Panorama Económico Latinoamericano – Del 25 de octubre al 1 de noviembre de 2023

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Chile estancado o en retroceso económico: percepción ciudadana

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Las perspectivas económicas para el país comenzaron a cambiar el ánimo. Esto principalmente por el escenario externo que se avizora menos positivo de lo que se preveía con anterioridad. Ese contexto está también siendo reflejado de alguna manera en los resultados que muestra la encuesta Cadem de esta semana, en lo relacionado con la percepción de la ciudadanía en materia de progreso económico.

Ante la consulta, ¿cree que en el momento actual la economía chilena está: ¿progresando, estancada o en retroceso?, un 87% de las personas cree que el país está estacando o retrocediendo. Este es su peor nivel desde principios de año, cuando alcanzó el 90% esa percepción.

Si bien después de ese peak comenzó a bajar hasta alcanzar un mínimo de 74%, de allí en más nuevamente comenzó sólo a subir, hasta llegar a 87%. Como contrapartida, quienes consideran que Chile está progresando alcanzan al 13%, su menor nivel también desde enero, cuando anotó un nivel de 12%.

En cuanto a la percepción económica de las empresas, y ante la pregunta: ¿cómo calificaría usted la situación económica actual de las empresas?, la opción mala y muy mala está en 48%, superando la visión positiva de 42%.

Las expectativas de empleo también se mantienen en niveles bastante pesimistas: ante la pregunta, ¿cómo calificaría usted la situación actual del empleo en el país?, un 79% de las personas considera que es mala y muy mala, nivel que se ha mantenido ya desde octubre. Por el otro lado, quienes creen que la situación de empleo es bueno o muy buena llega a 17%. Si bien este es un avance en relación a la medición de la semana pasada cuando el registro fue de 15%, el avance es menor.

Por la sequía, la exportación de granos y subproductos cayó 41% en Argentina

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Los despachos de granos, subproductos y aceites vegetales desde puertos argentinos sumaron 44,6 millones de toneladas en el acumulado anual a septiembre, un descenso interanual de 41%. La sequía que impactó en Argentina durante la campaña en curso redujo la producción de granos en un 37% con respecto a la campaña previa, llevándola a un total de 83,8 millones de toneladas, según estimaciones de la Bolsa de Cereales de Rosario (BCR).

Como consecuencia, teniendo en cuenta que la mayor parte de la cosecha en nuestro país se destina a la exportación, no resulta sorprendente que los embarques agroindustriales hayan experimentado una fuerte caída en comparación interanual.

Durante los primeros nueve meses de 2023, Argentina despachó un total de 44,6 millones de toneladas de granos, subproductos y aceites, lo que representa un descenso del 41% en los embarques agroindustriales con respecto a igual período del año anterior. Este derrumbe se explica principalmente por una reducción en el embarque de granos: de enero a septiembre, se despacharon 26,2 millones de toneladas, una disminución del 47% con respecto a igual período de 2022. Mientras tanto, los envíos de subproductos y aceites vegetales desde puertos argentinos se redujeron en un 31% y un 19%, respectivamente.

Abriendo el análisis hacia el interior de cada una de las categorías, se advierte una disminución en el embarque de todos los granos, totalizando un descenso de 23,5 millones de toneladas en el volumen de despachos con respecto al mismo período del año anterior. En términos de volumen la caída se explica, casi en su totalidad, por el descenso en los embarques de trigo y de maíz.

Trigo, maiz y subproductos

En cuanto al trigo, se registra un descenso del 86% interanual en los embarques del cereal, lo cual representa una disminución de 10,8 millones de toneladas en volumen. Esto se debe a que el consumo doméstico del cereal es elevado y relativamente más inelástico, por lo que la magra producción de la campaña actual se destinó al mercado local y el desplome en la cosecha impactó de lleno en las exportaciones.

Por el lado del maíz, los envíos del cereal desde puertos argentinos descendieron un 33%, representando una reducción de 9,7 millones de tonelada en el volumen total. Por el lado de la soja, la caída fue del 41%, apenas 1 millones de toneladas por detrás del año previo, debido a que la mayor proporción de exportaciones del complejo soja en nuestro país corresponden a productos industrializados.

