Riquezas cada vez más concentradas y la gran brecha se amplía
Maxime Perriot
Las desigualdades de ingresos y riqueza son abismales. Si tuviéramos que hacer un retrato robot basado en estos últimos diríamos que quienes se aprovechan de ello son hombres, a menudo blancos del Norte. Las y los perdedores son las poblaciones del Sur, las mujeres (especialmente algunas), las personas racializadas en el Norte. En resumen, la gran mayoría de la población.
La extrema concentración del capital en manos de unos pocos privilegiados en todo el mundo
Las desigualdades de riqueza son vertiginosas y siguen creciendo. Oxfam nos dice que en 2020 la fortuna de las cinco personas más ricas del planeta se ha más que duplicado, mientras que la riqueza acumulada del 60% de la población mundial, es decir, cinco mil millones de personas, ha disminuido [1].
Tabla 1: Comparación Norte-Sur en función de la población, del PIB y del PIB por habitante
Las desigualdades de riqueza están en todas partes: en todos los países, entre hombres y mujeres, entre las personas blancas y las racializadas en el Norte, pero también entre el Norte y el Sur. Este cuadro nos muestra que si bien cuatro de cada cinco personas en el mundo viven en los llamados países del “Sur”, estos últimos solo reúnen poco más de un tercio del PIB mundial. También vemos que el PIB per cápita es casi diez veces mayor en los países del norte que en los del sur. La diferencia es enorme.
Gráfico 4 y 5: las desigualdades extremas de las riquezas
Traducción del gráfico:
Extreme wealth inequality: the rise of global billionaires, 1995-2021: Desigualdades extremas de riquezas: la subida del número de multimillonarios en el mundo 1995-2021. Share of total household wealth (%): Proporción de la riqueza total de los hogares (%) Global Billionaires: Multimillonarios en el mundo Global billionaires wealth in 2021 represents 3,5% of global household wealth: En 2021, la riqueza de todos los multimillonarios del mundo representaba el 3,5% de la riqueza total de los hogares. |
Otra línea de división es la de las desigualdades extremas de riqueza. El 0,01% más rico (800 000 personas) concentra el 11% de las riquezas mundiales. Esto significa que el equivalente de la población de la ciudad de Marsella en Francia posee una décima parte de la riqueza mundial.
El 0,001% más rico concentra el 6,5% de la riqueza mundial, mientras que la mitad más pobre de la población mundial representa solo el 2% de la riqueza mundial. Así, 80 000 personas (el equivalente al número de habitantes de una ciudad media) poseen más riqueza que la mitad de la humanidad, es decir, 4 mil millones de personas. El gráfico muestra que la brecha de riqueza entre el 50% más pobre y el 0,001 más rico no ha dejado de aumentar desde 2008.
Resulta claro que la tendencia es al alza en la concentración de riqueza en manos de la gente más rica del planeta. Las 800 000 personas más ricas poseían aproximadamente el 7,5% de la riqueza mundial en 1995, luego el 8,5% en 2005, el 10,5% en 2015 y el 11% en 2021. La crisis de las subprime (2007-2008) y la pandemia de Covid-19 (2020-2022) fueron momentos excepcionales de enriquecimiento para el 0,01% más rico.
Gráficos 6 y 7: la concentración extrema del capital por grandes regiones del mundo
Estos gráficos, que muestran la concentración de la riqueza por grandes regiones del mundo, muestran las mismas realidades que las observadas anteriormente. En todas estas regiones, el 10% más rico concentra entre el 60% y el 80% de la riqueza. En todas estas regiones, el 50% más pobre representa menos del 5% de la riqueza total. América Latina, la región de Oriente Medio y África del Norte y Rusia y Asia Central son las tres regiones más desiguales desde el punto de vista de la concentración de la riqueza, seguidas de cerca por las otras grandes regiones. En estas tres regiones, el 1% más rico concentra casi la mitad del capital, y el 10% más rico alrededor de tres cuartas partes de la riqueza.
Esta concentración extrema golpea de lleno a las minorías raciales y a las mujeres. Según Oxfam, en los Estados Unidos un hogar negro medio solo posee el 15,8% de la riqueza de un hogar blanco medio [2]. Del mismo modo, las mujeres tienen 105 billones de dólares menos que los hombres en la Tierra. Esta cantidad representa cuatro veces la economía estadounidense [3].
