La previsión de empleo mundial se reduce en 7 millones de puestos de trabajo

19

Eduardo Camín

En víspera a su 113 Conferencia Internacional del Trabajo  que se celebra hasta el 13 de junio en la ciudad de Ginebra, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) dio a conocer una nueva actualización de las  Perspectivas Sociales y del Empleo en el Mundo, que se traducen en una reducción del crecimiento del empleo mundial del 1,7% al 1,5% este año.

El descenso,  que equivale a unos siete millones de puestos de trabajo adicionales menos, refleja una revisión a la baja de las perspectivas económicas mundiales, ya que se prevé un crecimiento del PIB del 2,8%, por debajo de la proyección anterior del 3,2%.

La OIT señaló las tensiones geopolíticas y las disrupciones comerciales como factores clave del deterioro de las perspectivas económicas, lo que frenará el crecimiento del empleo: revisó su previsión de empleo mundial para 2025, proyectando la creación de 53 millones de puestos de trabajo en lugar delos 60 millones estimados anteriormente.

Las últimas estimaciones de la OIT en materia de empleo, publicadas en su nueva Actualización de las Perspectivas Sociales y del Empleo en el Mundo (WESO por sus siglas en inglés), se basan en las proyecciones de crecimiento económico de las Perspectivas de la Economía Mundial de abril de 2025, publicadas recientemente por el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Además, la OIT estima que cerca de 84 millones de empleos en 71 países están directa o indirectamente vinculados a la demanda de consumo de Estados Unidos. Estos puestos de trabajo, y los ingresos que generan, están cada vez más amenazados por el aumento de las tensiones comerciales. La región Asia-Pacífico es donde se concentra la mayor parte de estos empleos, 56 millones. Sin embargo, Canadá y México tienen la mayor proporción de puestos de trabajo expuestos (17,1%).

«Sabemos que la economía mundial está creciendo a un ritmo más lento de lo que habíamos previsto. Nuestro informe nos dice ahora que, si continúan las tensiones geopolíticas y las  perturbaciones del comercio, y si no abordamos cuestiones fundamentales que están reconfigurando el mundo del trabajo lo más seguro es que tengan repercusiones negativas en los mercados de trabajo de todo el mundo», declaró el Director General de la OIT, Gilbert F. Houngbo.Gilbert Houngbo es el nuevo Director General de la OIT - PSI - The global union federation of workers in public services

El informe también pone de relieve tendencias preocupantes en la distribución de los ingresos. La participación de los ingresos del trabajo –que es la proporción del PIB que va a los trabajadores– cayó a nivel mundial del 53,0% en 2014 al 52,4% en 2024. África y América experimentaron los mayores descensos.

Si esta proporción se hubiera mantenido sin cambios, los ingresos laborales a nivel mundial habrían sido 1 billón de dólares más altos en 2024, o 290 dólares más por trabajador en términos de poder adquisitivo constante. Esta erosión de la parte de la renta mundial destinada a los trabajadores ejerce una presión al alza sobre la desigualdad y pone de manifiesto una desconexión entre el crecimiento económico y la remuneración de los trabajadores.

El informe señala un desplazamiento del empleo hacia trabajos de alta cualificación. Las mujeres lideran esta tendencia. Entre 2013 y 2023, la proporción de mujeres empleadas en ocupaciones de alta cualificación aumentó del 21,2% al 23,2%, mientras que la proporción de hombres en ocupaciones de alta cualificación se situaba en torno al 18% en 2023.

Sin embargo, persiste la segregación ocupacional, ya que las mujeres están infrarrepresentadas en sectores como la
construcción y sobrerrepresentadas en funciones administrativas y asistenciales. Y aunque el nivel educativo sigue aumentando en todo el mundo, el mercado laboral sigue caracterizándose por importantes desajustes educativos. En 2022, sólo el 47,7% de los trabajadores tenían cualificaciones que se ajustaban adecuadamente a los requisitos de su puesto de trabajo.

La proporción de trabajadores con un nivel educativo insuficiente se redujo del 37,9% al 33,4% en la última década,
pero la proporción de trabajadores con un nivel educativo excesivo aumentó del 15,5% al 18,9%.

¿Cómo impacta la IA generativa en el mercado laboral?

Capítulo aparte merece los señalamientos a la omnipresente IA generativa está transformando el mercado laboral de varias maneras:

-Exposición laboral: Casi una cuarta parte de los trabajadores (23,8%) están en empleos expuestos a la automatización de la IA generativa. De estos, el 16,3% se encuentra en puestos con exposición media y el 7,5% en puestos con alta exposición, principalmente en ocupaciones altamente cualificadas (por ejemplo, contadores, desarrolladores de software) y ocupaciones de cualificación media (por ejemplo, trabajadores de oficina, vendedores de centros de llamadas).

-Automatización de tareas: La IA generativa podría automatizar algunas tareas, pero eso no significa necesariamente que los trabajos hayan desaparecido. Los roles podrían evolucionar para incluir tareas complementarias a la IA.

-Impacto por nivel de cualificación: Los empleos de cualificación media son los más expuestos (38,1%), seguidos de los empleos de alta cualificación (35,3%). Los empleos poco cualificados están protegidos en gran medida, ya que el 99,2% de los trabajadores tienen una exposición mínima o nula. En resumen, la IA generativa tiene el potencial de transformar las tareas existentes, especialmente en ocupaciones calificadas, al tiempo que requiere una gestión proactiva para garantizar oportunidades laborales inclusivas.

