Katz: Milei va a cumplimentar su plan, el de la clase dominante, con una estrategia represiva

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Carlos Aznárez y María Torrellas

Claudio Katz es argentino, licenciado en Economía y doctor en el área de Geografía (1997). Dirige proyectos de la Universidad de Buenos Aires y es investigador del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología. Coordinó grupo de trabajo de CLACSO y es miembro del Instituto de Investigaciones Económicas de Argentina. Recibió tres menciones honoríficas del Premio Libertador al Pensamiento Crítico por sus libros “Bajo el Imperio del Capital” (2011), “Las disyuntivas de la izquierda en América Latina” (2008) y el “El porvenir del socialismo” (2004). Es integrante del colectivo “Economistas de Izquierda”

-Nos interesa reflexionar un poco sobre cómo estás viendo vos esta ofensiva del presidente Javier Milei, que quiere aprovechar ya no los primeros cien días sino las primeras dos semanas para hacer un ataque muy fuerte contra el movimiento popular, contra la gente más humilde, y también contra la clase media. Es evidente que vienen por todo y contra todos. después del anuncio del Decreto de Necesidad de Urgencia (DNU), que incluye 300 puntos. ¿Cuál es tu opinión?

-Exactamente así. Creo que el discurso de este miércoles confirma que estamos en presencia de un intento de contrarreforma integral de la sociedad argentina. Ninguna de las denominaciones que se están utilizando es exagerada. O sea… se habla de un plan de guerra contra la clase trabajadora, una motosierra contra el pueblo, o el mayor ajuste de la historia argentina. No hay ninguna denominación que sea abusiva. Todo vale. Nunca hemos visto algo así. Y las comparaciones con el pasado: Martínez de Hoz, Menem, Macri … se quedan completamente cortas, absolutamente empequeñecidas por lo que estamos viendo en estos momentos.

En el discurso, él ratificó el argumento que viene esbozando desde que asumió, que es presentar una crisis de carácter descomunal con cifras caprichosas: el 15.000 % de inflación no tiene ningún sustento de ninguna naturaleza. Busca en realidad generar una crisis adrede. La economía argentina, ya sabemos, está atravesando por un momento complejo, difícil. Estamos acostumbrados a esto, pero de ninguna manera el pronóstico que hace Milei justifica lo que él está haciendo.

Él potencia los desequilibrios reales para generar un ajuste descomunal que parezca aceptable frente al escenario caótico e inmanejable que sugiere. Es la tesis de que hay que sufrir. Es esa idea que debemos sufrir y que tendremos que sufrir todos para que el país salga adelante, para que en realidad un grupo minoritario de poderosos se aprovechen de la situación.

-En ese marco llega el “paquetazo” de 300 leyes,  una más nociva y destructiva que la otra. Suena a asalto del gobierno por un grupo interempresarial mafioso.

-Es un “paquetazo” que no tiene precedentes. Hay primero una convalidación del saqueo del salario, destruir ingresos y jubilaciones, convalidar la mega devaluación del 100% y una tasa de inflación que anda por el 20% o 30 mensual y que va a llevar la pobreza fácil al 55 o 60% en los próximos meses. Él anula la ley de abastecimiento, la ley de góndolas. En realidad, lo que establece es el principio de la liberación total de precios y por lo tanto la posibilidad de una remarcación absoluta que convalide esta carestía. Por ejemplo, permite todo tipo de exportaciones.

Esto significa que la carne, que cada vez que sube mucho el precio se restringe la exportación para permitir que alguien coma carne, con esta novedad la carne va toda para afuera, nadie podrá ya consumirla. Y el segundo eje del paquete de leyes es el cambio laboral. No es el abaratamiento del costo, porque el costo laboral ya está pulverizado con la hiperinflación que estamos viviendo; es generar condiciones para una precarización total de los trabajadores mediante una reforma que anula el sistema de indemnizaciones; y sobre todo introduce este tipo de restricciones a las huelgas, que es el verdadero objetivo del proyecto de Milei, apuntando a convalidar una alta tasa de desempleo.

-Todo esto tiene antecedentes en la peor política que aplicó Carlos Menem.

