79 años de explotación y destrucción neocolonial por parte del BM y del FMI

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Benito Pérez.

Entre el 12 y el 15 de octubre tuvo lugar en Marrakech (Marruecos) la Contracumbre de los movimientos sociales contra las reuniones anuales del Banco Mundial (BM) y del Fondo Monetario Internacional (FMI); en este ámbito se congregaron movimientos sociales y climáticos, sindicatos, organizaciones de mujeres, de pequeños agricultores y de pueblos indígenas, organizaciones no gubernamentales y ciudadanos del mundo; quienes reafirmaron su lucha contra las deudas ilegítimas.

Más de 60 organizaciones y una decena de movimientos sociales participaron de la Contracumbre, la cual presentó 4 conferencias plenarias, más de 50 talleres y una marcha inaugural. En el marco de los debates e intercambio de opiniones se dejó expresamente en claro la lucha contra el colonialismo financiero y también contra el colonialismo cultural, territorial y racial.

Se denunciaron los 79 años de dictadura financiera del FMI-BM que, en alianza con el imperialismo y las clases dominantes de los países del Sur Global, han mantenido y reforzado la opresión de los pueblos. Se denunciaron los 500 años de saqueo a la naturaleza y a las comunidades latinoamericanas y africanas. Se enfatizó que los derechos de los pueblos y de la Madre Tierra deben estar por encima de los beneficios de las multinacionales, los gobiernos y los empresarios capitalistas.

En el marco de la Contracumbre en Marrakech, el portavoz del CADTM Internacional, Éric Toussaint dio una conferencia en la que puso en evidencia la situación de sometimiento que viven los pueblos por el accionar del FMI, también analizó la crisis financiera internacional y las políticas de ajuste estructural.

Durante estos días y en el mismo sitio, se llevó a cabo la reunión del Consejo Internacional del CADTM que reunió a unos cincuenta delegados y delegadas de 16 países africanos (Benín, Burkina Faso, Camerún, RDC, Congo Brazzaville, Mali, Togo, Costa de Marfil, Níger, Túnez, Marruecos, Gabón, Guinea Conacry, Senegal, Sudáfrica y Kenia), 3 países asiáticos (India, Sri Lanka y Pakistán), 2 países latinoamericanos y caribeños (Puerto Rico y México) y 3 países europeos (Bélgica, España y Francia). En el marco de esta reunión se presentó un informe acerca de la situación de cada país y cada continente.

Marrakech “tendrá seguramente continuidad” expresó Éric Toussaint; aunque solo sea para mantener los lazos tejidos entre unos movimientos sociales que, hasta hace poco tiempo, no se conocían. En un contexto global de resistencias, la pequeña “llama encendida en Marruecos debe ser mantenida, con la incorporación de muchas otras fuerzas que permitan encontrar un marco de coordinación Altermundialista a escala global”

La Contracumbre de Marrakech sacó a la luz la espiral de endeudamiento que amenaza a los Estados del Sur. Las explicaciones fueron dadas por Éric Toussaint, quien hace un llamamiento a un nuevo despertar del movimiento altermundialista.

Los centenares de oponentes a las políticas neoliberales partieron, el domingo 15 de octubre, de Marrakech con unas perspectivas muy sombrías. Los meses que vienen se anuncian muy difíciles para las poblaciones de muchos países del Sur, amenazados por lo que está bien en llamar una “una nueva crisis de la deuda”, asegura Éric Toussaint, quien es uno de los mentores de la contracumbre organizada por unas setenta organizaciones y redes, al margen de las Asambleas Anuales del FMI y del Banco Mundial. El politólogo y economista belga fundador de la Red contra la deuda CADTM, analiza para El Courrier la dimensión financiera de esta enésima crisis sistémica del capitalismo que, como los desajustes medioambientales y sanitarios, afecta en primer lugar a los más vulnerables.

-¿Cuál es el perfil de esta nueva crisis de la deuda que están viviendo muchos Estados del Sud?

-Éric Toussaint: Desde el año pasado, una cantidad creciente de países se encuentran en la imposibilidad de financiar sus deudas en los mercados. La principal causa proviene de la suspensión de las políticas de quantitative easing (QE; expansión monetaria, ndlr) comprometidas por los Bancos Centrales después de la crisis inmobiliaria y bancaria en Estados Unidos en 2006-2007, que se había transformado en una crisis generalizada del sistema financiero europeo y estadounidense en 2008.