Con respecto al girasol, se advierte que mientras en los primeros nueve meses de 2022 se embarcaron aproximadamente 77.000 toneladas, este año no se registraron despachos de la oleaginosa, por lo que la caída resultó del 100 por ciento, pese a que la disminución resulta poco significativa en términos absolutos.

Los embarques de sorgo, por su parte, evidenciaron una reducción del 56% interanual, o 0,8 millones de toneladas, en tanto que los despachos de cebada y canola cedieron un 25% y 11%, respectivamente, respecto de los 9 primeros meses de 2022.

Un análisis interesante deviene de observar los despachos por puertos. Tal como se puede apreciar, a pesar de mostrar una caída interanual promedio del 47% en el embarque de granos, los puertos ubicados en el Gran Rosario fueron los que mayor cantidad de toneladas de granos despacharon durante los primeros nueve meses del año, con un volumen de 10,5 Mt para los puertos del departamento de San Lorenzo y de 5,6 Mt para los del departamento Rosario.

De esta manera, los puertos del Up-River representaron el 62% del total de embarques durante el período bajo análisis, casi la misma proporción para igual período del año anterior, aunque 2 puntos porcentuales por detrás del promedio de los últimos tres años. Respecto de los demás puertos, todos mostraron una disminución en el total de embarques, con la mayor caída en los puertos de Ramallo, San Pedro y Zárate.

En cuanto a los subproductos, se advierte un descenso interanual de 6,6 Mt en el volumen embarcado durante los primeros nueve meses del año. En términos absolutos, casi la totalidad de ese descenso se explica por el desplome en el volumen despachado de pellets de soja, que pierden 5,9 millones de toneladas; es decir, un decrecimiento del 32% con respecto a igual período del año anterior.

Con relación a los envíos de pellets de girasol y de trigo, se observa un descenso interanual del 8% para ambos subproductos, o 68.000 toneladas. Por el contrario, el único subproducto que mostró un ascenso en comparación con el año previo es la malta, cuyo crecimiento ronda el 5%, aunque en términos absolutos representa apenas 14.000 toneladas.

En cuanto al origen de los embarques, los puertos del Gran Rosario dieron cuenta del 95% de los despachos de subproductos, apenas por debajo del 96% del año previo y del promedio de los últimos 3 años. Finalmente, se observa un descenso de los embarques de todos los aceites vegetales durante los primeros nueve meses de 2023 en relación con igual período del año anterior, mostrando una caída de 819.000 toneladas en el volumen total embarcado.

Nuevamente, la mayor parte de este decrecimiento, en términos absolutos, se explica por la disminución en los despachos de aceite de soja, los cuales disminuyeron en 744.000 toneladas. Este volumen marca un descenso del 23% con respecto al año previo. En segundo lugar, se advierte una caída del 22% en los embarques de aceite de girasol, representando un volumen de 140.000 toneladas menos que el año anterior. Por último, a pesar de que los aceites de maíz, cártamo y algodón cayeron porcentualmente más que los productos mencionados anteriormente, la variación en términos absolutos resulta ínfima.

Con relación a los puertos de embarque, se advierte que el Gran Rosario resultó el origen del 91% del despacho de aceites vegetales durante los primeros nueve meses de 2023, 1 puntos porcentuales por detrás del guarismo del año previo y 2 puntos porcentuales por detrás del promedio de los últimos tres años. Considerando la importancia de la región del Up-River en la concentración de la capacidad de crushing de nuestro país, resulta razonable que más del 90% del despacho de subproductos y aceites vegetales tenga como origen los puertos del Gran Rosario.

Perú entra en recesión luego de nueva contracción de su economía en agosto

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Franco López 

Luego del resultado negativo que tuvo la producción en agosto, las proyecciones advierten que este 2023 ya es un año perdido para la economía peruana.

El titular del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) de Perú, Alex Contreras, confirmó que su país enfrenta una recesión tras los constantes resultados negativos que reportó la economía durante el 2023.

En específico, los últimos resultados oficiales del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) arrojan que la economía peruana ha retrocedido un 0,58% entre los primeros ocho meses del año, y solo en agosto tuvo una contracción de 0,63%.

“La situación es completamente difícil. Es sin duda una recesión, no me cabe la menor duda y lo que queremos es salir de ella”, dijo Contreras a la prensa.

