Cancelaciones de deudas y movilizaciones campesinas en Europa de la Antigüedad al siglo XX
Eric Toussaint
En 2025 conmemoramos el 500 aniversario del enorme levantamiento campesino que sacudió toda la región germánica, desde Alsacia hasta Austria, pasando por la mayoría de los principados de Alemania y la Suiza de habla alemana. En 1524-1525, al menos 300 000 campesinos participaron en el movimiento insurgente. El movimiento fue aplastado en mayo de 1525 y la brutal represión provocó la muerte de al menos 100.000 campesinos y campesinas.
Entre las razones de la revuelta, el nivel insostenible de la deuda campesina desempeñó un papel importante. Uno de los principales líderes del levantamiento, Thomas Münzer, predicador opuesto a Lutero, afirmó que era necesario establecer en la tierra un sistema basado en los Evangelios, lo que implicaba la cancelación de las deudas y la igualdad de riqueza. En esta contribución, Éric Toussaint repasa los grandes movimientos campesinos que han marcado la historia europea desde el Atlántico hasta el Mar Caspio, desde el Báltico hasta el Mar Mediterráneo y la tradición de las cancelaciones de deudas.
El papel histórico de la deuda en la explotación del campesinado
Durante cinco milenios el endeudamiento de las y los campesinos ha constituido una forma de explotación y desposesión que ha producido repetidamente levantamientos en el campo y que repercutió en las ciudades.
El proceso de explotación y desposesión por la deuda es simple: el prestamista exige al prestatario que ponga como garantía lo que posee. Se trata, por ejemplo, de la tierra poseída y cultivada por la o el campesino, y/o sus herramientas y el ganado. El reembolso del préstamo se realiza en especie o en moneda. Como el tipo de interés es alto, el prestatario, para pagar el préstamo, se ve obligado a transferir al prestamista una gran parte del producto de su trabajo y se empobrece. Si entra en mora, el prestamista le despoja del bien empeñado. En algunas sociedades esto puede, además, dar lugar a la pérdida de la libertad del deudor y/o de los miembros de su familia. Es la esclavitud por deuda.
Desde hace 5.000 años la deuda privada ha desempeñado un papel central en las relaciones sociales. La lucha entre ricos y pobres, entre explotadores y explotados ha tomado muy a menudo la forma de un conflicto entre acreedores y deudores. Como señaló David Graeber, con notable regularidad las insurrecciones populares comenzaron de la misma manera: con la destrucción ritual de los documentos relativos a la deuda (tabletas, papiros, pergaminos, libros de cuentas, registros fiscales…) [1]. En varios casos, la lucha por la cancelación de la deuda dio lugar a situaciones revolucionarias.
Antes de llegar a la Edad Media y al contexto de la guerra de los campesinos alemanes, cabe destacar que la práctica de las cancelaciones de deudas tiene toda una historia. No podemos entender las ideas en cuyo nombre se movilizó el campesinado alemán si no tenemos en cuenta la fuerza de la tradición de las cancelaciones de deudas en la visión cristiana original del mundo. Thomas Münzer, al igual que los numerosos predicadores radicales de su época y los líderes de las luchas campesinas, reivindicaba los evangelios y consideraba, en particular, que debía llevarse a cabo la cancelación de las deudas.
Pero, ¿de dónde viene esta tradición de cancelación de deudas?
El origen de las cancelaciones de deudas
En Mesopotamia, durante la Edad del Bronce, los monarcas decretaban periódicamente cancelaciones de deudas que tenían como objetivo restablecer la paz social, poniendo fin al endeudamiento abusivo que conducía regularmente a la esclavitud por deuda y la desposesión completa [2]. Hubo una treintena de cancelaciones generales de deudas privadas entre 2400 y 1400 antes de la era cristiana. Estas cancelaciones beneficiaron principalmente al campesinado. Uno de los decretos de anulación especificaba que los acreedores oficiales y los recaudadores de impuestos que han expulsado a las y los campesinos deben indemnizarlos.
También hubo cancelaciones de deudas decretadas por emperadores asirios en el primer milenio a.C. y por faraones en Egipto. En el siglo VIII a.C. aparecen en Egipto decretos de cancelación de deudas y liberación de esclavos por deudas. Este es el caso del reinado del faraónn Bocchoris (717-711 a.C. J-C).
Más tarde, esta tradición, aunque abandonada en la práctica, se integró en el judaísmo y luego en el cristianismo original como principio fundacional. La tradición de las cancelaciones generalizadas de deudas ha sido parte de la religión judía y de los primeros textos del cristianismo a través del Deuteronomio, que proclama la obligación de cancelar las deudas cada siete años, y el Levítico, que lo exige en cada jubileo, es decir, cada 50 años [3]. La prohibición de los préstamos con intereses también formó parte de los principios de la religión cristiana, el judaísmo y más tarde el Islam.