-Una de las peculiaridades de la economía argentina es que en la crisis que estamos sufriendo, tenemos un bajo nivel de desempleo. Bueno, cortando la obra pública, cortando las transferencias a las provincias quiere generar un desempleo tipo la época de Menem para ahí sí asegurar la precarización definitiva del trabajo, con la destrucción de las conquistas o los derechos que aún subsistan, como por ejemplo el derecho a la salud. Entre lo que incluye en el “paquetazo” es la destrucción de las obras sociales para que las prepagas se queden con la crema de la afiliación y todo el resto quede fuera de la obra social, de la prepaga y termine en el hospital público desmantelado por el ajuste presupuestario.

.Resumiendo, es un plan que intenta aniquilar a los humildes pero también a la clase media.

-Yo te diría que en términos generales,  haciendo una caracterización total del paquete, me parece que es un plan de toda la clase dominante, de toda, enterita. Por esa razón todos los grupos de la burguesía, de los capitalistas, están dándole un guiño a lo que él hace, incluso aquellos que saben que a mediano plazo van a quedar afectados. Pero coinciden con Milei en la prioridad de modificar las relaciones sociales de fuerza, de imponer una derrota sustancial a los trabajadores y de instalar un modelo tipo Chile, tipo Colombia, tipo Perú, un neoliberalismo estructural, perdurable.

Por eso quizás el cambio central está en un artículo sobre el Código Civil y Comercial que le da todo el poder a las empresas, que le permite a las empresas manejar “a piacere”, cualquier tipo de controversia jurídica. Si precisamos un poco yo creo que  es incríble el protagonismo insólito de Surzenegger, un hombre que no tiene una designación como funcionario y que estaba ahí al lado de Caputo como los pilares del anuncio, confirma que este es un plan del capital financiero.

Los que están comandando este plan son los grandes grupos financieros entrelazados con el capital internacional, apuntando a asegurar en los próximos meses una bicicleta, lo que se llama “carry trade”, que es buscar que la tasa de interés esté por encima de la inflación durante un período para atraer capital, hacer una nueva deuda, generar una nueva deuda,  y con eso ir abriendo un colchón hasta abril, que es el cálculo de ellos, en que ingresen los dólares de la exportación y estabilizar el plan.

Esta es la estrategia que está presente aquí. Por eso ya sacaron una nueva estatización de la deuda, un bono especial para los importadores,  quieren armar un mercado secundario de bonos, hacer un conjunto de iniciativas que muevan al capital financiero a venir nuevamente a la Argentina por un período chico. Y lo ridículo es que todo esto es un recorte brutal del gasto público, es hacer en un año lo que el FMI planteaba hacer en cinco años, revisando año tras año, lo quieren hacer todo en un año. Y esto nos va a dejar el mismo o un mayor déficit fiscal.

Hay que mirar a esta gente como gente muy audaz, muy decidida, que va a poner esta vez toda la carne al asador, sin vacilaciones, y con una serie de alianzas muy específicas con algunas empresas. Porque el plan de privatización es a medida. Incluso tuvo un acto fallido Milei cuando habló de Starlink que es la empresa de Elion Musk para darle ARSAT. Pero ya lo tiene a Techint para quedarse con YPF. Ya tiene cuáles son las empresas que se van a quedar con Aerolíneas Argentinas una vez que haga el cambio. Es un plan del capital financiero, es un plan de largo negocio.Dolarización: los pros y los contras del plan de Javier Milei si tenés una pyme | Perfil

Fijate que ayer anuló la ley de fuego, es decir extractivismo a pleno,  que quemen todos los bosques que haya que quemar para extender la productividad de la soja. Es un plan que va a terminar afectando a la industria por esta liberación total de importaciones. Pero la industria, los grandes grupos de la industria, mientras tanto remarcan precios y tienen la reforma laboral. Ellos priorizan derrotar a los trabajadores al propio efecto que puede tener esta medida sobre sus propias empresas. Pero este es el tema económico y quizás lo más importante está en el plano político.

Actualmente, la respuesta que se está escuchando de los políticos, y también de la CGT es que esto es inconstitucional, que hay que judicializarlo. Incluso hay algunas respuestas sorprendentes como la de Pichetto, que teóricamente hasta ayer era un aliado de toda esta componenda del PRO y de lo que podría también ser Milei, y que ahora dice que se ha exagerado con lo del DNU, y que hay que pasar por el Congreso. Hay varios diputados que están planteando lo mismo, que esto no está todavía cerrado porque tiene que pasar por el Congreso, por Diputados y Senadores. Es bastante tramposo eso porque se tienen que poner de acuerdo las dos cámaras para rechazarlo. ¿Cómo ves, al margen de la respuesta que se podría dar en la calle, cómo se podría trabar u obstaculizar la aplicación del DNU?