Moody’s afirmó previamente: Perú entró en recesión

Además, la agencia de calificación crediticia Moody’s había confirmado previamente de que el Perú entró en recesión.

“Con el nuevo resultado de agosto, se puede decir que el Perú este año está en recesión. No es bonito decir eso, pero es la realidad. Lo cierto es que es un año bastante complicado con una serie de shocks imprevistos”, comentó Jaime Reusche, vicepresidente del Grupo de Riego Soberno de Moody’s Investor Services, al diario Gestión.

Reusche señala que la debilidad económica eventualmente se traducirá en una reducción de creación de puestos de trabajo, principalmente formales.

“Si se desacelera el ritmo de crecimiento de empleo formal en el cuatro trimestre, entonces, sí podemos ver un punto de aumento del empleo informal este año”, comentó.

Y con esta caída en la economía, la otra consecuencia es el aumento de la pobreza, que actualmente está en una tasa de 27.5%, pero que podría llegar al 30% este año.

Análisis del MEF

Anteriormente el MEF había descartado este escenario que implica una caída de la economía por dos trimestres consecutivos, asegurando que no era correcto hablar de una recesión mientras se indicaba que el consumo y el empleo en Perú seguían creciendo.

Ahora, el ministro comentó que “en ningún momento hemos subestimado la situación, era una discusión básicamente académica, que nosotros reconocimos en su momento como innecesaria”.

Pese a que el MEF esperaba una recuperación desde la segunda mitad del año, los datos muestran lo contrario. “Estamos en un momento critico que queremos revertir con el crédito suplementario que hemos presentado, que es lo que nos va a sacar de este contexto difícil”, sostuvo Contreras.

En tanto, Macroconsult y el Instituto Peruano de Economía (IPE) ya advierten que la producción del Perú cerraría este 2023 en rojo, con una caída de entre 0,2% y 0,3%.

Deuda y dólar barato en Uruguay: las cuentas públicas

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Claudio Fernandez Caetano

Desde el Estado se tienen básicamente dos fuentes de financiamiento para desarrollar las políticas públicas. O bien el gasto público se financia con la recaudación de impuestos o mediante el endeudamiento en sus distintas formas.

Ambas fuentes de financiamiento tienen sus implicancias en la economía. Es sabido que desde las políticas tributarias definidas como más o menos progresivas se pueden alcanzar distintos niveles de redistribución del ingreso, porque no solo se redistribuye y genera bienestar con la manera en que se direcciona el gasto público, sino también en cómo se recauda y qué intereses afecta o sectores productivos fomenta.

Por su parte también el endeudamiento público tiene sus consecuencias relacionadas tanto a sus condiciones de pago como al tipo de acreedor y más cuando se trata del FMI con sus condicionalidades. Actualmente nuestro país no tiene endeudamiento con ese organismo, fruto de la cancelación de la deuda en el primer gobierno del Frente Amplio.

Una muestra actual del efecto de ese tipo de condiciones es el resultado inflacionario y devaluatorio que resultaron para la economía argentina los condicionamientos del préstamo tomado en el gobierno neoliberal de Mauricio Macri.

El financiamiento en base a deuda más allá de sus implicancias, presenta su aspecto positivo en las necesidades de recursos para el desarrollo de la economía en el largo plazo, donde los recursos corrientes no bastan para financiar políticas públicas como ser obras de infraestructura o inversiones que apalanquen el crecimiento en el futuro.

Los problemas respecto al nivel de endeudamiento del sector público comienzan a presentarse cuando la deuda no es sostenible respecto al nivel de producción del país. Desde otro punto de vista, el aumento de la deuda que financia el déficit fiscal no pude generar restricciones tales que afecten el desarrollo de las políticas públicas en merced del pago del financiamiento de la misma.

Respecto a la deuda bruta, en 2020 aumentó como proporción del PBI en relación a 2019 pasando de 48,1% a 61,3%. Ese salto, que coincide con el cambio de gobierno y el comienzo de la pandemia, se basa no tanto en el aumento de la deuda tomada sino por la caída en el nivel de producción. A partir de 2021, cuando comenzó a recuperarse la economía, el volumen de deuda bruta se estabilizó en un 58% del PBI.