En el “Padrenuestro”, la oración más conocida de Jesús en lugar de la traducción actual “Señor, perdona nuestras ofensas (pecados) como nosotros perdonamos a los que nos ofendieron”, el texto griego original de Mateo (cap.6, versículo 12) dice: “Señor, anula nuestras deudas como nosotros anulamos las deudas de los que nos las deben”. Además, en alemán, holandés y sueco, la palabra “Schuld” expresa tanto el pecado como la deuda. Aleluya, término que es un signo de alegría y se utiliza en las religiones judía y cristiana, proviene del idioma hablado en Babilonia en el segundo milenio antes de la era cristiana y significaba la liberación de esclavos por deuda [4].
Cabe destacar que la tradición de la cancelación de las deudas cada 7 años y con motivo del jubileo cada 50 años, nunca se respetó porque entraba en contradicción con los intereses de las clases dominantes y los diferentes modos de producción que se sucedieron a partir de la segunda mitad del primer milenio antes de Cristo. Cuando hubo cancelación de la deuda, fue producto de grandes movilizaciones populares y grandes crisis dentro de las clases dominantes.
En la época de la antigüedad griega y romana el endeudamiento de los campesinos, que había adquirido enormes proporciones, condujo a la esclavitud por deuda y provocó repetidas revueltas. En Atenas, las reformas de Solón en el siglo VI a.C. condujeron a la cancelación de la deuda y a la prohibición de la esclavitud por deuda [5].
Al comienzo del feudalismo en Europa occidental, una gran parte de los productores libres fueron esclavizados porque el campesinado endeudado era incapaz de pagar sus deudas. Así ocurrió durante el reinado de Carlomagno a finales del siglo VIII y principios del IX [6].
A partir del siglo XIV una serie de poderosos movimientos campesinos de protesta sacudió Europa occidental y central. En los siglos XIV y XV, asistimos a una sucesión de grandes movimientos campesinos en Flandes, Francia, Inglaterra, Bohemia y Alemania.
Sucesión de grandes movimientos campesinos en los siglos XIV y XV en Europa occidental y central
La guerra del campesinado alemán de 1524-25 forma parte de un movimiento que comenzó dos siglos antes con grandes movilizaciones campesinas en Italia, en el Piamonte, bajo la dirección de Fra Dolcino [7] (1300-1307), en Flandes (1323–1328) [8], en Francia (Revuelta de los Pastorcillos en 1320, la Grande Jacquerie de 1358 en una vasta región al norte de París [9], Revuelta de los Tuschins en Languedoc 1381-1384…), en Inglaterra (revuelta liderada por Wat Tyler y John Ball [10] en 1381) que marcó el siglo XIV. La guerra del campesinado alemán también prolonga en cierta medida el gran movimiento husita y los taboritas que habían sacudido Bohemia en el siglo XV [11]. Sin olvidar en España la guerra de los Remensas (1462-1485) que había dado lugar, excepcionalmente, a una cancelación de las deudas de las y los campesinos concedida por el poder real para restablecer su control sobre Cataluña [12].
En todas estas movilizaciones de la Edad Media encontramos como puntos comunes: la oposición del campesinado a los privilegios de la nobleza (los señores feudales) y del alto clero que están exentos de impuestos, el rechazo de las corveas y los impuestos abusivos que afectaban muy duramente a las familias campesinas, la voluntad de defender las tierras comunales contra su apropiación privada por parte de la nobleza y el alto clero, el acceso a los bosques con el derecho de recogida de madera muerta, el acceso a los ríos y estanques con el derecho de pesca, la oposición a las deudas abusivas y a los préstamos con interés usurario y la exigencia de cambios profundos en la forma de hacer justicia. Donde todavía se aplicaba la servidumbre: la aboliciónn de la servidumbre. En algunos casos se encuentra el requisito de la expropiación de los bienes de la Iglesia Católica. En el movimiento campesino de 1524-1525 se exige así mismo la elección de sacerdotes por parte de los feligreses, el derecho a revocarlos y sermones acordes con los Evangelios [13].
