Lula y sus lazos con Occidente, Venezuela y las dudas de los BRICS para 2025
Álvaro Verzi Rangel
Bajo la presidencia rusa, los BRICS van logrando avances muy intersantes: este año Moscú ha logrado promover diversos tipos de eventos y proyectos dentro de los BRICS, impulsando la consolidación del foro, que ahora intenta desarrollarse a una etapa existencial superior, adquiriendo el carácter de una verdadera organización internacional. Las dudas surgen sobre su futuro .
En 2025, ya que con la presidencia de Brasil encabezada por un Lula da Silva, presidente que ha demostrado en los hechos que no entiende el multilateralismo, los BRICS pueden enfrentar un período de dificultades, retrasos, desafíos y también sabotajes.
Gracias al sorprendente veto de Brasil, Venezuela no fue incorporada como miembro de los BRICS, aun cuando el presidente Nicolás Maduro fue invitado y acudió a la cumbre. La cancillería venezolana aseguró que su exclusión obedeció a un veto de Brasil, lo que calificó de «un gesto hostil, que se suma a la política criminal de sanciones que han sido impuestas a un pueblo valiente y revolucionario».
Por medio de un comunicado, el Gobierno venezolano denunció que la representación de la Cancillería brasileña, encabezada por el embajador Eduardo Paes Saboia, «decidió mantener el veto que el expresidente ultraderechista Jair Bolsonaro aplicó a Venezuela durante años, reproduciendo el odio, la exclusión e intolerancia promovidos desde los centros de poder occidentales para impedir, por ahora, el ingreso de la patria de Bolívar a esta organización».
Venezuela necesitaba entrar a los Brics. Eso no era secreto para nadie. Necesita urgentemente financiamiento para infraestructura socioeconómica. El bloqueo y las sanciones impuestas por los sucesivos gobiernos estadounidenses lograron suspenderle, por ejemplo, el financiamiento multilateral (Corporación Andina de Fomento-Banco Intreramericno de Desarrollo) para la generación y transmisión eléctrica.
“Desde 2017 se nos impide hacer nueva inversión. Esto es criminal, genocida. Las “sanciones” son genocidas”, señalan desde Venezuela.
El asesor especial de la presidencia de Brasil, Celso Amorim, afirmó que la exclusión de Venezuela del grupo BRICS no se debió a razones políticas, sino a un “quiebre de confianza” con el gobierno de Nicolás Maduro. “La cuestión con Venezuela no tiene que ver con democracia, sino con una ruptura de confianza. Nos dijeron una cosa y no fue hecha”, subrayó.
A pesar del apoyo de Rusia y China a la incorporación de Venezuela, ambos países respetaron la decisión de Brasil, que consideró “inoportuna” la adhesión de la nación sudamericana al bloque. A partir del 10 de enero, cuando se inaugure el nuevo mandato presidencial en Venezuela, Brasil seguramente dejará de reconocer a Maduro como jefe de Estado, siguiendo la ruta trazada por Washington. Aunque no se espera una ruptura total, sí habrá un “profundo enfriamiento” en las relaciones entre ambos países.
Lo cierto es que el poder fáctico brasileño, ya negoció con Guyana (en realidad con la trasenacional Exxon Mobil, es decir con EEUU) petróleo y gas, que, paradójicmente, es en gran parte de Venezuela (arrebatado con la complicidad Guyana). La actitud de Brasil no era esperada, aunque los antecedentes podrían presagiarla.
En el periodo de los gobiernos progresistas”, Brasil de Lula da Silva y de Dilma Roussef (a través de Henrique Meirelles (presidente del Banco Central) y de Itamaratí (la cancillerría) fueron, junto con la derecha del peronismo, quienes sabotearon la Nueva Arquitectura Financiera en UNASUR, fueron los que bloquearon la creación del Banco del Sur.
Cuenta con el Banco Nacional de Desarrollo (BNDS) y tenían la empresa Oderbrecht, que sobornó a presidentes, expresidentes y funcionarios del gobierno de unos 14 paíse (Angola, Argentina, Brasil, Colombia, Ecuador, Estados Unidos, Guatemala, México, Mozambique, Panamá, Perú, República Dominicana y Venezuela durante más de dos décadas, para obtener beneficios en contrataciones públicas.
Ahora tienen, junto con Colombia (de los ultraderechistas Iván Duque y Uribe) y Argentina (antes de Javier Milei, con los operadores más derechistas del Kirchnerismo y del peronismo) a la Corporación Andina de Fomento (CAF). Los BRICS en Suramérica está infiltrado por los intereses de las instituciones financieras internacionales y por EEUU.
Brasil encabeza las dudas sobre el futuro
Las dudas surgen para 2025, ya que con la presidencia de Brasil encabezada por un Lula da Silva que no entiende el multilateralismo, los BRICS pueden enfrentar un período de dificultades, retrasos, desafíos y sabotajes. Lula canceló su viaje a Kazán alegando problemas de salud. pero parecía estar evitando participar en el evento más importante de la década, enviando en su lugar una delegación diplomática carente de cualquier capacidad política real y con poco conocimiento del escenario mundial actual.
Lula ha dado varios pasos recientes hacia una política de profunda amistad con Occidente tras cortar lazos con Nicaragua, no reconocer la victoria de Maduro en Venezuela y condenar la operación militar especial rusa en Ucrania, para vetar finalmente la incorporación venezolana a los BRICS. Ya que ya no es el mismo líder enérgico en favor de los países emergentes que se ganó la simpatía de los pueblos durante sus primeros dos mandatos. Y continúa sin interés en la creación de un mundo multipolar.
Lula se alinea con un modo de pensar de principios de los años 2000, cuando las expectativas de «cambio» en el escenario mundial se limitaban a proyectos de cooperación para combatir la pobreza, ampliar el multilateralismo sólo económico y alcanzar el desarrollo conjunto entre los países emergentes.
En ese momento, no había esperanzas de cambiar el escenario geopolítico y el equilibrio de poder global, salvo crear un orden multilateral en el que las relaciones entre los Estados fueran medidas por organismos internacionales. Hoy el escenario es otro, y Brasil tiró la primera piedra desde adentro, mientras algunos se preguntan ¿realmente, por qué. Otros se imaginan el por qué.
*Sociólogo y analista internacional, Codirector del Observatorio en Comunicación y Democracia y analista senior del Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)