Por otro lado, la deuda neta del gobierno central representa la deducción a la deuda bruta de los activos financieros (liquidez de tesorería y otros activos), es decir la capacidad de pago. La deuda pasó de significar un 44,6% del PBI en 2019 a 56,2% en 2020, bajando a 53% en los años siguientes.

Otro análisis puede hacerse sobre la deuda y el sector público global, donde también inciden los gobiernos locales, el BPS, las sociedades públicas y principalmente el sector público monetario representado por el Banco Central del Uruguay.

En esa línea, los activos de reserva del BCU juegan un papel esencial, ya que reflejan la capacidad de pago con los no residentes. Estos activos,descontados los que son depósitos transitorios del sistema financiero privado, son utilizados para intervenir en el mercado cambiario y para afrontar los pagos de la deuda externa.

En relación a esto y a la deuda bruta y neta del sector público global, en relación al PBI también tuvieron un salto en 2020, como consecuencia de la caída del producto. Más allá de eso, en 2022 la deuda neta alcanzó un 39% del PBI cuando en 2019 estaba en un 30%, por el propio aumento de la deuda medida en dólares.

El movimiento de los activos del BCU, también se relaciona con la política cambiaria. En los gobiernos del Frente Amplio se procuró que el dólar acompañara la evolución del mismo a nivel internacional, no solo mediante compra de dólares incidiendo financieramente en el precio, sino al menos con señales que funcionaran como indicaciones de que se estaba atendiendo desde la politica cambiaria las fluctuaciones a nivel internacional.

Con la conducción actual del BCU, pasó a desatenderse la política cambiaria y por tanto también sus efectos sobre la economía real, dejando absolutamente librado el precio del dólar a la confianza que parece tenerse en el mercado.

* Economista, ex vicepresidente de la ANV, actualmente trabaja en el Programa EconomiaPolitica.uy y en la Universidad delaRepública, miembro de la REDH.

 

Compra México a China 10 veces más de lo que le vende

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Braulio Carbajal

Las importaciones mexicanas desde China superan en más de 10 veces a las exportaciones a esa nación; es decir, por cada 10 dólares que México le vende al gigante asiático en productos y servicios, aquél le oferta al nuestro 100 dólares, revelan datos oficiales, lo que da cuenta de la disparidad que existe en la relación comercial entre ambas naciones.

Datos del Banco de México indican que en 2022 México importó desde China bienes y servicios por un total de 118 mil 696 millones de dólares; en contraste, exportó sólo 10 mil 917 millones de dólares, es decir, se compró casi mil por ciento más de lo que se vendió.

Para este año, la situación sigue siendo exactamente la misma, pues de acuerdo con información del banco central, entre enero y julio pasado, el valor de las exportaciones de México a China asciende a 5 mil 983 millones de dólares, mientras las importaciones se ubican en 63 mil 854 millones, es decir, la misma diferencia de casi mil por ciento.

Ante estos datos, Zhang Run, embajador de China en México, aseguró que su país no busca tener siempre un superávit comercial unilateral con el que es su segundo socio comercial más importante de América Latina, sólo superado por Brasil.

China es un país que abraza el libre comercio y la apertura, por lo que siempre ha dado la bienvenida a productos mexicanos o de otros países, siempre y cuando sean de calidad y de excelencia, para que puedan competir en el amplio mercado chino. Sin embargo, México debe esforzarse más y mejorar las condiciones comerciales y de inversión, apuntó en la semana durante un foro organizado por el Centro de Estudios China-México (Cechimex).

Enrique Dussel Peters, coordinador del Cechimex, enfatizó que desde hace 20 años se han abierto posibilidades de incrementar la relación comercial con el país asiático; sin embargo, recordó que lamentablemente todas han sido desperdiciadas por falta de interés, entendimiento y estrategia por parte de los gobiernos en turno.

Desgraciadamente, en las últimas administraciones, incluyendo la actual, no hay estrategia a corto, mediano y largo plazos respecto a China, no hay una propuesta detallada de lo que el gigante asiático viene discutiendo, sólo volteamos a verlos cuando estamos en crisis o en problemas, y eso nos va costar, porque no hay duda que en unos años se convertirá en la economía más grande del mundo, advirtió.