Hacia la gran revuelta campesina germánica de 1524-1525
Campesino: ¿Qué me trae? Bueno, me gustaría saber a qué dedica su tiempo.Notable: ¿Cómo debería pasarlo? Estoy aquí sentado contando mi dinero, ¿no ves?Campesino: Dígame, señor, ¿quién le dio tanto dinero como para que usted pase su tiempo contando?Notable: ¿Quieres saber quién me dio este dinero? Te lo diré. Un campesino llama a mi puerta para pedirme que le preste 10 o 20 guldens. Le pregunto si tiene un buen terreno. Él dice: “Sí, señor, tengo una buena pradera y un excelente campo que ambos valen cien florines”. Respondo: ’¡Perfecto! Compromete tu prado y tu campo, y si te comprometes a pagar un gulden por año de intereses puedes tener tu préstamo de 20 guldens ”.Contento de escuchar tan buenas noticias, el campesino responde: “Con mucho gusto le doy mi palabra”. “Pero tengo que advertirte”, añado entonces, “que si no honras tu pago a tiempo tomaría posesión de tu tierra y la haría mi propiedad. Y esto no preocupa al campesino, compromete su pasto y su campo hacia mí. Le presto el dinero y él paga los intereses puntualmente durante uno o dos años; luego se produce una mala cosecha y pronto se retrasa en el pago. Confisco su tierra, le expulso de ella y su campo y su prado son míos. Y lo hago no solo con los campesinos, sino también con los artesanos [14].
De 1470 a 1525, una multitud de levantamientos campesinos desde Alsacia hasta Austria, pasando por la mayoría de las regiones de Alemania, Bohemia, Suiza, Eslovenia, Hungría (en 1514) y Croacia, están relacionados en gran medida con los rechazos de las deudas reclamadas a las y los campesinos y ciudadanos de las clases dominadas. Cientos de miles de campesinos tomaron las armas, destruyeron numerosos castillos, decenas de monasterios y conventos. También quemaron regularmente archivos señoriales para eliminar pagarés y títulos de propiedad adquiridos indebidamente por los señores.
La represión causó más de 100.000 muertes entre el campesinado [15]. Durante una de las rebeliones, en 1493, los campesinos levantados exigieron la puesta en práctica de un año jubilar en el que se cancelarían todas las deudas [16]. Thomas Münzer, uno de los líderes de los levantamientos campesinos, decapitado el 27 de mayo de 1525 a la edad de 35 o 36 años, pidió la plena aplicación de los Evangelios y la cancelación de las deudas. Se opuso a Martín Lutero que, después de haber comenzado en 1519-1520 denunciando la usura y la venta de indulgencias por parte de la Iglesia Católica, había llegado a defender los préstamos con intereses a partir de 1524 y a exigir que todas las personas endeudadas pagaran sus deudas.
Lutero defendía, en oposición a los levantamientos campesinos: “un gobierno temporal severo y duro que obliga a los malvados (…) a devolver lo que han tomado prestado… Nadie debe imaginar que el mundo pueda ser gobernado sin que la sangre fluya; la espada temporal solo puede ser roja y sangrienta, porque el mundo quiere y debe ser mala; y la espada es la vara de Dios y su venganza contra el mundo” [17].
En el conflicto que oponía a los campesinos apoyados por otros componentes del pueblo (en particular la plebe urbana, así como los sectores más empobrecidos, vagabundos, mendigos…) a las clases dominantes locales, Martín Lutero había elegido su bando y proclamó que las leyes del Antiguo Testamento, como el año jubilar, ya no eran aplicables. Según Lutero el Evangelio solo describe el comportamiento ideal y en la vida real, una deuda siempre debe ser pagada. Thomas Münzer, muy influyente en la guerra de los campesinos de 1524-1525 y frontalmente opuesto a Lutero, afirmó que era necesario establecer en la tierra un sistema basado en los Evangelios que implicara la cancelación de las deudas y la igualdad de riqueza.
El carácter de clase de la revuelta de 1524-1525 es evidente cuando vemos que los príncipes protestantes y católicos se unieron a pesar de su antagonismo religioso para aplastar el movimiento. Otra prueba: el hecho de que el principal banquero alemán, la familia Fugger con sede en Augsburgo, financió un ejército de mercenarios para participar en la represión de la revuelta.
Como en la mayoría de los movimientos campesinos que sacudieron Europa entre los siglos XIV y XVI, la represión por parte de la aristocracia y los monarcas fue de extrema brutalidad. No se limitó a la ejecución de los líderes y se extendió a una proporción enorme de insurgentes. Algunos ejemplos: la represión contra la Jacquerie de 1358 habría causado 20.000 muertes en menos de 10 días (Dommanget, 1958, p. 95), 60 000 muertes entre los campesinos en Hungría en 1514 (Engels, 1850, p. 105) y 100.000 muertes en 1525 en Alemania (Graeber, 2013, p. 391). Por otro lado, el número de víctimas entre la aristocracia y el alto clero fue minúsculo. Las victorias de los campesinos son extremadamente raras o temporales.
Los métodos bárbaros utilizados por los conquistadores españoles para reprimir la resistencia de los pueblos nativos en lo que los europeos llamaron el “nuevo mundo” en los siglos XVI, XVII y XVIII se inspiraron directamente en el horrible tratamiento aplicado para reprimir las revueltas campesinas en Europa en los siglos XV y XVI.