La concentración de los ingresos en manos de los hombres y de una minoría extrema de personas ricas
Al igual que todas las riquezas, los ingresos (los flujos que remuneran el trabajo o la posesión de capital) se concentran en gran medida en una minoría de manos, a menudo blancas y masculinas. Estos últimos acceden a posiciones vectores de ingresos importantes porque crecen en familias que les proporcionan capital financiero (como hemos visto anteriormente), capital cultural y capital social [4]. Los estudios y el empleo ocupados son para ellos una forma de transformar el capital adquirido al nacer y legitimar su lugar en la sociedad, enmascarando el privilegio heredado detrás de un pseudomérito. Dado que las posiciones sociales y los empleos a menudo se heredan del capital financiero, social y cultural de la familia de una persona, las desigualdades de ingresos siguen la misma tendencia y reflejan las desigualdades en el acceso al capital.
En Brasil, según el informe de Oxfam “Multinacionales y desigualdades múltiples”, publicado en enero de 2024 [5], los “ingresos de las personas blancas son en promedio un 70% más altos que los de los afrodescendientes”. La tendencia es la misma para las mujeres en todo el mundo. Las personas que se encuentran en la intersección de la opresión, como las mujeres racializadas, sufren aún más estas desigualdades de ingresos.
Gráfico 8: parte del conjunto de rentas del trabajo poseído por las mujeres, de 1990 a 2020.
Empecemos con este gráfico. Muestra la parte de los ingresos del trabajo que va al bolsillo de las mujeres. En el período 2015-2020, las mujeres obtuvieron algo más de un tercio de los ingresos laborales. Esta cifra se explica de dos maneras: a las mujeres se les paga menos que a los hombres y tienen menos acceso al empleo. Obviamente, esto no significa que las mujeres trabajen menos que los hombres. Acumulan las horas de trabajo gratuito en el hogar (limpieza, cocina, cuidado de los niños). Trabajan de media mucho más que los hombres. Es la doble o incluso la triple jornada laboral de las mujeres. Debido a que trabajan más en la esfera privada, su acceso al empleo remunerado se reduce. Por lo tanto, reciben menos ingresos del empleo, lo que tiene graves consecuencias, como una dependencia potencialmente peligrosa de su pareja o marido.
E incluso cuando tienen acceso al mercado laboral a tiempo completo, las mujeres están peor pagadas que los hombres.
Gráfico 9: Diferencia salarial entre hombres y mujeres, 2022 (OCDE)
Esta brecha salarial entre hombres y mujeres se materializa en el gráfico 9. Muestra la diferencia entre el salario medio masculino y femenino para un trabajo a tiempo completo, por país, en porcentaje. El salario medio de las mujeres corresponde al salario por el que el 50% de las mujeres gana más y el 50% gana menos. Lo mismo ocurre con el salario medio de los hombres. Por ejemplo, en promedio, en todos los países de la Unión Europea, el salario medio de las mujeres es un 11% más bajo que el de los hombres para un empleo a tiempo completo. Esta diferencia se eleva hasta el 31,2% en Corea del Sur. Es del 17% en Estados Unidos, del 16,7% en México, del 11% en Brasil y Chile, o del 11,5% en Francia. Según las estadísticas de la OCDE, los países que pertenecen a esta organización en los que la brecha salarial media entre hombres y mujeres es más baja son Bélgica, Costa Rica y Colombia, con diferencias inferiores al 2%.
Tabla 2: Diferencia de remuneración entre hombres y mujeres en Europa en 2013 y en 2021
Fuente: Eurostat
Esta tabla utiliza otra metodología. Realizada por Eurostat, sus cifras representan la diferencia salarial bruta media por hora entre hombres y mujeres. Estas cifras se calculan sobre la base de empresas con 10 o más personas asalariadas. Este método de cálculo es interesante porque también tiene en cuenta a las personas que no están empleadas a tiempo completo. Hay que tener en cuenta qu muchas mujeres trabajan a tiempo parcial. Por lo tanto, este método de cálculo es más representativo que el anterior, que sigue siendo interesante porque no solo cubre países europeos.