IED avanza, pero es insuficiente

La inversión extranjera directa (IED) de China en México se disparó 48 por ciento en 2022 respecto de 2021, lo que contrasta con la caída de 6.7 por ciento anual en promedio, señalan datos del Monitor de IED de China en América Latina y el Caribe 2023, de la Red Académica de América Latina y el Caribe.

Según el reporte, en 2022 la IED de origen chino con destino en México ascendió a 2 mil 520 millones de dólares, arriba de los mil 700 millones reportados en 2021.

La IED de China en México representó apenas 7 por ciento de los 35 mil 200 millones de dólares que recibió oficialmente nuestro país el año pasado, lo que da cuenta de la baja participación del gigante asiático, sobre todo tomando en cuenta que es el tercer socio comercial más importante de México, sólo por debajo de los vecinos Estados Unidos y Canadá.

 

Bolivia reduce importaciones en más de 658.000 toneladas

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Agencia Boliviana de Información

Bolivia redujo importaciones en más de 658.000 toneladas en más de 200 productos de rubros como alimentos y bebidas, como resultado de la política de industrialización con sustitución de importaciones y el fortalecimiento de la producción, reveló el viceministro de Comercio Exterior e Integración, Benjamín Blanco.

“Bolivia ha reducido sus importaciones en más de 200 productos (…), vemos una disminución bastante grande de importación, lo que quiere decir que ese producto en vez de importarse se está produciendo en nuestro país y es un resultado concreto de la política de sustitución de importaciones”, explicó en una entrevista con la ABI.

Se redujo importaciones en productos como el trigo (en harina y en grano), arroz, jugo de frutas, lácteos, productos a base de cereales, pescado y derivados, sorgo en grano, papa, peras, manzana y uvas frescas.

Los datos revelan que en 2022 disminuyó las importaciones de harina de trigo en más de 300.000 toneladas (t); de grano de trigo en casi 100.000 toneladas; de papa en 16.000 toneladas; de arroz en 15.000 toneladas; de jugos de frutas en 12.000 toneladas; y de productos a base de cereales en 5.000 toneladas.

“Hemos dejado de importar 10.000 toneladas de productos lácteos”, resaltó.

Respecto al grano de trigo, si bien el país sigue importándolo, lo que disminuyó es el volumen, “es decir, explicó, cada vez vamos a ir necesitando comprar menos y vamos a lograr nuestra soberanía y seguridad alimentaria”.

“Se tiene producción de trigo en nuestro país, esta producción de trigo se ha incrementado y seguimos siendo importadores de trigo, pero el volumen de importación ha disminuido”, insistió.

La estatal Empresa de Apoyo a la Producción de Alimentos (Emapa) y el Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras “está trabajando en poder tener una producción de trigo nacional que nos permita hacer esta sustitución de estas importaciones”.

Un 25% menos

Según Blanco, en 2022, las importaciones del sector de alimentos y bebidas disminuyeron en volumen en un 25%, es decir, unas 200.000 toneladas, una cuarta parte menos, respecto a lo adquirido en 2021.

“Entonces, creo que estos resultados son claros en especial para este sector de los alimentos que antes estábamos importando y que ahora vemos el año 2022 una sustitución por producción local, de un 25 por ciento, en términos de volumen”, enfatizó.

Desde 2021 hasta julio de este año, el país importó $us 270 millones menos en alimentos y bebidas con producción propia e industrialización por parte de empresas tanto del sector público como del privado.

“Existe un ahorro significativo, es decir, hemos importado menos en estos productos”, relievó.

Los datos demuestran que “los avances y resultados son bastante claros” en cuanto a la política de industrialización para sustituir importaciones.

 

Panorama internacional

Vencer el hambre requiere invertir más de medio billón de dólares

InterPress Service*

Inversiones por 680 000 millones de dólares anuales se requieren de aquí a 2030 para transformar los sistemas agroalimentarios y poder vencer el hambre que aflige a 735 millones de personas en el mundo, plantea la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

Transformar los sistemas agroalimentarios “contribuirá no sólo a erradicar la pobreza, acabar con el hambre y mejorar la nutrición, sino también a garantizar que sean más eficientes, inclusivos, resistentes y sostenibles”, dijo el director general de la FAO, Qu Dongyu”.