Después de la represión violenta y masiva de mayo de 1525, el movimiento no se extinguió por completo. Los partidarios de Thomas Münzer permanecieron activos e intentaron reavivar la llama de la revuelta, pero no lo lograron. Sin embargo, hay que subrayar la importancia del movimiento religioso de los anabaptistas que tuvo una verdadera influencia en Alemania, los Países Bajos y Suiza durante el siglo XVI, algunos de cuyos líderes reivindicaron las ideas de Münzer y fue fuertemente reprimido (Bloch, 1921, p. 116-121).
El aplastamiento de los levantamientos campesinos en Alemania en el siglo XVI tuvo un efecto duradero en esta parte de Europa. Según F. Engels, durante casi tres siglos en Alemania no habrá ninguna movilización de la magnitud de la guerra del campesinado, incluso teniendo en cuenta los brotes de rebeliones campesinas en Brandeburgo durante 1645, 1646, 1648, 1650 y 1656 (Anderson, 1976, t. 2, p. 26). Hubo que esperar a las grandes movilizaciones campesinas y populares de 1848 que afectaron a Alemania (y a varios países de Europa) para presenciar un renacimiento de estas luchas en el mundo germánico (Engels, 1850).
Movimientos campesinos del siglo XVI al XVIII en Inglaterra, Francia, Bohemia, Polonia, Ucrania y Rusia
En Inglaterra hubo muchos movimientos campesinos contra los cercamientos (enclosures) de la tierra y en defensa de los bienes comunales. En 1549 en Norfolk, un movimiento que reunió hasta 16.000 campesinos decidió destruir los cercados de los campos, oponiéndose a las leyes de represión del vagabundeo que golpeaban en particular a las gentes campesinas despojadas de su tierra o de su empleo. Lograron ocupar Norwich, la segunda ciudad de Inglaterra (Federici, 2004, p. 142-144). El rey y los señores tuvieron que recurrir a un ejército de 12.000 hombres compuesto por mercenarios extranjeros para superar la revuelta, exterminando al menos a 3.000 rebeldes [18].
Después de la guerra civil inglesa (1642-1651), movimientos como los Diggers (o Bêcheux, los Cavadores) 1649 y 1651 exigieron una reforma agraria y la cancelación de las deudas campesinas, se opusieron a los cercamientos y exigieron el fin de los privilegios feudales. Silvia Federici, en su libro “Caliban y la Bruja”, muestra la importancia de la participación de las mujeres en las luchas contra los cercamientos en Inglaterra (Federici, 2014, p. 144-147). También insiste en la enorme represión de las mujeres en forma de caza de brujas que alcanzó su apogeo entre 1580 y 1630 y causó cientos de miles de víctimas (Federici, 2014, p. 299 y sig.).
En Francia, hubo una sucesión de revueltas campesinas (en el suroeste en 1593-1595 y también en Borgoña, en la región de Cahors en 1624, en Guyenne y en Périgord en 1636-37, en Normandía en 1639, en 1643 en Rouergue, en 1707 en Cahors). Estas revueltas, cada una de ellas con sus especificidades, tienen en común una oposición a los aumentos de impuestos que, muy a menudo, generaban un aumento de la deuda.
En Bohemia, en 1680, el campesinado se levantó contra los señores y se necesitó la intervención del ejército austríaco para aplastar el levantamiento (Anderson, 1976, t. 2, p. 26).
En el este de Europa, a partir del siglo XVI, asistimos a la generalizaciónn de la servidumbre que estaba desapareciendo en el oeste del continente. Además, la esclavitud campesina se mantuvo en una serie de regiones de Rusia. A finales del siglo XVI, los esclavos todavía cultivaban del 9 al 15% de las fincas rusas.
El endurecimiento de las condiciones de vida del campesinado con la generalizaciónn de la servidumbre, provocó importantes movimientos campesinos, que solo disponían de dos formas de resistencia: la revuelta organizada o la huida y la instalación en tierras no cultivadas. Esto era posible porque la densidad de población y ocupación de la tierra en el este era mucho más baja que en Europa occidental y central. En un censo ordenado por el zar Pedro el Grande entre 1718 y 1719 se contaron 200.000 siervos fugitivos en territorio ruso (Anderson, 1978, t. 2, p. 23). Esto muestra la magnitud del fenómeno.
En 1648-1651, en Ucrania, que entonces formaba parte de la República de las Dos Naciones (reino de Polonia y Gran Ducado de Lituania), estalló una gran rebelión campesina dirigida por Bohdan Jmelnitski, líder de los cosacos zaporogos, antiguos fugitivos de Rusia o Rutenia establecidos en una vasta zona fronteriza entre Polonia, Rusia y Crimea (de población tártara) y apoyados por el campesinado ucraniano. Llevaban una vida ecuestre seminómada al igual que los tártaros y eran temibles guerreros. Según Anderson, “la inestabilidad campesina había dado lugar en esta zona de praderas alrededor del Mar Negro a un fenómeno sociológico prácticamente desconocido en Occidente hasta ese momento: masas rurales plebeyas capaces de formar ejércitos organizados contra una aristocracia feudal.” (Anderson, t. 2, pág. 25).
