Blinken y el FMI preocupados por la gobernabilidad en Argentina

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Claudio della Croce

El viaje de Antony Blinken a la argentina marca la visita de más alto nivel de un funcionario del gobierno de Joe Biden a la presidencia del ultraderechista Javier Milei. La administración de Biden tiene interés en verificar si la gestión de Milei, que dice abiertamente estar alineada con los Estados Unidos, puede constituirse en puente con la región, además de un aliado con quien fortalecer una agenda de trabajo.

A diferencia de Lula Da Silva, con quien Blinken viene de reunirse en el marco de la Cumbre del Grupo de los 20 en Rio de Janeiro, Milei respalda abiertamente a dos aliados de la Casa Blanca en conflicto, Ucrania e Israel.Antony Blinken expresó el apoyo de EE.UU. y dio vía libre a la dolarización - El Economista

“Argentina ha decidido volver al lado de Occidente, al lado del progreso, al lado de la democracia y, sobre todas las cosas, al lado de la libertad”, exclamó exultante el ultraderechista presidente argentino Javier Milei en la previa a la reunión con el secretario de Estado estadounidense Antony Blinken en la Casa Rosada (de gobienro).

Los ejes principales de la agenda del encuentro giraron en torno al programa de ajuste libertario, las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la posibilidad de avanzar en mayores acuerdos comerciales. La visita de Blinken a la Argentina se da por varias razones. Una, la enorme deuda argentina con el FMI y la necesidad de que el gobierno de  Biden provea respaldo para un nuevo acuerdo de financiamiento con el prestamista internacional.

Otra, que Washington planea extender inversiones en el litio argentino, dado el interés de China y algunos países europeos en el mineral. Además, Blinken probablemente le pidió a Milei una definición respecto de la compra de 24 aviones daneses F-16, de origen estadounidense, en detrimento de los aviones chinos J-17. Pero la preocupación de Washington es la estabilidad de un gobierno sin apoyo parlamentario ni de los gobernadores, y cuya popularidad va en picada.

Tercero, aprovechar que el gobierno del segundo país de Sudamérica tiene una vocación antiChina. Para demócratas y republicanos por igual, el rechazo a los BRICs y la fricción constante con Beijing que sostiene el gobierno libertario como política exterior son “un regalo” para Estados Unidos.

Y Milei no dejó dudas:”Queremos crear una cadena de suministro a minerales críticos como el litio. Nuestras compañías están haciendo inversiones importantes, sobre todo en el noroeste. Estos proyectos van a generar buenos empleos, mejorar la competitividad y un clima más resiliente”.

Precisamente. el litio, por el que llegó a Buenos Aires el alto funcioario estadounidense, es un punto central en la disputa regional entre Estados Unidos y China, dado que más de la mitad de las reservas del mundo están en Sudamérica y ninguna de las dos potencias quiere perderse la oportunidad de quedarse con un mineral clave para la transición energética.De acuerdo con expertos una de sus similitudes entre el presidente electo de Argentina Javier Milei y el expresidente de EEUU, Donald Trump, es "la forma radical" en la defienden sus ideales. [Foto: Archivo/Reuters]

Tradicionalmente, Estados Unidos opta por Brasil cuando diseña su hoja de ruta en la región, pero el presidente Lula da Silva se acercó a China y Rusia, además de comparar al gobierno israelí con la Alemania nazi por el genocidio en Gaza. En este contexto geopolítico, Biden cree que Milei puede reemplazar a Lula en un escenario condicionado por la ofensiva de Beijing, y la inestabilidad social y económica.

Pero Milei tiene su doble juego. Voló a Washington, para participar de la Conferencia Política de Acción Conservadora (CPAC) de los movimientos de derecha y ultraderecha del mundo, y pasará de fortalecer los lazos institucionales y diplomáticos con la administración de Biden a mostrarse en la arena de su adversario republicano, el ex (y quizá próximo) presidente Donald Trump, en menos de 24 horas.

El sociólogo, doctor en Relaciones Internacionales y exvicerrector de la Universidad Di Tella Juan Gabriel Tokatlian consideró que las decisiones de política exterior de Javier Milei responden a un “un diagnóstico anacrónico del mundo”. Consideró que la decisión de cambiar la sede diplomática de Tel Aviv a Jerusalem no fue producto de un pedido explícito de EEUU y advirtió que Milei, con esa decisión, cambió una política exterior que Argentina sostiene hace 70 años.