Esta tabla nos muestra que la diferencia de remuneración bruta media por hora sigue siendo muy alta en Europa. Va de 0 en Luxemburgo a 20,5% en Estonia, con una media del 12,7% para la Unión Europea. Hay que señalar que Alemania y Francia tienen importantes diferencias salariales con un 17,6% y un 15,4% menos por hora para las mujeres, respectivamente. Italia, Bélgica, Luxemburgo, Rumanía o Eslovenia son los países con la brecha salarial más baja entre hombres y mujeres, con una diferencia inferior o igual al 5% por hora trabajada.
Finalmente, se constata una ligera pero ampliamente insuficiente mejora general entre 2013 y 2021. En algunos países como España, donde el movimiento social feminista ha sido fuerte y donde han seguido políticas de reducción de las desigualdades salariales, la brecha se ha reducido considerablemente. Mientras que las mujeres ganaban en promedio, por hora, un 17,8% menos que los hombres en 2013, la brecha se había reducido al 8,9% en 2021.
Gráfico 10: desigualdades salariales entre hombres y mujeres (en %) para los empleos a tiempo completo en países de la OCDE (2002,2010,2021)
La tendencia observada se confirma en este gráfico de la OCDE, en el que la brecha salarial se está reduciendo en la gran mayoría de los países, aunque el nivel de desigualdad sigue siendo demasiado alto.
Gráfico 11: desigualdades de rentas globales: el 1% más rico y el 0,1% más rico vs el 50% más pobre, 1820-2020
Gráfico 12: parte de las rentas poseídas por el 50% más pobre, el 40% siguiente y el 10% más rico por grandes regiones del mundo en 2021
Estos dos gráficos muestran que, al igual que con el capital, la distribución de los ingresos en todo el mundo es muy desigual. Si es ligeramente menos que el capital, en 2020, el 1% más rico concentraba no menos del 21% de los ingresos del planeta. El mismo año, el 0,1% más rico se hizo con más ingresos (8% del total) que el 50% más pobre (7% del total). En cuanto a las grandes regiones, las más desiguales en la distribución de los ingresos son la región de Oriente Medio y África del Norte, el África subsahariana, América Latina y el sur y sudeste asiático. En estas cuatro regiones, el 10% más rico concentra más de la mitad de los ingresos totales, mientras que el 50% más pobre representa alrededor del 10% de los ingresos totales.
El gráfico 11 muestra un aumento de las desigualdades de ingresos entre el 1% más rico y el 50% más pobre entre 1820 y 1920, y luego una tendencia a la reducción de estas desigualdades entre 1940 y 1970. Este período corresponde, especialmente en el Norte, a la aplicación de políticas más redistributivas (seguridad social, pensiones, servicios públicos eficientes). Luego, las desigualdades volvieron a aumentar entre 1980 y 2010, durante el período de instalación del neoliberalismo y la financiarización de la economía a escala mundial. La retirada gradual del Estado con la degradación de los servicios públicos y las privatizaciones en serie ha dejado que se disparen las desigualdades entre una minoría extrema y la mayoría de la población.
En general, el gráfico 11 muestra que todos los períodos de auge de un capitalismo sin reglas han concordado con un aumento de las desigualdades. Hoy, después de 30 años de neoliberalismo, el capital y los ingresos se distribuyen de forma muy desigual. También hay desigualdades en el acceso al empleo. En el Norte, es muy desigual y reserva, de nuevo, los mejores puestos -los mejor pagados, los más valorados por la sociedad y los menos precarios- a una mayoría de hombres blancos privilegiados. Esta realidad se ve una vez más fuertemente acentuada por la dinámica de retirada del Estado que ha estado en marcha durante décadas.
Notas
[1] Oxfam, “Multinacionales y desigualdades múltiples”, 2024, p.4, https://oi-files-d8-prod.s3.eu-west-2.amazonaws.com/s3fs-public/2024-01/Davos%202024%20Report%20-%20Spanish.pdf
[2] Oxfam, “Multinacionales y desigualdades múltiples”, 2024, p.9, https://oi-files-d8-prod.s3.eu-west-2.amazonaws.com/s3fs-public/2024-01/Davos%202024%20Report%20-%20Spanish.pdf
[3] Ibid.
[4] Pierre Bourdieu, “La Distinction”, Les Éditions de Minuit, 1979.
[5] Oxfam, “Multinacionales y múltiples desigualdades”, 2024, p.9, https://oi-files-d8-prod.s3.eu-west-2.amazonaws.com/s3fs-public/2024-01/Davos%202024%20Report%20-%20Spanish.pdf