En 1648 la rebelión contra los nobles polacos dirigida por el cosaco Jmelnitski, al frente de una élite guerrera relativamente acomodada, desencadenó un gran levantamiento de la servidumbre ucraniana, que se sumó a la lucha del campesinado cosaco pobre. Aunque la cancelación de las deudas campesinas no se menciona explícitamente como un objetivo central, la revuelta estaba profundamente enraizada en las injusticias económicas y sociales sufridas por el campesinado ucraniano bajo el dominio polaco-lituano. Los rebeldes se enfrentaron al ejército polaco-lituano y a las tropas privadas de los grandes señores, los magnates. Inicialmente victoriosos (1648-1649), fueron derrotados en 1651. Los líderes cosacos cambiaron de bando y se aliaron con el zar de Rusia, que ampliaba así el territorio bajo su control [19]. La base campesina pasa del dominio de la nobleza polaca a otra forma de explotación.
En Polonia se desarrollaron luchas campesinas en la región de Podhale (cerca de Cracovia) entre 1650 y 1651 contra la opresión noble y fiscal, en el contexto más amplio de las tensiones sociales y políticas de la República de las Dos Naciones (Polonia-Lituania). Su manifiesto, ahora perdido, pedía la liberación de los campesinos de la servidumbre y la igualdad social.
En Rusia, estalló una sucesión de revueltas campesinas en los siglos XVII y XVIII.
– En 1606-1607, campesinos libres, siervos y cosacos de la región del Dniéper, bajo la dirección del antiguo esclavo Bolotnikov [20], en el punto álgido del levantamiento controlaban más de 70 ciudades en el suroeste y sur de Rusia y la cuenca media y baja del Volga. En octubre-diciembre de 1606 sitiaron Moscú, pero fueron derrotados, se retiraron y Bolotnikov fue ejecutado. El movimiento exigía en particular la abolición de la servidumbre.
– En 1670 comenzó una revuelta en la región del Volga bajo la dirección de Stenka Razin [21], un carismático líder cosaco. Rápidamente ganó terreno, atrayendo a miles de campesinos, siervos y cosacos. Los rebeldes tomaron varias ciudades desde Astrakán hasta Simbirsk, cubriendo casi todo el sureste de Rusia, llevando a cabo ataques contra las propiedades de los nobles. Los rebeldes denunciaban los abusos de la nobleza y los funcionarios exigiendo una distribución más equitativa de la riqueza y las tierras.
Los campesinos y los siervos estaban a menudo endeudados y una de sus principales demandas era la reducciónn o cancelación de estas deudas. Los cosacos, en particular, buscaban preservar su estilo de vida y su autonomía frente al creciente control del Estado. El gobierno zarista reaccionó con gran brutalidad, movilizando tropas para aplastar la revuelta. Stenka Razin fue capturado en 1671, torturado y ejecutado públicamente en Moscú para servir de ejemplo. Aunque la revuelta fue aplastada, Stenka Razin continuó siendo una figura emblemática de la resistencia popular en Rusia. Su nombre se asocia a menudo con la lucha contra la opresión y la búsqueda de justicia social.
– En 1707-1708, bajo la dirección del cosaco Bulavin [22], tuvo lugar un gran levantamiento de los cosacos del Don contra el zar Pedro el Grande. Estos cosacos acogían tradicionalmente a los siervos fugitivos que huían de la servidumbre en Rusia central. Pedro el Grande buscaba recuperarlos, lo que provocó tensiones con los cosacos, apegados a su autonomía. También denunciaban los impuestos demasiado pesados y los múltiples trabajos obligatorios. En su apogeo, Bulavin reunió a casi 100 000 hombres, uniendo a cosacos, campesinos y trabajadores de los Urales. En julio de 1708 las fuerzas gubernamentales aplastaron la rebelión cerca de Azov. Bulavin fue asesinado y la revuelta se derrumbó.
– En 1773-1775, tuvo lugar la mayor revuelta campesina de la historia del Imperio ruso. Dirigida por el cosaco Pugachov [23], esta insurrección movilizó a la servidumbre y otras poblaciones explotadas (cristianas y musulmanas en particular) desde las estribaciones de los Urales y los desiertos de Baskiria hasta las costas del Caspio. Según Anderson, “todos unidos, cosacos de las estepas y montañas, oprimidos por las manufacturas, campesinos de las llanuras, tribus de pastores se lanzaron a una serie de levantamientos que solo pudieron ser aplastados por el despliegue completo de los ejércitos imperiales” (Anderson, t. 2, p 26). Pugachov durante la lucha hizo publicar decretos que prometían la abolición de la servidumbre, la redistribución de la tierra, el fin de los impuestos injustos y la libertad religiosa. Tras el aplastamiento de la revuelta, la zarina Catalina la Grande intensificó la servidumbre, reforzó el control central e hizo desaparecer cualquier rastro de la revuelta (cambio de nombre de las ciudades, así como prohibición del nombre ’Pugachov’).
