Informe Draghi: fracaso del libre mercado y el imperativo de la intervención estatal en Europa
Juan Laborda
Hace unos días se presentó el Informe Draghi, el documento que ha capitaneado el expresidente del Banco Central Europeo, tras recibir hace un año el encargo de la Comisión Europea, de hacer un diagnóstico sobre los males que azotan a la economía de la Unión Europea. Bajo la rúbrica The Future of European Competitiveness, el documento aborda la competitividad de Europa en un contexto de cambio global. El texto comienza destacando cómo la economía europea ha mostrado una desaceleración en el crecimiento durante las últimas dos décadas, en comparación con Estados Unidos y China. Este estancamiento ha tenido un impacto negativo en la calidad de vida de los europeos.
Obviamente hay, ha habido, y habrá distintas interpretaciones a la hora de escudriñar lo relevante del Informe Draghi. En estas líneas ofrezco mi traducción personal del mismo, es decir, mi interpretación o explicación personal de las ideas fuerza del documento. Concretamente me quedo con tres ideas fuerza que hemos subrayado en diversas ocasiones desde estas líneas.
La primera, el enfoque del libre mercado, tal como se ha implementado en Europa, ha fallado a la hora de generar la innovación y productividad necesarias para que el continente compita con éxito a nivel global. Hoy, más que nunca, es necesaria una intervención estatal más coordinada y activa para abordar los retos actuales, de manera que las soluciones de mercado por sí solas no solo es que sean insuficientes para enfrentar los desafíos de competitividad de Europa, sino que son perniciosas. China les podría dar unas breves lecciones de política industrial activa.
Los mitos del mercado
Ya hemos detallado hasta la extenuación que el orden liberal está finiquitado. El mercado ha fracasado a la hora de resolver los principales problemas económicos y sociales de nuestras sociedades modernas. Artículo académico, tras artículo académico, se resume muy bien las consecuencias de dicho orden: caída de la inversión productiva; hundimiento de la productividad del capital; incremento brutal de la desigualdad, en favor de la extracción de rentas, vía financiarización; percepción de inseguridad en los aspectos vitales fundamentales –vivienda, salarios, empleo, sanidad-; crisis recurrentes financieras y de deuda privada…
El gobierno es esencial y una parte central de la política de desarrollo es mejorar la actuación del sector público
Lo que recalca el Informe Draghi es algo obvio que siempre hemos defendido desde estas líneas: el gobierno es esencial y una parte central de la política de desarrollo es mejorar la actuación del sector público. Cuando se habla, por ejemplo, de innovación, por parte de políticos y expertos, hasta hace relativamente poco solían recurrir a ideas boutade, generalmente huecas. Se argumentaba que la innovación reside en las fuerzas del mercado, en el empresariado innovador con su capacidad para afrontar riesgos y asumir el futuro desconocido. Sin embargo, la realidad de la innovación no tiene nada que ver con esta boutade. La innovación no reside en el mercado sino en el Estado, el gobierno. Mariana Mazzucato, profesora de la Universidad de Sussex, en el libro El Estado Emprendedor (Taurus, 2022) analiza varios estudios de casos sobre el crecimiento impulsado por la innovación, y describe la situación opuesta, el sector privado sólo se atreve a invertir después de que el Estado ha realizado las inversiones de alto riesgo.
Mazzucato sostiene que, en la historia del capitalismo moderno, el Estado ha generado actividad económica que de otro modo no habría sucedido, y ha abierto activamente nuevas tecnologías y mercados en los que los inversores privados más adelante pueden entrar. Lejos de las críticas a menudo escuchadas al Estado de que potencialmente “desplaza” las inversiones privadas, el Estado hace que sucedan, formando y creando mercados, no sólo “corrigiendo” sus fallos. Ignorar esta realidad sólo sirve a fines ideológicos, y perjudica a la formulación de políticas eficaces. Un ejemplo es la situación actual, donde la ausencia de inversión productiva solo se corregirá cuando de una puñetera vez el Estado inicie procesos de inversión masivos centrados en energía, vivienda, transporte, educación, investigación y desarrollo en infraestructuras de tratamiento del agua,… que sirvan posteriormente de arrastre al sector privado. Mientras tanto, más pobreza.
Ausencia de una posición y visión geopolítica europea
La segunda idea fuerza, en mi traducción personal del informe Draghi, es el problema del coste energético en Europa. Esta situación se ha agravado por el papel de seguidismo absurdo de Europa hacia las posiciones belicosas y de confrontación de Estados Unidos y Reino Unido en la guerra de Ucrania. Un ejemplo es Alemania, donde el actual gobierno jamás ha pensado en sus conciudadanos, y simplemente ha hecho una política de genuflexión ante una de las administraciones estadounidenses más perniciosas para los europeos, sobre todo para los alemanes, la del tal Biden, con personajes tan siniestros como Victoria Nuland. Los socialdemócratas, verdes y liberales serán arrasados electoralmente.
De esta interpretación, vuelvo a repetir, muy personal, subyace otra idea fuerza. Desde un punto de vista geopolítico hace tiempo que estamos en un mundo multipolar donde el poder omnipresente de los Estados Unidos languidece. El principal problema para la humanidad es que quienes encarnan ese poder, los herederos de marcantismo, desempolvaron la bandera de la intolerancia en todo su esplendor. Nos referimos, tal como señala el sociólogo francés Emmanuel Tood, a los “neocon” estadounidenses, mucho más introducidos en el partido demócrata que en la versión actual del partido republicano que encarna Donald Trump, y a sus adláteres europeos. El mundo es un lugar heterogéneo, y, occidente, especialmente Europa, debería haber potenciado un sistema mundial de relaciones internacionales basado en la tolerancia, y no la imposición.
Mario Draghi y la Teoría Monetaria Moderna
El documento plantea la necesidad de una reforma para dar un impulso, mediante un apoyo significativo del sector público, a la innovación y la tecnología mediante un conjunto de inversiones urgentes, ya que Europa enfrenta necesidades de inversión inéditas en sectores como la digitalización, la descarbonización, la defensa… Se argumenta que la inversión privada por sí sola no podrá cubrir el grueso de las necesidades financieras, y que es imprescindible contar con un apoyo significativo del sector público. La solución, según el informe, pasa por una mayor integración de los mercados de capitales europeos, lo que facilitaría la canalización del ahorro privado hacia inversiones productivas dentro de Europa.
El ingente esfuerzo inversor que se deduce del Informe Draghi no se puede financiar en los mercados financieros
A esto se suma la propuesta de emitir deuda paneuropea común, es decir, una financiación compartida entre los países europeos para bienes públicos clave como la innovación disruptiva. De esta manera, se reducirían las barreras de acceso a la financiación y se permitiría un mayor impulso de la inversión en sectores estratégicos.
Sin duda esta es la parte más débil del informe. Draghi debería haber sido más imaginativo. Y aquí va mi tercera idea fuerza. El ingente esfuerzo inversor que se deduce del Informe Draghi no se puede financiar en los mercados financieros. Y, Mario Draghi, lo sabe, más cuando él mismo, poco antes de abandonar la presidencia del BCE, habló de la necesidad de explorar nuevas ideas como la Teoría Monetaria Moderna.
*Profesor de Finanzas, Universidad Politécnica de Madrid. Publicado en El Salto