– Mirá, esto tiene dos planos. En el plano legal jurídico no cabe ninguna duda que estamos ante un avasallamiento de la división de poderes, una tentativa de la suma del poder público, una burla del cualquier principio republicano, un sinsentido de declarar necesidad y urgencia para 300 decretos que modifican leyes. Esto no tiene desde el punto de vista jurídico ni pies ni cabeza. Y desde el punto de vista del funcionamiento institucional es de hecho una tiranía, la suma del poder tiránico en manos de un emperador que acaba de mezclar decretos con leyes para manejar como él piensa los destinos del país. Yo creo que acá comenzó una pulseada política.

Esta pulseada política es una fuerte presión sobre el Parlamento. La trampa de los decretos de necesidad y urgencia radica en que lo tiene que rechazar el Parlamento con una mayoría especial y por eso nunca termina rechazándolo. Basta que se trabe la negociación para que los decretos sigan caminando y esa es la apuesta de Milei. Una apuesta que exige ante todo neutralizar al Peronismo, lograr que los gobernadores le den un aval, continuar con ese camino que empezó Villarruel en el Senado, de manejar las comisiones, trabar todo y lograr ese permiso que la clase dominante le está dando a Milei para hacer el ajuste. Ahora es obvio que por ese camino solo Milei no puede avanzar.

-¿Estás pensando en la represión?

-Desde ya, él va a cumplimentar esto con una estrategia represiva. No hay que dejarse llevar por el éxito de la marcha del miércoles 20. Ese día no pudo imponer el modelo anti-piquete pero es una estrategia, una política. Él sabe que esto no camina sin represión y por eso se puso como un payaso, en forma patética, con un uniforme militar cuando fue a Bahía Blanca. Por eso donó a Ucrania los helicópteros que necesitamos para afrontar las cuestiones climáticas.

Envía mensajes permanentes de ese tipo. Y yo te diría que el mensaje que a mí me parece más significativo, hay que ver si sucede o no, es la convocatoria que están haciendo a una marcha en su apoyo. Hay que ver si eso termina en la nada. Pero Milei sabe que él no puede gobernar si no gana la calle. Y él es el primer intento bolsonarista en Argentina. Porque con el macrismo empezó la derecha a tener la calle pero no sobre los temas centrales. El macrismo construyó una movilización en torno a temas de la corrupción, en torno a temas de Nisman, pero nunca generó un movimiento explícitamente contra el movimiento popular.

El llamado a una marcha para el día sábado es la segunda tentativa. La primera fue el día que asumió con esas consignas “Viva la Policía” y anti-piquetes, e ir creando el escenario de grupos ultraderechistas, que actúen como grupos de tareas después, en la acción contra los movimientos populares, dando esa ideología místico esotérica un poco que lo rodea a él. Por lo tanto, creo que tiene un proyecto de presidencialismo autoritario muy definido, que empalma incluso con una estrategia internacional muy definida que tiene Milei.

-Está claro desde que asumió que sus aliados estratégicos están en Washington y Tel Aviv.

-Milei piensa que si sigue por este camino EEUU finalmente lo va a apoyar a pleno. Biden está vacilando porque tiene miedo que este hombre juegue para Trump, pero él está buscando que EEUU finalmente le dé un soporte más explícito. Por eso está siendo más israelí que Netanyahu y va a las Naciones Unidas votando por primera vez con Israel, apuntala el retorno de Trump a la Casa Blanca y esto es jugar con fuego, porque ya China le dijo que no le va a dar los yuanes. Y al cortar los yuanes son la única provisión de divisas que tiene la Argentina.

Además, él está intentando un menemismo de relaciones carnales en una época donde EEUU ya no está en la posguerra fría, en un momento de exhibición de poder, sino que está en franco retroceso, perdiendo por ejemplo la guerra de Ucrania. Va a contramano en el plano económico porque es un plan ultra neoliberal en un momento en que las grandes potencias están volviendo a políticas de intervencionismo económico y donde la mirada meramente aperturista y neoliberal está perdiendo peso.