En Francia, la revolución de 1789-1793 permitió poner fin a los privilegios de la nobleza y el clero, puso fin a las corveas para la aristocracia y a los diversos impuestos cobrados por el clero y suprimió la monarquía. Pero la revoluciónn benefició principalmente a la burguesía, que compró masivamente los bienes confiscados a la Iglesia, a la nobleza y a quienes habían huido de la Francia revolucionaria. El campesinado pobre fue excluido de la venta de los bienes confiscados y los bienes comunales no se restablecieron (Guérin, 1946, t. 1, capítulo VII).
Algunos cuadernos con quejas y reivindicaciones elaborados por los campesinos mencionaban explícitamente el deseo de que las deudas fueran canceladas o reestructuradas, en particular las deudas contraídas con acreedores privados. A menudo el campesinado se endeudaba con acreedores privados (notarios, burgueses o incluso otros campesinos más ricos) debido a las malas cosechas, los impuestos excesivos y las difíciles condiciones económicas. Pero sus deudas no fueron canceladas.
En el siglo XIX, durante la ola revolucionaria de 1848 en Alemania, el campesinado alemán se levantó en varias regiones, especialmente en Baden, Wurtemberg, Baviera y Prusia, donde estallaron revueltas contra los señores locales. Quemaron los archivos señoriales que contenían títulos de propiedad y deudas, simbolizando su rechazo del sistema feudal. En varios estados alemanes los gobiernos provisionales prometieron la abolición de los derechos feudales y la cancelación de las deudas campesinas para apaciguar las revueltas. Por ejemplo, en Prusia, el gobierno aprobó leyes para abolir las corveas y las regalías señoriales, pero estas reformas a menudo eran incompletas y debían ser compradas por los campesinos, lo que limitaba su alcance. Los campesinos más pobres a menudo fueron excluidos de los beneficios de estas reformas, ya que no podían pagar las indemnizaciones exigidas por la abolición de los derechos señoriales.
Las luchas revolucionarias de 1848 fueron finalmente reprimidas y muchas de las reformas prometidas fueron parcialmente anuladas o suavizadas por la reacción conservadora que siguió.
La cancelación de las deudas campesinas gracias a la revolución rusa de 1917

Antes de la revolución de 1917 la mayoría de la población rusa estaba compuesta por campesinas y campesinos, a menudo aplastados por deudas contraídas con terratenientes, bancos o el propio Estado. Estas deudas fueron el resultado de la persistente explotación feudal, el endeudamiento por la compra de tierras tras la abolición de la servidumbre en 1861 y el rápido desarrollo del capitalismo en Rusia (Lenin, 1899).
Una primera revolución derrocó al zar en febrero de 1917 y se puso en marcha un gobierno provisional burgués. Los campesinos pasaron a la acción masivamente durante el verano de 1917 y se apoderaron de las tierras de los señores, el clero y los grandes propietarios burgueses, sin esperar más a la reforma agraria prometida y constantemente retrasada por el gobierno provisional (León Trotsky, 1932, Historia de la revolución rusa, t. 1., capítulo 20, Los Campesinos). El campesinado ruso retomaba de hecho su larga tradición de vastos levantamientos que ya habían marcado el pasado nacional, como durante las grandes revueltas de Stenka Razin en el siglo XVII o de Pugachov en el siglo XVIII en la época de Catalina la Grande.
Después de la victoria de la revolución de octubre de 1917 el gobierno de los soviets, en el que se encontraban bolcheviques y socialistas revolucionarios de izquierda, adoptó varios decretos para mejorar fundamentalmente las condiciones de vida y los derechos del campesinado:
– El Decreto sobre la Tierra (1917)nacionalizó todas las tierras y anuló las deudas relacionadas con su adquisición.
Extracto del artículo 1 del decreto sobre la tierra: “Todas las tierras (las del estado, patrimoniales, de la corona, los conventos, la iglesia, posesiones, mayorazgos, propiedades privadas, las de comunidades y campesinos, etc.) son expropiadas sin indemnización, pasando a ser propiedad de todo el pueblo, concedidas en usufructo a quienes las trabajen”. También más allá en el decreto se señala que “las tierras de los campesinos y cosacos comunes no son confiscadas”.
– Se cancelan las deudas con los terratenientes y los bancos. Los bancos son nacionalizados.
