Panorama Económico Latinoamericano- Del 10 al 17 de mayo de 2023

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Cumbre de Lula y Alberto Fernández: las claves del eterno déficit comercial con Brasil

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Marcelo Di Bari

En lo que va de 2023, el saldo comercial para Argentina es negativo en U$S 1.775 millones. Brasil quiere ofrecer financiamiento para asegurarse exportaciones y evitar que China le gane el mercado.

El mayor dinamismo de sus exportaciones volvió a favorecer a Brasil en el intercambio comercial con Argentina, de acuerdo a los números correspondientes al mes de abril. Según el informe elaborado por la Cámara Argentina de Comercio y Servicios (CAC), el saldo del mes pasado favoreció a los brasileños por U$S 776 millones y en el primer cuatrimestre del año ya suma U$S 1.775 millones.

De acuerdo a los datos de la CAC, las ventas desde Brasil a la Argentina crecieron 31% interanual en abril y sumaron U$S 1.665 millones. En sentido inverso, nuestro país vendió hacia su socio del norte bienes y servicios por U$S 889 millones, con una caída del 13,6%.

Las bajas en las exportaciones argentinas se explican por dos rubros clave: vehículos automóviles de pasajeros y trigo y centeno no molidos. En sentido contrario, Brasil intensificó sus envíos de vehículos, autopartes, soja, tubos de hierro y/o acero y sus accesorios y mineral de hierro.

“Brasil es el principal socio comercial de Argentina, relación que históricamente mostró saldos deficitarios debido a que las importaciones desde aquel país suelen ser estratégicas para nuestro tejido productivo”, detalló la Cámara al presentar los datos de abril.

Contactos en Brasilia

El superávit obtenido en el intercambio comercial es uno de los determinantes de la negociación llevada a cabo en Brasilia entre los presidentes Lula da Silva y Alberto Fernández. Los anfitriones tomaron una decisión estratégica: intensificar los esfuerzos para brindar financiamiento a sus exportaciones, de manera de asegurarse que Argentina pueda continuar comprando sus productos a las empresas brasileñas.

La explicación corrió por cuenta del viceministro de Economía brasileño, Gabriel Galípolo. «Estamos proponiendo la creación de una financiación a las empresas brasileñas que venden a la Argentina. Tenemos 210 empresas que comercian con ese país, principalmente en valores industriales, con más valor agregado», dijo el funcionario a la cadena de noticias Globonews.

Al gobierno de Lula también le preocupa la potencial pérdida de mercados a manos de China, que en los últimos años incrementó sus inversiones en la Argentina en algunos rubros estratégicos. «En los últimos cinco años, debido a la falta de mecanismos de Brasil para financiar las exportaciones brasileñas y las importaciones argentinas, hemos perdido aproximadamente U$S 6.000 millones de espacio en la balanza comercial con Argentina”, dijo Galípolo.

Y profundizó: “China ha estado proporcionando mecanismos de financiación en medios alternativos de pago, como swap, o dando crédito al exportador”.

Para el gobierno argentino, la ambición pasa por conseguir en el corto plazo que se habilite el comercio en moneda local sin usar dólares, divisa escasa para el Banco Central. Ese tema quedó instalado en la agenda entre el ministro de Economía, Sergio Massa, y su par Fernando Haddad, para continuar su tratamiento en próximas reuniones.

Tendencia al déficit comercial

En líneas generales, el comercio entre ambos países fue deficitario para la Argentina en 19 de los últimos 30 años. A las cuestiones productivas se sumaron también distorsiones cambiarias que en gran parte de ese período favorecieron la importación a precios accesibles para el mercado local.

A ello se sumó la buena tasa de crecimiento de las exportaciones brasileñas, que de acuerdo a la plataforma OEC (Observatorio de Complejidad Económica), especializada en comercio internacional, fueron incrementándose a un promedio de 4,71% anual entre 1995 y 2021. El perfeccionamiento de los acuerdos de producción e integración automotriz, cuyos resultados de intercambio casi siempre son favorables a la industria brasileña, contribuyó a ese ritmo ascendente.

De acuerdo a las estadísticas del Indec, en 2022 Brasil fue el principal mercado de las exportaciones argentinas, con ventas por U$S 12.665 millones y una participación del 14,3% sobre el total. Ese destino superó ampliamente a China y Estados Unidos, que siguieron en el listado.