Si se trata de capitalismo … las injusticias perduran

Historia de la clase trabajadora y las izquierdas en Argentina | Instituto de Historia Argentina y Americana "Dr. Emilio Ravignani"Asistimos una vez más a un nuevo atropello en ciernes de derechos y conquistas obtenidas por el movimiento obrero durante el Siglo XX que fue ensanchando el campo de acción de los sectores opositores, unido al fracaso estrepitoso de las recetas aplicadas por los organismos financieros internacionales estos crearon con sus recetas las condiciones para movimientos políticos de todo tipo con un denominador común el fascismo.

Es claro que en un mundo capitalista que se caracteriza por el aumento de la brecha entre ricos y pobres, la concentración del poder político, económico y militar, con su correlato de ampliación de la marginación la exclusión social discriminación de género, racial étnica cultural generacional y otras como la depredación del medio ambiente, de incremento de la amenaza y el uso de la fuerza militar, de la corrupción el narcotráfico y tantos otros flagelos que ponen en riesgo el futuro de la humanidad.

Llevamos más de cuatro décadas escuchando este ejercicio dialectico ocasionado por un sin número de informes de los más diversos organismos internacionales, las injusticas más profundas se hacen difíciles de explicar, a pesar de que se trata de algo que todos de una manera o u otra estamos familiarizados. En este caso, no es difícil de convencerse, ya que hablamos del desempleo.

La pobreza de los trabajadores, la informalidad y el empleo vulnerable son algunos de los problemas crónicos de los mercados laborales a través del mundo. A pesar de décadas de crecimiento económico, seguimos enfrentando debilidades estructurales -o simplemente las consecuencias de la fase más aguda del capitalismo- en los mercados de trabajo.

Pero más grave aún, en los oasis del capitalismo los altos índices de empleo y el aumento de la productividad ocultan los persistentes y preocupantes déficits de trabajo decente. Muchas personas, sobre todo en las economías en desarrollo, (eufemismo del capitalismo marginal) o aún en las economías industrializadas, siguen sin tener otra opción que aceptar empleos con malas condiciones de trabajo con contratos parciales, y que no generan ingresos estables, ni los protegen a ellos y a sus familias de la pobreza a largo plazo.

A pesar de las importantes ganancias económicas de las empresas, hay demasiados trabajadores que apen as ganan lo suficiente para sobrevivir. Por eso es pertinente ampliar el diagnostico, o mejor dicho ver el compromiso de su tratamiento, destacando o enfocando estas realidades desde otra percepción analítica respecto a las crisis económicas en el sistema capitalista y su relación con el empleo. Sabemos que el análisis del materialismo dialéctico, e histórico, señala que es inherente a todo sistema capitalista la existencia de periodos de auge y de depresión en sus economías.

Los periodos de auge, bonanza o prosperidad derivan siempre en crisis de sobreproducción, las que a su vez provocan periodos de depresión o recesión de la actividad económica, con los consiguientes altos niveles de desempleo.

Sin embargo, en la última década y media, el concepto de precariedad laboral ha cobrado fuerza renovada entre los científicos sociales. Una tendencia que se hace más pronunciada tras cada crisis que deja a su paso un período de estancamiento económico profundo que persiste en grandes partes de la economía mundial, agravado con las nuevas iniciativas del núcleo central del capitalismo, que involucran a esta altura un sin número de guerras.

Cuando la informalidad es la norma, el desempleo es un lujo — CELAGPero la realidad la medimos en cifras. El discurso dominante durante los últimos años destaca que un número creciente de países de todo el mundo han desarrollado estrategias y políticas para facilitar la transición a la formalidad. Los interlocutores sociales también están desarrollando sus relaciones con los trabajadores y las empresas de la economía informal. Pero la realidad es que millones de personas se ven obligadas a aceptar condiciones de trabajo deficientes.

Recordaremos que los datos recabados por la propia Organización Internacional del Trabajo (OIT), para elaborar el informe “Perspectivas sociales y del empleo en el mundo 2019”, indicaban que la mayoría de los 3.300 millones de personas empleadas en el mundo no gozaba de un nivel suficiente de seguridad económica, bienestar material e igualdad de oportunidades. Es más, la reducción del desempleo a nivel mundial no se ve reflejado en una mejora de la calidad del trabajo: al contrario, la precariedad se abre paso.

Como sabemos las crisis son esenciales para la reproducción del capitalismo y en ellas sus desequilibrios son confrontados, remodelados y reorganizados para crear una nueva versión de su núcleo dinámico. Tal vez, mucho es lo que se derriba y se deshecha para hacer sitio a lo nuevo. Por eso hay que estar adormecido totalmente por dulces sueños para no ver aun hoy este antagonismo.

Las frases rimbombantes sobre el “mundo laboral” en medio de la concentración de los medios de producción, es una falacia más de tantas que nos venden cada día. Estas pruebas se malogran y no porque sean falsas; la arruina el empobrecimiento y el hambre de las capas más vulnerables de la sociedad son secuelas indudables e inevitables del capitalismo. Por lo tanto, no sería lógico seguir llamándonos al engaño perpetual del concepto de trabajo decente recomendaciones permanentes en las multinacionales del humanismo en las orillas del Lago Leman.

*Periodista uruguayo residente en Ginebra, exmiembro de la Asociación de Corresponsales de Prensa de
Naciones Unidas (ACANU) en Ginebra. Analista asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico
(CLAE, www.estrategia.la)