Blinken expresó el apoyo de EEUU y dio vía libre a la dolarización“Algunas de estas decisiones tienen las características propias de un mundo que ya no es, de un Occidente formidable y preponderante que tampoco es porque hay más jugadores con atributos de poder e injerencia importantes en el mundo y nuevos temas en la agenda internacional”, señaló, tras aseverar que Milei encabeza el gobierno menos interesado en América Latina desde el advenimiento de la democracia.

Lo cierto es que el comercio exterior de la Argentina viene creciendo en una dirección distinta a la occidental. En 2022, que fue un año récord en exportaciones, 8 de cada 10 dólares que ingresaron al país por concepto de exportación vinieron por el intercambio comercial con países no occidentales.

A poco de iniciar su gestión, Milei rechazó la invitación para ingresar al BRICS, un foro amplio donde Argentina podría incidir. Para Tokatlian,  “fue una decisión ideológica e individual”,

¿Dolarización?

El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, se desentendió este viernes de los planes de dolarización del ultraderechista presidente argentino Javier Milei al evitar darle su apoyo: depende de Argentina, dijo, durante la entrevista que soastuvieron en La Casa Rosada de gobierno.

“Esperamos escuchar un plan, pero la decisión debe ser de Argentina”, sostuvo Blinken, quien agregó que “el trabajo que se hace para estabilizar la economía es vital y queremos ayudar a ese éxito”, agregó el funcionario de Joe Biden. Ante la respuesta del estadounidense, la canciller Diana Mondino minimizó el tema de la dolarización, pero señaló, acerca de esta posibilidad, que “el concepto es más amplio, que es hablar de la libertad de monedas, es más fácil de comprender”.

La última vez que un secretario de Estado de Estados Unidos visitó la Argentina fue en 2018, cuando Rex Tillerson,  al frente de la diplomacia del gobierno de Donald Trump, visitó Buenos Aires en la antesala de la reunión del G20 que se realizó ese año en el país. En la Casa Rosada esperaban una visita “en modo Papa Noel”, con un regalo en la bolsa, pero ésta venía vacía en busca del litio y otros minerales argentinos.

El FMI y el fantasma del estallido

El presidente Javier Milei, en una entrevista al canal de noticias oficialista TN,  aseguró que la reunión con Gita Gopinath, la subdirectora del Fondo Monetario Internacional (FMI) fue «muy buena» y que  se mostró «satisfecha con nuestra tarea«, es decir las medidas económicas adoptadas en los primeros dos meses de mandato.

«A Gita le sorprendió mi nivel de ortodoxia. El déficit cero no se negocia y con el déficit cero vamos a aprovechar para bajar impuestos. No es un tema menor porque si mejora la relación respecto del PBI, la tasa de interés baja. El FMI se comprometió a seguir acompañándonos, esto hay que discutirlo, pero están comprometidos con nuestro éxito porque para ellos, nosotros somos un caso emblemático», agregó.

Pero la misión que envió Kristalina Georgieva escudriñó a dirigentes empresarios, gremios y organizaciones de la sociedad civil respecto al contexto social, político y económico del plan de ajuste que aplica el gobierno ultraderechista.

El FMI planteó tres preguntas esenciales: la primera, cómo hará Milei para gobernar este ajuste; la segunda, destinada a sectores empresarios exportadores, es cómo viene el flujo de divisas, y la tercera es qué opinión tienen del presidente y sus equipos.

La preocupación del Fmi es si el Gobierno de Milei está en condiciones política s y sociales de gobernar en el medio de un ajuste que el Fondo apoya. En pocas palabras, si el gobierno entiende la dinámica que se viene, en tan poco tiempo, en el marco del recalentamiento de los recortes, jubilaciones, suba de precios y tarifas.

En otras palabras, al FMI le preocupa un posible un estallido social, como en 2001,y de allí la respuesta del equipo de Gita Gopinath: “hasta que no veamos si el Presidente tiene capacidad de gobernar, no elevaremos ninguna propuesta al directorio del organismo”. 

*Economista y docente argentino, investigador asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)