En cambio, en la tabla de las importaciones, desde Brasil llegaron bienes y servicios por U$S 16.030 millones, lo que lo dejaron como segundo proveedor en importancia detrás de los chinos. Al cabo del año, el superávit bilateral en favor de Brasil fue de U$S 3.365 millones. Ese país fue el origen y el destino de más del 80% del comercio que Argentina realizó en el marco del Mercosur.

Si la relación con Brasil es importante para la Argentina, en sentido inverso también ocurre lo propio. De acuerdo a las estadísticas oficiales del vecino país, en abril último Argentina fue el tercer mayor comprador de sus productos, detrás de China y Estados Unidos. También fue el cuarto mayor proveedor, superado por los citados dos países y también por Alemania.

 

¿Desdolarización o dolarfobia?: ambas

Alfredo Jalife-Rahme

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La militarización del dólar y sus letales sanciones, que han orillado a la multipolaridad de las divisas –encabezadas por dos prominentes bloques, los BRICS Plus y la OPEP Plus–, desembocaron en la dolarfobia, que es más grave que la desdolarización per se.

EU militarizó al dólar contra los pletóricos países sancionados, mientras que los BRICS Plus geopolitizaron la desdolarización que desembocó en la dolarfobia.

George Lei, Tania Chen y Jacob Gu exponen en Bloomberg –vinculado a los globalistas neoliberales y al megaespeculador George Soros– que “China lleva al yuan a escala global en un intento de repeler al dólar militarizado” cuando “una serie de nuevos arreglos promueven a la divisa china conforme los riesgos geopolíticos se derraman a las finanzas internacionales (https://bloom.bg/3B1mKYy)”.

Los tres reporteros colocan en relieve los nuevos acuerdos vinculados al yuan que “se extienden desde Rusia y Arabia Saudita hasta Brasil y aún con Francia”.

Si bien es cierto que EU permanece como el “claro hegemón financiero”, tales movimientos “ayudan a China a tallarse un mayor lugar en el sistema financiero internacional”.

Aducen que las “severas sanciones contra Rusia revelaron la nueva (sic) voluntad de EU de militarizar al dólar”, lo cual ha sido más perjudicial que la promoción del yuan chino como “un polo alternativo para las finanzas, comercio y empréstitos (sic)”.

Según el think tank CEPR, con sede en Washington, en su publicación Las consecuencias humanas de las sanciones económicas: ¡casi una tercera parte (¡mega-sic!) de la economía mundial es sujeta a las sanciones de EU! (https://bit.ly/3NIrgT2).

La triada de Bloomberg arguye que el uso del yuan “en contratos para todo, desde petróleo al níquel, ha tomado velocidad, con la triplicación de su participación en las finanzas globales desde el fin de 2019”, lo cual “se ha agregado debido a las sanciones que atraparon a Moscú” y “cuya consecuencia ha sido el surgimiento de 32 veces (¡mega-sic!) el pago de las exportaciones rusas el año pasado”.

La triada de marras relata cómo el yuan ha iniciado su odisea global cuando las primeras visitas de Xi Jinping fueron con sus principales abastecedores de energía, Arabia Saudita y Rusia –sin contar las visitas de Lula y Macron a Pekín, que dieron pie a nuevos acuerdos comerciales donde brilló intensamente el yuan, además de la iniciativa pacífica de China en reconciliar a dos potencias energéticas del Medio Oriente: Arabia Saudita e Irán.

En contraste, a EU “se le multiplicaron los puntos candentes desde pleitos sobre globos espías hasta la tecnología de los semiconductores”.

La triada reconoce que existe “preocupación entre algunos (sic) países secuestrados al dólar y al euro”, lo que aprovechan Rusia y China para brincar la cárcel de la plataforma internacional de pagos Swift con sus propias plataformas todavía embrionarias: MIR y CIPS (https://bit.ly/3pciene).

En otro artículo, Shawn Donnan y Tom Hancock, de Bloomberg (https://bloom.bg/4188S9u), exhiben que China sola ha otorgado empréstitos a 22 (sic) países emergentes (sic) por 185 mil millones de dólares de 2016 a 2021 –¡en cuyo mismo periodo el FMI desembolsó la cifra inferior de 144 mil millones!–, lo cual favorece la internacionalización del yuan.

China ostenta el primer lugar en las mayores reservas de divisas y oro (¡sin contar su territorio autónomo de Hong Kong, con casi 500 mil millones de dólares!), frente a EU: cuarto lugar con 716 mil millones (https://bit.ly/41aFpf3).