A la inyección de billones de dólares, de euros y de libras para salvar a los bancos, se había agregado una política de tipos de interés extremadamente bajos, casi nulos, hasta el año 2021. Durante esa década, hubo Estados, incluidos los más pobres como Etiopía y Ruanda que nunca habían tenido acceso a los mercados financieros, que de pronto encontraron clientes para sus títulos de deuda en Wall Street. Los Fondos de Inversiones y los Bancos, viendo que el rendimiento de los títulos franceses o alemanas estaba próximo a cero, se mostraron interesados en financiar a gobiernos del Sur con intereses del 4%. 5% o 6%. Esos Estados, por lo tanto, se endeudaron y dijeron a su población: Ved como todo va bien, los mercados nos tienen confianza, nos creen, etc. Pero a partir del momento en que los Bancos Centrales occidentales, confrontados a la inflación, elevaron rápidamente sus tipos de interés hasta el 5 %, y los financiadores se volvieron de nuevo hacia los títulos del Norte, los países del Sur ya no encontraron cómo financiarse a menos del 9%, 12%, incluso del 15 %.

Este choque se agravó por las consecuencias de la crisis de la COVID. Esos Estados tuvieron que aumentar sus gastos, especialmente los sanitarios, mientras que se agotaban sus ingresos, a menudo dependientes del mercado mundial de materias primas o del turismo. Finalmente, es necesario también mencionar la especulación sobre los precios de cereales y de los hidrocarburos debido a la invasión por el imperialismo ruso de Ucrania. Y lo tremendo es que una cantidad de países del Sur son importadores netos de esos dos productos.

-¿Sin duda, la política de QE no era viable a largo plazo, pero cómo explicar ese brutal estallido inflacionario después de una década sin encarecimientos?

-En principio, es necesario recordar que esa política de rescate de los bancos no era deseable. Por otra parte, esa política conllevó un endeudamiento de los países del Norte. Con respecto a la inflación, esta es el resultado, principalmente, de las decisiones de las grandes empresas de aumentar sus márgenes, del sector alimentario y de los combustibles, aprovechando las rupturas de aprovisionamiento y las variaciones de precio causadas por la crisis de la COVID y de la guerra.

-En el Sur, ¿cuáles son los eslabones débiles de esta nueva crisis?

-Con frecuencia, son los países que estaban considerados como “Los buenos alumnos” por las autoridades financieras neoliberales. Por ejemplo Sri Lanka, que nunca había hecho una suspensión de pagos. En el pasado, ese país había sido llevado a suprimir la regulación de precios del arroz. Habiendo sido autosuficiente, pasó a depender del mercado mundial (Vietnam, Tailandia, Estados Unidos). Luego, Sri Lanka invirtió masivamente en la industria turística. Con la COVID, Sri Lanka sufrió una suspensión del turismo ¡y el alza de precios de los cereales! En abril 2022, Colombo no tenía otra opción que suspender el pago de su deuda y de parar sus importaciones. Y eso produjo la explosión social. Otro ejemplo; Ghana, “modelo de apertura”, también tuvo que suspender el servicio de la deuda.

Egipto, Pakistán, Bangladesh, evitaron la suspensión de pagos gracias a la intervención del FMI que con unas condicionalidades draconianas, que ya conocemos (privatizaciones, austeridad, desregulaciones) y que ya se abatieron sobre sus poblaciones.

-Podemos esperar una nueva ola de nuevos planes de ajuste estructural

-Sí, esta crisis marca el retorno con fuerza del FMI, que nunca está tan bien como cuando el Sur se desploma. Efectivamente, no estamos ante una generalización de suspensiones de pagos sino, más bien, ante una sucesión de dificultades que conllevan a un recurso sistemático al FMI. Este ha firmado no menos de un centenar de acuerdos de crédito; a medida de que los países tengan dificultades para pagar, los planes de austeridad se endurecerán y se multiplicarán. Se habla de sumas que van desde algunas decenas de millones hasta 45.000 millones para Argentina, o 15.000 millones para Ucrania. ¿Podéis imaginar el poder de coerción que eso pone en las manos del FMI?