– Se toman medidas para organizar cooperativas agrícolas y proporcionar apoyo financiero a los pobres.
También hay que añadir el repudio total en febrero de 1918 de la deuda zarista y la contraída por el gobierno provisional de Kerenski entre febrero y octubre de 1917, incluidos los préstamos extranjeros, considerados ilegítimos porque se contrajeron para financiar guerras y opresión y no el desarrollo del país (Toussaint, 2024).
¿Ha habido otras cancelaciones de la deuda del campesinado en Europa en el siglo XX?
Durante la Guerra Civil Española (1936-1939) las y los campesinos pobres estaban muy endeudados con los grandes terratenientes. En las zonas republicanas con fuerte influencia anarquista o del Partido Obrero de Unificación Marxista (POUM) se decidieron las cancelaciones de las deudas campesinas como medida de justicia social, pero estas medidas fueron de corta duración porque la victoria de los golpistas reaccionarios bajo Franco restableció las antiguas estructuras de propiedad y deuda.
Después de la Segunda Guerra Mundial los países de Europa del Este bajo influencia soviética experimentaron reformas agrarias radicales. Las deudas de los campesinos a menudo fueron anuladas como parte de la colectivización de la tierra y la nacionalización de la agricultura. Estas reformas permitieron a algunos campesinos liberarse de sus deudas.
Y fuera de Europa en el siglo XX ¿ha habido cancelaciones de deudas campesinas?
Sí, este fue especialmente el caso después de la victoria de la revolución china de 1949. Este tema merece un artículo completo.
Conclusión
Durante las movilizaciones del mundo rural en Europa en 2024 pudimos constatar que el modelo de producción que prevalece es generador de un endeudamiento creciente de las familias campesinas. La deuda sigue siendo una herramienta de explotación y desposesión del campesinado, incluso si su cancelación no figura entre las reivindicaciones presentadas.
Este artículo muestra que el problema de las deudas campesinas ha desempeñado un importante papel histórico importante en las revueltas campesinas. En algunos casos, estas luchas dieron lugar a la cancelación de la deuda y a otras medidas como la distribución de la tierra.
Este fue el caso ocurrido durante la revolución rusa de 1917.
[1] David Graeber, Debt : The First 5000 Years, Melvillehouse, New York, 2011, 542 p. Dette : 5 000 ans d’histoire, Les Liens qui Libèrent, Paris, 2013, 623 pp. Ver en español: David Graeber, En Deuda, una historia alternativa de la economía, Ariel, Barcelona, 2021, 720 pp. Se puede leer en https://www.solidaridadobrera.org/ateneo_nacho/libros/David Graeber – En deuda.pdf
[2] Michael Hudson, The Lost Tradition of Biblical Debt Cancellations, 1993, 87 pp; The Archaeology of Money, chapter 5 in Credit and State Theories of Money: The Contributions of A. Mitchell Innes, L. Randall Wray (Editor) Edward Elgar Pub. Cheltenham, U.K. 2004, 288 pp. Ver también : David Graeber, op. cit. Ver Éric Toussaint, La amplia tradición de anulación de deudas en Mesopotamia y en Egipto del 3º al 1º milenio antes de J.C. 24 de diciembre de 2024 8289
[3] Isabelle Ponet, La remisión de las deudas en la Tierra de Canaán durante el primer milenio antes de Cristo, publicado el 27 de diciembre de 2024 8614
[4] Michael Hudson, The Lost Tradition of Biblical Debt Cancellations, p. 27. Henry George School of Social Science, 1993, Northwestern University, 124 pp
[5] Leer : « Sisactía » https://es.wikipedia.org/wiki/Sisact%C3%ADa y
https://es.wikipedia.org/wiki/Sol%C3%B3n Fabienne Manière, ’594 av. J.-C. Solon consolide la démocratie à Athènes’, Hérodote, publicado el 2 de febrero 2022, https://www.herodote.net/594_av_J_C-evenement—5940000.php
[6] Ver Karl Marx, El Capital, Libro 3, cap. 19 sobre la usura precapitalista, Akal, Madrid, 2022, 3184 pp. Ver igualmente Ernest Mandel (1962), Tratado de economía marxista, tomo 1, capítulo 4, el apartado titulado “El capital usurario” https://www.nodo50.org/ciencia_popular/articulos/Mandel2.html
[7] Dolcino y sus partidarios defienden una sociedad igualitaria, la puesta en común de bienes, la igualdad de género y la liberación de las limitaciones feudales. También rechazan la autoridad de la Iglesia Romana.