Pero yo te digo que la cuestión central, por donde la veamos, en las próximas semanas, se juega en la calle. Y esto para mí es el tema central. Podemos hablar mucho de aspectos económicos, podemos darle vuelta a cuál es el grado de tensión que puede tener Milei con el macrismo, podemos darnos una evaluación muy sofisticada, pero vamos a perder de vista lo central. Lo central es que el que gana la calle ganó la partida total. El que ganó ahí ganó.

-En ese sentido, como evaluás la marcha multisectorial del día 20 realizada contra todo tipo de inconvenientes, desde la imposición del miedo a los más pobres, chantajeándolos con que no cobrarán el devaluado programa mensual, hasta la presencia de 2000 policias más la Gendarmería para evitar que la gente se movilizara.

-Creo que lo del miércoles 20 es un giro importante. Me parece que fue la primera respuesta significativa a Milei, fue un gran éxito, fue una gran victoria para las organizaciones de izquierda que convocaron a la Plaza de Mayo porque neutralizaron el protocolo anti-piquete en los hechos. Y además hay algo interesante: hubo una disputa entre la Gendarmería, entre las fuerzas federales y la fuerza policial de la Ciudad. Las fuerzas de Jorge Macri, de la Ciudad, no querían cargar ellos con lo que Bullrich quería hacer, que era generar algún acontecimiento diabólico. Y eso es interesante porque quiere decir que cuando hay movilización popular en la calle aparece la crisis por arriba entre macristas y mileístas.

Esto vale para todo; si no hay movilización popular Pichetto va acordar con Milei, los gobernadores van a acordar con Milei,  todos los que se pelean van a aceptar el plan. No van a aceptar el plan en los términos de Milei si hay movilización popular. Y que a los diez días de asunción de Milei haya habido una marcha donde fue importante, por un lado en el número,  no creo que el número haya sido reducido como se dice por ahí. pero sobre todo el entusiasmo y la fuerza militante que se vio en la Plaza. O sea, se vio una red de organizaciones dispuestas a poner el cuerpo en la lucha que se viene. A esto se le sumó a la noche la otra cara, los cacerolazos, que fueron muy diferentes porque fueron espontáneos.

Y en la tradición del 2001, en una fecha emblemática como es el 20 de diciembre, reapareció el fantasma de “piquetes, cacerolas, la lucha es una sola“.Y la clase media esta vez no salió porque le confiscaron los depósitos, sino porque le están confiscando los ingresos. Es una clase media empobrecida que ya no tiene ahorros en los bancos; ahora lo que tienen es que le pulverizan la prepaga, le pulverizan el colegio privado, le pulverizan las vacaciones. Y apareció un esbozo de “que se vayan todos” de nuevo, en el sentido progresista, no en el sentido anti-casta de la cual habla Milei. Por lo tanto, yo creo que la clave está en la calle.

Me parece que si se sigue vacilando, que si las organizaciones populares que no son de la izquierda sino del resto del espectro político, del peronismo, de la centro-izquierda, siguen dejando pasar los días, siguen en esta vacilación,  si la CGT vive en otro mundo, si la CTA no adopta una medida concreta, tiempo que pasa, tiempo para Milei. Porque la calle la tenemos nosotros ahora por nuestra tradición, nuestra organización, nuestra historia, pero él puede construir la calle si nosotros nos paralizamos. Fue lo que pasó en Brasil con el PT, se quedaron, desmovilizaron, desilusionaron y Bolsonaro construyó en la clase media una fuerza política a partir de esa desilusión. Entonces día que pasa, día que le damos margen a Milei para armar su fuerza política.

Así que por lo tanto me parece que hay que apuntar a crear grandes movilizaciones en un período chico. Porque la idea que esto va a tener un desenlace en marzo es olvidar que vamos a tres meses del 20 por ciento de inflación. O sea, el que llegue a marzo va a llegar con un salario pulverizado en un 80%. ¿Alguien puede imaginar que su salario va a ser el 20% de lo que es actualmente y va a aguantar hasta marzo? Por lo tanto, los tiempos se adelantan y me parece que tenemos que actuar en sintonía con este adelantamiento del cronograma.

Hay un hombre que quiere, hay un hombre que actúa a lo Yeltsin y a lo Fujimori. A lo Yeltsin en el sentido de destruir un sistema, de derrumbar un sistema económico o político, de una relación de fuerzas, hacerlo con un consenso pasivo y con una desmoralización popular. O tenemos un Fujimori, que piensa hacer ese mismo cambio,  pero con el uso de la fuerza.