-Los debates de la contracumbre mostraron mucho escepticismo en cuanto a la posibilidad de ver una Nuevo Banco de Desarrollo (NBD), puesto en marcha por los BRICS [1], una alternativa a las Instituciones de Bretton Woods (FMI/BM). ¿Por qué?

-Para nosotros, este nuevo Banco no es una alternativa ya que sostiene el mismo modelo extractivista y productivista. Ese banco, en el que China tiene un papel central, considera a África como un simple lugar de extracción de materias primas o de mano de obra mal pagada. Sus tasas de interés son similares a las del FMI o del BM. La gran diferencia, es que este banco no impone condicionalidades económicas y políticas a los países que piden préstamos. Allí está el interés de los países africanos. Pero eso no lo transforma en un Banco de Desarrollo: no presta para industrializar África, sino para crear infraestructura destinadas a la exportación de materias primas y con el fin de llevar a cabo políticas de prestigio.

-Entonces, ¿Cuál es la alternativa? Habéis visto emerger algún elemento de esperanza durante esta Contracumbre.

Me sorprendió la comprensión de la naturaleza real de las políticas del FMI y del Banco Mundial por parte de los movimientos sociales del África Subsahariana. Hay muchísimas menos ilusiones que en el pasado en relación a las promesas de los acreedores. Cada vez más, los actores de la sociedad civil están vislumbrando un desarrollo sin esas Instituciones. Con otras políticas monetarias, fiscales y judiciales, los Estados africanos podrían, realmente, prescindir de ellas.

Dar continuidad a Marrakech

A pesar de una organización, a veces caótica y la ausencia de varios militantes que no pudieron recibir el visado, las y los participantes elaboraban el domingo un balance muy positivo de la Contracumbre. Principalmente africana pero enriquecida por intervenciones europeas, asiáticas e incluso latinoamericanas. Este encuentro Altermundialista recordó hasta qué punto nada reemplaza los intercambios directos, como lo subrayó Mónica Vargas, de la ONG Grain. Una ocasión única para tejer solidaridades que aparece tanto más valiosa puesto que los desplazamientos son complicados en África, va más allá Broulaye Bagayoko, secretario permanente del CADTM-África, que elogia el apoyo aportado en esta ocasión por los donadores.

También la neerlandesa Roos Saalbrink, de la ONG Action Aid, lo constata, con la particularidad de haber hecho idas y vueltas entre la Cumbre Alternativa y la Oficial, en la que acompañaba a un grupo de mujeres africanas víctimas de políticas de austeridad. Y lo testimonia: “Fue my valioso para nosotros, salir de los discursos oficiales, y escuchar los análisis sin ilusiones sobre las promesas del FMI”. Para Éric Toussaint, Marrakech tendrá seguramente continuidad; aunque solo sea para mantener los lazos tejidos entre unos movimientos sociales que hasta hace poco no se conocían. En un contexto global de resistencias, la pequeña llama encendida en Marruecos debe ser mantenida. El activista reconoce, sin embargo, que “habrá todavía que agregar muchas otras fuerzas, varias redes que quedaron al margen, si queremos encontrar un marco de coordinación altermundialista a escala global”. El CADTM participara en el próximo Foro Social Mundial, cuya edición 2024 está prevista para realizarse del 15 al 19 de febrero en Nepal, pero parece que se deja constancia que la ausencia de Vía campesina, especialmente, vuelve caduca la representatividad que tuvo el FSM en el pasado.

 

 

Declaración de Marrakech

Los movimientos sociales y climáticos, sindicatos, organizaciones de mujeres, de pequeños agricultores y de pueblos indígenas, organizaciones no gubernamentales y ciudadanos del mundo, que participamos en la contracumbre de los movimientos sociales contra las reuniones anuales del BM y del FMI en Marrakech del 12 al 15 de octubre, reafirmamos nuestra lucha contra las deudas ilegítimas.

Queremos recordar que nuestra contracumbre es la culminación de un proceso internacional colectivo e inclusivo lanzado en enero de 2023. Seis asambleas plenarias internacionales en línea han jalonado la preparación democrática de este encuentro mundial. Se ha redactado un llamamiento conjunto. Se ha creado un sitio web multilingüe. Se han celebrado numerosas reuniones preparatorias, principalmente en el África subsahariana, en la región árabe en general y en Marruecos en particular.