Para ello “necesitamos movilizar una inversión mayor y más específica”, apuntó Qu, al intervenir en la sesión inaugural del Foro Mundial de Inversiones 2023 de la Unctad (Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo) en esta capital de Emiratos árabes Unidos.

La transformación planteada requeriría invertir anualmente, durante lo que resta de década, 425 000 millones de dólares en los sistemas agroalimentarios, y otros 255 000 millones en redes de seguridad social, según Qu.

Los sistemas agroalimentarios engloban todas las actividades necesarias para llevar los alimentos desde el lugar donde se cultivan hasta donde se procesan, consumen y eliminan, por lo que son fundamentales para enfrentar retos como la malnutrición, la pobreza, la pérdida de biodiversidad y el cambio climático, recordó la Unctad.

Poner fin a la pobreza y hambre cero son los dos primeros Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) adoptados por las Naciones Unidas en su agenda 2030.

Pedro Manuel Moreno, secretario general adjunto de la Unctad, dijo ante el foro que crisis como la guerra en Ucrania y el cambio climático exigen que la producción de alimentos y las cadenas de suministro de muchos países se adapten y transformen.

“Muy a menudo son los países más pobres los más afectados, pero también los que tienen menos medios para adaptarse y transformar sus sistemas alimentarios”, y las inversiones internacionales que requieren deberían provenir tanto del sector público como del privado, dijo Moreno.

Indicó que a pesar de las perturbaciones en la cadena de suministro y la inflación de los precios de los alimentos debido a las crisis, la financiación y las inversiones internacionales en agricultura y sistemas agroalimentarios no han aumentado.

El número de proyectos de inversión internacional en sistemas agroalimentarios es hoy inferior al de 2015, cuando se adoptaron los ODS.

Moreno expresó que foros como el de Abu Dhabi podrían ayudar a cambiar el rumbo, con acciones para canalizar hacia la producción de alimentos más fondos invertidos en finanzas sostenibles en los mercados mundiales de capital.

“Estos mercados ofrecen una oportunidad real, ya que las inversiones subyacentes han crecido de forma constante”, dijo ante el foro qué prevé la participación, hasta el 20 de octubre, de varios gobernantes, decenas ministros y más de 150 directores ejecutivos de empresas líderes y bolsas de valores.

También instó a los participantes a explorar cómo la tecnología puede ayudar a impulsar la productividad y la resistencia de los sistemas alimentarios, y cómo reducir las pérdidas y el desperdicio en las cadenas de suministro de alimentos.

Según la FAO, en todo el mundo se pierde alrededor de 13 % de los alimentos producidos entre la cosecha y la venta al por menor, y otro 17 % se desperdicia en los hogares, los servicios alimentarios y la venta al por menor, combinados.

Qu también insistió en que, en los países en desarrollo, los agricultores, procesadores y otros actores de los sistemas agroalimentarios necesitan ayuda para acceder a recursos y servicios financieros que aumenten su resiliencia ante las crisis mundiales.

Otros oradores subrayaron la urgente necesidad de aumentar la inversión pública y privada alineada con los ODS en los sistemas agroalimentarios, para reducir la inseguridad alimentaria y fomentar el empleo rural, especialmente para las mujeres y los jóvenes.

 

 

Soberanía alimentaria ante las crisis globales

Silvia Ribeiro*

El 16 de octubre, fecha que La Vía Campesina (LVC) ha renombrado como Día de acción internacional por la soberanía alimentaria de los pueblos contra las trasnacionales, este movimiento campesino global se movilizó en muchas regiones con un abanico de denuncias, exigencias y propuestas comunes que marcan la importancia del tema para toda la humanidad y al mismo tiempo la complejidad de este movimiento (https://tinyurl.com/5hf84pyf).

Nadie puede vivir sin comer, y al contrario de lo que nos quieren hacer creer las trasnacionales de agronegocios y su máquina de propaganda, son los sistemas alimentarios campesinos (que siembran, pescan, recolectan, pastorean, procesan, distribuyen, intercambian a pequeña escala) los que alimentan al equivalente a 70 por ciento de la población mundial, pese a que tienen menos de 25 por ciento de la tierra cultivable y de los recursos para producir.

