Un cambio de paradigma a la guerra contra las drogas impuesta por EEUU

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Camilo Rengifo Marín

La Conferencia Latinoamericana y del Caribe sobre Drogas Para la vida, la paz y el desarrollo, reunió en Cali a representantes de 19 países de la región y a los mandatarios de Colombia y México, Gustavo Petro y Andrés Manuel López Obrador, en busca de alternativas a la fracasada guerra contra las drogas impuesta por Estados Unidos hace medio siglo,

Por años, los dirigentes latinoamericanos repitieron el discurso oficial de la guerra contra las drogas, sin confrontar a la Casa Blanca, la Unión Europea e incluso a lNaciones Unidas sin atreverse a contradecir la fallida política. “La llamada guerra contra las drogas ha fracasado, no sirve. Si la continuamos no vamos sino a sumar otro millón de muertos en América Latina, y vamos a tener más estados fallidos y quizás la muerte de la democracia”, alertó Petro.

Conferencia sobre drogas en Cali, el sábado 9 de septiembre.En la clausura el cónclave, Petro  expuso con claridad las realidades del tráfico y el consumo de estupefacientes, denunció los daños ocasionados por la política coercitiva y desenmascaró los mitos con que se ha prolongado una guerra que no sólo ha sido completamente inútil en su objetivo declarado de evitar que las drogas lleguen a las calles de Estados Unidos, sino que ha multiplicado los males que padecen los países latinoamericanos y caribeños.

Colombia es donde comienza este problema, que ahora es un problema americano en todo el sentido de la palabra, de las Américas, pero tenemos esa experiencia de 50 años, una experiencia sanguinaria y feroz y se empieza a repetir desde hace algunas décadas en otros países, como México. Por eso quizás el hecho de que sean Colombia y México los citantes de esta reunión, tiene un sentido, un valor en el planeta Tierra, en la humanidad, señaló Petro.

Alegó que “Nos da miedo decir que ustedes, que tienen la mayor parte de consumidores de esas drogas, están equivocados”. Insistió en la idea de que la guerra tradicional contra las drogas que impuso a finales del siglo pasado EEUU provocó la muerte de un millón de personas en el continente, en tanto que 10 millones han sido detenidas en EEUU por delitos ligados a éstos, en especial afrodescendientes y latinos.

“Nuestro silencio estos 50 años fue cómplice en un genocidio en nuestro países porque eso es lo que provocó la política oficial de guerra contra la drogas en nuestra América Latina”, dijo, tras hacer un llamamiento los países de la región a tomar unas posiciones “sin miedo y sin temor” y no repetir “los discursos del poder mundial”.

Resaltó que la región ha puesto un millón de muertos para que “los funcionarios de Washington evadan sus responsabilidades dentro de sus fronteras y los druglords de ese país disfruten impunemente sus riquezas mientras en el sur cientos de vidas son segadas cada día para alimentar la insaciable voracidad de los habitantes de las naciones ricas por las sustancias sicoactivas que se producen aquí, y que se han convertido en un negocio billonario a raíz de un prohibicionismo arbitrario y contraproducente”.

Por su parte, López Obrador consideró que para enfrentar “el flagelo de la drogadicción y la violencia” se deben atender, principalmente, “las causas con un nuevo criterio, no pensar solo en medidas coercitivas”. Y remarcó: “Tenemos que poner por delante el criterio de que la paz es fruto de la justicia, tenemos que luchar primero contra la pobreza, contra la desigualdad. Para enfrentar el problema de la violencia hay que ofrecer empleos, buenos salarios, atender a los jóvenes, garantizarles la oportunidad de estudio, de trabajo”.

A este compromiso se sumaron representantes de otras 17 naciones, especialistas y líderes campesinos.En el nuevo paradigma frente las drogas y el narcotráfico, América Latina tiene que alzar la voz y hablar por sí misma, coincidieron los participantes.

Mientras, Petro y López Obrador sellaron su compromiso para que sus gobiernos innoven tácticas institucionales para enfrentar esta problemática a partir de una visión no militarista, sino de atención a las causas, impulso de políticas sociales, cuidado del medio ambiente y enfoque en el combate a la demanda antes que a la oferta.Autoridades desmantelaron laboratorio de drogas en Cali Colombia. En lo corrido del 2023 se han incautado cerca de mil quinientas unidades de fentanilo, que eran transportadas ilegalmente por el territorio nacional. Imagen de referencia: iStock

Lo más perverso de esa estrategia dirigida por instancias oscuras como la agencia antinarcóticos estadounidense DEA es que ha usado su aparato propagandístico para convertir a las víctimas en victimarios, para hacer pasar como culpables a quienes se integran a los escalones más bajos del narcotráfico movidos por el hambre y la falta de oportunidades.

Al culpar a las víctimas, se oculta a la sociedad el verdadero motor de la crisis de producción y consumo de sustancias adictivas: el modelo económico neoliberal que, en un extremo de la ecuación, eliminó las fuentes de ingresos de millones de campesinos y obreros, empujándolos a las redes del crimen; y, del otro, destruyó el tejido social, las redes de solidaridad.

La declaración final de la Conferencia de Cali representa un faro de esperanza para revertir las lógicas punitivas y neocoloniales, y construir una solución dialógica entre iguales, lejos de la tutela de poderes externos, agentes que sólo han profundizado las desigualdades de nuestras sociedades y les han impedido desarrollar soluciones verdaderas, basadas en el humanismo, la cooperación y el rechazo a la depredación disfrazada de competitividad.

Remarca que lo fundamental para enfrentar el flagelo de la drogadicción y de la violencia está en atender las causas, con un nuevo criterio, no pensar sólo en medidas coercitivas.

¿Cuál es el antídoto contra el consumo de drogas? El amor. Mire qué diferente el discurso oficial al que estamos pronunciando a sociedades que se van quedando sin amor, que van rompiendo las comunidades porque hay que competir y entonces ser el hombre y la mujer de éxito. Como le venden a uno eso en la cabeza con los medios de comunicación y la publicidad y el mercado alrededor del éxito de una persona, se van rompiendo las familias. Va apareciendo la soledad. La soledad aparece como el factor de mayor producción de consumo de drogas, aseguró Petro.

López Obrador lanzó una interrogante: ¿Qué hacen los jóvenes solos? ¿Qué no es importante el amor en la familia, el apapacho? Tenemos que fortalecer eso. Añadió que se debe contrarrestar la cultura del consumismo, materialista e individualista y llamó a los países de la región a actuar con humanismo y no dar la espalda ante la pandemia en que en EEUU se ha convertido el consumo de fentanilo, que deja cada año casi 100 mil jóvenes muertos.

Petro destacó que la política hegemónica oficial contra las drogas no apuesta a la disminución de la demanda, sino que se basa en atacar con armas, tanques, naves y miles de efectivos castrenses a la oferta. Sin embargo, remarcó, el fracaso del socialismo soviético evidenció que el mercado no puede ser eliminado por el Estado, ni por decreto ni usando fusiles, militares o naves.

¿Cómo es que aquí, en esta política de guerra contra la droga, nos dicen que el Estado puede acabar el mercado? ¿No es una contradicción?, planteó el presidente colombiano.

*Economista y docente universitario colombiano, analista asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)