[8] Jan Dumolyn, « La Flandre, épicentre du conflit de classes dans l’Europe médiévale », publié le 23 juillet 2023, https://lavamedia.be/fr/la-flandre-epicentre-du-conflit-de-classes-dans-leurope-medievale/ Ver también Silvia Federici, Caliban et la Sorcière. Femmes, Corps et accumulation primitive, Entremonde, Genève-Paris, 2014, 459 p, p. 86-87. En esp. : Calibán y la bruja : Mujeres, cuerpo y acumulación originaria, 2004, Traficantes de Sueños, Madrid, 368 pp.
[9] Dommanget, 1958, p. 95
[12] Ver Perry Anderson, 1976, p. 69 de la edición en francés. Ver en español Judith Torquemada, “Las guerras remensas : contra los malos usos de las clases altas “, 19 de febrero de 2025 https://www.espanafascinante.com/articulo/revoluciones-pueblo/guerras-remensas-malos-usos/20220822100000275456.html consultado el 1 de Abril de 2025. Ver también Federici, 2004, p. 97 de la edición en francés.
[13] Esta reivindicación figura a la cabeza de una lista de reivindicaciones adoptada el 20 de marzo de 1525 en Suabia. https://fr.wikipedia.org/wiki/Douze_articles_(XII_Articles) Ver esta lista de “los doce artículos” en esp. en https://es.wikipedia.org/wiki/Guerra_de_los_campesinos_alemanes
[14] Citado por Silvia Federici, Caliban et la Sorcière, p. 152 (de la edición en francés) d’après G. Strauss (éd.), Ver edición en español: Silvia Federici, Calibán y la bruja : Mujeres, cuerpo y acumulación originaria, 2004, Traficantes de Sueños, Madrid, 368 pp. Manifestations of Discontent on the Eve of the Reformation, Bloomington, Indiana University Press, 1971, pp. 110-111..
[15] Federico Engels, La guerra de los campesinos en Alemania, https://www.marxists.org/espanol/m-e/1850s/guerracamp/01.htm Ver también David Graeber, op. cit., pp. 390-395 de la edición en francés. Ver también Ernst Bloch (1921), Thomas Münzer. Colección Socialismo y Libertad, libro 174 https://elsudamericano.wordpress.com/
[16] Federico Engels, La guerra de los campesinos en Alemania, p. 92 de la edición en francés. Ver en español: La guerra de los campesinos en Alemania, Ediciones Políticas, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1974 https://www.marxists.org/espanol/m-e/1850s/guerracamp/index.htm
[17] Martin Luther. 1524. “Du commerce et de l’usure”, in Œuvres, tome 1, Gallimard (La Pléiade), Paris, 1999, p. 386. Citado por David Graeber, 5000 ans, p. 391 de la edición en francés. Ver en español, Martín Lutero, Sobre el comercio y la usura, José J. Olañeta Editor, 2015, 144 pp.
[18] En francés : https://fr.wikipedia.org/wiki/Révolte_de_Kett , en inglés https://en.wikipedia.org/wiki/Kett’s_Rebellion. En español https://jacobinlat.com/2025/01/la-lucha-de-clases-contra-el-capitalismo-comenzo-con-una-rebelion-en-el-campo-ingles/ y https://es.wikipedia.org/wiki/Revuelta_de_Buckinghamshire_y_Oxfordshire_de_1549
[19] Por razones de espacio no es posible desarrollar los pogromos antijudíos que tuvieron lugar durante la rebelión, ver: https://es.wikipedia.org/wiki/Rebelión_de_Jmelnitski . En otros movimientos campesinos como la Revuelta de los Pastorcillos en 1320 en Francia, también hubo pogromos contra los judíos. Leer en francés https://www.universalis.fr/encyclopedie/pastoureaux/, ver también en español https://diariojudio.com/opinion/la-cruzada-de-los-pastorcillos-julio-de-1320-reino-de-aragon-sefarad/379194/ y http://carlosbravosuarez.blogspot.com/2008/12/la-entrada-de-los-pastores-franceses-en.html. El hecho de que dentro de las comunidades judías haya habido, principalmente a partir del siglo XII, una especialización en el comercio de dinero y préstamos explica que la comunidad judía (Rodinson 1968, p. XXXV a XXXIX) fuera objeto de la violencia provocada por los altos cargos relacionados con los préstamos con tipos de interés usureros. La ira del campesinado y otros sectores de la población, en lugar de estar dirigida contra el sistema que generaba un fuerte aumento de la necesidad de endeudarse para pagar los múltiples impuestos y tasas, se centró en los agentes prestamistas y en la comunidad de la que provenían.
*Doctor en Ciencias políticas de la Universidad de Lieja y de la Universidad de París VIII, es el portavoz del CADTM internacional y es miembro del Consejo Científico de ATTAC Francia. Ha sido miembro de la Comisión de Auditoria Integral del Crédito (CAIC) del Ecuador en 2007-2011 y coordinó los trabajos de la Comisión de la Verdad Sobre la Deuda, creada por la presidente del Parlamento griego (2015).