Como señala La Vía Campesina, las grandes crisis globales (alimentaria, ambiental, climática, de salud, de pobreza, migración, injusticia…) están interconectadas y es necesario reconocer y apoyar desde los ámbitos públicos a las formas de producción y organización campesinas, porque son quienes dan respuesta a todas esas crisis en forma simultánea.

Somos nosotrxs lxs campesinxs quienes estamos garantizando día a día la alimentación de nuestros pueblos y, sin embargo, también somos de las poblaciones más afectadas por estas crisis. Nuestras tierras, nuestra agua y nuestras semillas siguen siendo acaparadas y poseídas por las trasnacionales del agronegocio. Señalan que lo rural es desde donde las crisis climáticas –causadas en gran parte también por el sistema alimentario agroindustrial– expulsan a millones de personas obligadas a migrar y a sufrir hambre, vulneración de su dignidad y sus derechos.

En este octubre 2023 denuncian como violencia y ataque extremo a los derechos humanos y al derecho a la alimentación, la guerra contra el pueblo de Palestina en la cual el Estado de Israel priva de agua y alimentos a más de 2.5 millones de personas. Exigen su cese inmediato, así como el cese a la violación de derechos humanos y a la alimentación que ejercen empresas y gobiernos contra Haití, Cuba y Níger, entre otros países.

Reclaman también la rápida finalización y adopción de un tratado jurídicamente vinculante que responsabilice a las empresas trasnacionales de las violaciones de los derechos humanos. Las empresas trasnacionales del agronegocio deben ser legalmente responsables cada vez que atenten contra nuestros derechos. El grupo de trabajo para concretar este tratado se reúne del 23 al 27 de este mes.

Luego de años de trabajo de LVC y organizaciones aliadas, celebran la creación este 11 de octubre de un grupo de trabajo permanente, en el marco del Consejo de la ONU sobre Derechos Humanos, para impulsar y vigilar la aplicación de la Declaración de los Derechos Campesinos y de otras personas que trabajan en zonas rurales (Undrop, por sus siglas en inglés). Aquí se puede descargar un cuadernillo explicativo elaborado por LVC sobre lo que significa esta declaración y cómo pueden usarla las comunidades y organizaciones: https://tinyurl.com/mr28djvy.

Muchas de las 182 organizaciones en 81 países que integran LVC hicieron acciones, con temas comunes y al mismo tiempo con acentos diversos de cada lucha y realidades locales. Salimos a las calles, ocupamos espacios públicos, tomamos las redes sociales. Ante tanta crisis y violencia, anima e inspira el colorido panel que muestra acciones en tantos lugares del mundo (https://tinyurl.com/3dhdybud).

Anunciaron también la realización de la octava Conferencia Global de La Vía Campesina, que se llevará a cabo la primera semana de diciembre en Colombia. Será un momento en el que participan organizaciones de todas las regiones de LVC, para compartir información de sus regiones, análisis, luchas, estrategias, elegir nuevas delegadas y delegados a las estructuras de organización y revisar también lo que sea necesario en su propia estructura. Precede a la octava Conferencia la sexta Asamblea Internacional de Mujeres Campesinas, desde donde se afirmará la construcción del feminismo campesino y popular que las mujeres de LVC han trabajado por varios años. También la quinta Asamblea de Jóvenes Rurales. Este año LVC abre además nuevos espacios con la realización, en el marco de la octava Conferencia, de un Encuentro de Hombres contra el Patriarcado y un Encuentro de Género y Diversidades, todos ellos espacios que alimentarán la discusión general y la definición de luchas para los próximos años.

La Vía Campesina destacó también su compromiso con otro proceso internacional en curso, organizado junto a varios movimientos sociales: la construcción del Foro Global Nyeleni por la Soberanía Alimentaria, a realizarse en 2025. Es un esfuerzo colectivo para ampliar y fortalecer la lucha por la soberanía alimentaria, en alianza con movimientos por la justicia climática, sindicatos, grupos feministas y organizaciones ambientales para afirmar propuestas compartidas hacia los cambios sistémicos que necesitamos (https://tinyurl.com/4yzc42am).

* Investigadora mexicano-uruguaya del Grupo ETC