Más de 60 organizaciones y una decena de redes internacionales han participado en nuestra contracumbre.

En África y en la región árabe la movilización ha sido aún mayor, con más de un centenar de delegadas y delegados procedentes de países como Palestina, Irak, Túnez, Egipto, África Occidental, África Central, África Oriental y Sudáfrica.

Con 4 conferencias plenarias y una cincuentena de talleres, además de la marcha inaugural, nuestra contracumbre ha sido un éxito rotundo, que ha permitido oír en la ciudad de Marrakech las voces de los movimientos internacionales que luchan contra el colonialismo financiero practicado por el BM y el FMI desde su creación en 1945.

Nuestra contracumbre comenzó el 12 de octubre, fecha de la llegada al Caribe de Cristóbal Colón y su expedición, que abrió el camino a la conquista, el saqueo y la explotación del continente «americano» por el imperialismo europeo a partir de 1492. La contracumbre concluyó el 15 de octubre, fecha del asesinato de Thomas Sankara, Presidente de Burkina Faso, que encabezaba la lucha por el impago de las deudas ilegítimas y por la unidad y la soberanía de los pueblos de África y del mundo. Las acciones, los discursos y la sabiduría de Thomas Sankara, en quien nos inspiramos, estuvieron presentes a lo largo de nuestra contracumbre.

Denunciamos los 79 años de dictadura financiera del FMI-BM que, en alianza con el imperialismo y las clases dominantes corruptas y colonizadas de los países del Sur, ha mantenido y reforzado la opresión de nuestros pueblos. Más de 500 años de saqueo de la naturaleza y de los pueblos bastan. Los derechos de los pueblos y de la Madre Tierra deben estar por encima de los beneficios de las multinacionales, los gobiernos y los ricos.

Nuestra contracumbre ha sido una oportunidad única para el aprendizaje colectivo orientado hacia la acción. Hemos renovado nuestra determinación de continuar nuestro proceso de coordinación y convergencia de luchas y alternativas para sembrar las semillas de una sociedad en la que primen el bien común, el respeto a los límites planetarios, la soberanía alimentaria y la justicia medioambiental y social. Somos nosotras y nosotros quienes decidiremos nuestro futuro, y nos negamos a aceptar el futuro que el Banco Mundial, el FMI y sus aliados quieren Una contra-cumbre por la anulación de las deudas con el FMI y el Banco  Mundial | La tintaimponernos. ¡Es hora de poner fin a su colonialismo ideológico! Defendemos una bifurcación ecológica y energética justa centrada en una alianza necesaria entre las comunidades locales, las y los trabajadores, las y los agricultores, las y los artesanos y las artesanas, y los movimientos feministas.

También es hora de decir que si no cancelan nuestra deuda, la repudiamos. Porque la verdadera deuda es la que tienen los gobiernos y las multinacionales, su deuda histórica, climática, ecológica y social con los pueblos, ¡y con los pueblos del Sur global en particular! Es hora de reconocer y valorar el trabajo de reproducción social realizado principalmente por las mujeres a escala planetaria.

Hemos participado en la contracumbre para que el Banco Mundial y el FMI no celebren su 80 aniversario el año que viene, sino que paguen su antigua deuda ecológica, histórica y neocolonial con los pueblos. Nuestro objetivo es echarlos, como pilares del capital, al basurero de la historia.

Expresamos nuestra solidaridad con el pueblo de Palestina y nos oponemos a los bombardeos aéreos y a las acciones militares indiscriminadas y terroristas llevadas a cabo por las autoridades israelíes. Exigimos el desmantelamiento del Estado colonialista de apartheid de Israel y el respeto al derecho de los pueblos a ejercer su soberanía.

También denunciamos el autoritarismo y la escalada represiva de diversos gobiernos, en particular en la región árabe, incluido Marruecos, y pedimos la liberación inmediata de todos los presos políticos.

También denunciamos el autoritarismo y la escalada represiva de diversos gobiernos, en particular en la región árabe, incluido Marruecos, y exigimos la liberación inmediata de todas las personas presas políticas.