahí, enfatizó, sino en China quien pasó a ser un importante comprador de materias primas, de esta forma el gigante asiático funcionó como un amortiguador al ser un gran consumidor de las “comodities” y evitó la contracción de los precios, paradójicamente América Latina y África continuaron creciendo. En opinión del investigador al ocurrir esta crisis sistémica -económica y financiera- en el centro del capitalismo, se relaciona con una pérdida relativa de la hegemonía de Estados Unidos al surgir un nuevo un actor.
Solo a partir del 2010 comenzó la recuperación -la más débil desde los años 1930- aunque muchas economías capitalistas aun no alcanzan los niveles previos a la crisis, incluso hay autores que refieren que estamos en presencia de una larga depresión, acotó. Por si fuera poco, se sumaron la pandemia de la Covid-19, el conflicto ucraniano y una persistente inflación y todos contribuyen a agudizar la larga depresión global, y lo peor es que el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial ya advirtieron que nos espera la aparición del fenómeno de la estanflación, explicó.
* Periodista de la redacción de Economía de Prensa Latina