Hablabas de Israel. Justamente, lo que está pasando en Palestina con Israel podría tener una similitud, un carácter político, porque la disolución que se plantea ahora del Estado Argentino con este nuevo DNU y lo que estás explicando, es muy parecido a lo que está pasando en Gaza y en toda Palestina. ¿Hay una decisión de convertir a Argentina en ese país donde sepuedo acaparar todas las riquezas, todos los bienes comunes, su territorio también?

-Creo que la analogía es importante en este plano. Hasta hace dos o tres meses atrás nosotros conocíamos a la ultraderecha verbal pero no a la ultraderecha en acción. O sea conocíamos a Trump, Bolsonaro, Orban, Meloni, gobiernos que han sido ultraderechistas en el discurso pero que en su gestión han sido más o menos parecido a la derecha convencional de las últimas décadas. El cambio se ha producido con Netanyahu y el cambio tiende a producirse con Milei.El mensaje de Javier Milei a Benjamin Netanyahu tras el llamado del primer ministro israelí | Radio Dos

Se pasa de una ultraderecha en el terreno ideológico, en el terreno de los proyectos, a una ultraderecha en el terreno de la acción. Empiezan a hacer lo que ellos dicen y que hasta ahora uno discutía si se iban a atrever a hacerlo o no.  Bueno ahora tenemos un caso nítido de que se atreve y otro que está ensayando. El que se atreve es Netanyahu. Netanyahu está produciendo un genocidio desfachatado, está produciendo una acción con todos los rasgos de la acción fascista, generando un asesinato en masa de forma abierta para cambiar la relación de fuerzas en un lugar clave que es Medio Oriente, para tratar de producir una derrota del pueblo palestino y darle a EEUU una fuerza geopolítica recuperada para presionar a China por la vía de Arabia Saudita.

Por eso no es casual que EEUU diga “mando portaviones hasta el Mar Rojo”. Porque Arabia Saudita en el último tiempo estuvo vacilando, tuvo muchos negocios con China. Y Arabia Saudita es la clave para una eventual desdolarización de la economía mundial. Entonces desde el punto de vista estratégico EEUU e Israel quieren hacer un acto de fuerza brutal no sólo contra los palestinos, sino una advertencia general a Medio Oriente de iniciar la contraofensiva imperial allí.

Si lo logran o no lo logran es otro tema. Y Netanyahu puede producir una masacre muy grande, pero es improbable que pueda producir una nueva Nakba. Porque una nueva Nakba, un nuevo destierro, involucra 2.000.000, 1.500.000 de personas y ya Egipto está resistiendo eso porque sabe las consecuencias. Pero está en marcha el plan, Y Milei es otro costado de la ultraderecha, no en el terreno de la guerra como Netanyahu porque no es ese el escenario de ninguna manera de Argentina, pero sí es el pilar que tiene Trump, una especie de estrategia de contraofensiva general imperial de Trump para América Latina.

Por eso ellos lo miran con gran atención. Es el gran contrapeso que quieren construir de EEUU en la región con un plan que le entregue a EEUU los recursos centrales de la Argentina, pero sobre todo que utilice a Milei como contrapeso de Lula, de Amlo, de Venezuela, de Cuba,  y permita retomar lo que Trump no pudo antes: un grupo de Río, pero que en lugar de ser un grupo frágil como fue el intento de la restauración conservadora de hace algunos años de Trump, sea un grupo ultraderechista más fuerte que incluso apuntale al retorno del uribismo, al retorno de Bolsonaro, al triunfo de Kast en Chile, al afianzamiento del golpe en Perú.

Yo creo que Milei es como el segundo momento del golpe de estado en Perú. En el año 2023 la ultraderecha ha tenido un punto de arranque en la contraofensiva contra un ciclo progresista muy moderado, muy deshilachado, pero donde la rebelión popular está como amenaza siempre. El primer golpe de la ultraderecha fue el golpe de estado en Perú, afianzarse a sangre y fuego como ellos saben. Milei es el segundo intento en la misma onda. Pero el eje inicial de Milei es imponer un plan que modifique el escenario político y económico de la Argentina.

*Publicado en Resumen Latinoamericano