Justamente Jim O’Neill, quien acuñó el término de BRICs, comenta que un yuan totalmente internacional “no sucederá al menos que China permita mayor libertad de su divisa tanto en inversiones internas como foráneas”.

La triada señala que el yuan “no es totalmente convertible” y que existe “control de los flujos de capital en China (a mi juicio, por temor a los desregulados capitales golondrinos al estilo argentino).

El célebre mercader monetarista Stephen Jen aduce que “existe ahora una guerra de desgaste entre EU y China, en inversiones y finanzas”.

 

Uruguay: 1, 2 y 3, la deuda otra vez

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Gabriela Cultelli

Nuestra historia nos habla de este flagelo que en épocas del Capital financiero y en el mundo ha tomado ribetes más que opresores y trágicos, en tanto que forma de Capital, sobre todo para los países del mundo subdesarrollado, como el nuestro, aunque no solamente. Hasta que no podamos recrear formas propias de financiamiento, pensando en clave regional, no podremos conseguir un proceso real de soberanía, por más que algún grado en ello se alcanzó al abandonar al FMI, sus cartas de intención y condicionamientos cruzados en épocas de la primera ola progresista.

La parte descriptiva del análisis de deuda se hace entonces más importante para Uruguay en estos tiempos, es como un llamado de atención permanente en tanto que condiciona, al menos en el mediano plazo, nuestra capacidad de decisión en términos de política pública, de política económica.

Este artículo intentará mostrarles algo sobre estos problemas.

El gráfico 1, muestra la evolución de la Deuda Bruta Pública en porcentaje del PBI. Antes de comentar algunos episodios en la historia de los 23 años allí reflejados (1999-2022), conviene precisar que es este indicador el que realmente refleja lo comprometido o no de la cuestión, en tanto que relaciona el total de Deuda con el PBI, o sea con los valores que el país produce, que de hecho son manifestación indirecta de su capacidad de pago. Aunque muy reducido y burdo, pues la realidad económica es mucho más compleja que el desenvolvimiento de un individuo y lejos esta de una sumatoria de todos los que coexisten, tal vez una idea da el simple ejemplo de que no es lo mismo endeudarse por $50 si Ud. gana $100 que si gana $200.

Visto el gráfico, señalamos 3 cosas: La primera (circulo verde) el lector podrá fijarse en qué tamaño proceso de endeudamiento nos sumió la crisis del 2002 ante la caída brutal del denominador de esta relación, el PBI. La segunda, el proceso de desendeudamiento notorio dado el aumento de nuestra capacidad de pago durante el período frentista (no por disminución de deuda, si no por crecimiento mayor del PBI). La tercera, señalado con flecha amarilla, aparecen 2 cosas, una vinculada al nuevo gobierno a partir del 2020 y la otra el punto alto por la crisis sanitaria, luego baja la relación Deuda/PBI, pero con un PBI creciente y mayor al de 2019 (quedó al nivel de 2005), relación que está lejos aún de alcanzar los niveles frenteamplistas. ¿No era que tanto criticaban al Frente Amplio al respecto?

Esta es la primera advertencia que señalamos para continuar observando, ahora que se viene el año electoral y que posiblemente gasten “lo que no tienen” y por tanto la deuda siga creciendo por encima del PBI, en momentos donde el producto se proyecta a tasas bajísima de incremento, mostrando los primeros síntomas críticos.

La deuda bruta pública creció un 28% medida en dólares corrientes entre 2019 y 2022, lo que hace que, si para el 2019 era un 66% del PBI, para el 2022 fuera de un 74% (8 puntos porcentuales más).

La Deuda Neta Pública a su vez se incrementó en un 49%, medido también en dólares corrientes. Este mayor aumento llevó a la Deuda Neta de ser en 2019 un 33% del PBI a ser en el 2022 un 43%, con preocupante evolución año tras año, según indica el cuadro 1, en tanto que pasada la pandemia (crece hacia el 2020 y disminuye hacia el 2021) vuelve a crecer más aceleradamente hacia el 2022, con crecimiento del PBI como dijimos antes (o sea, no justificado por una baja del PBI, sino por un crecimiento de la propia deuda neta).

La Deuda Neta es el resultado de restar a la Deuda Bruta las reservas internacionales. Sabemos que creció la deuda bruta y ¿qué pasó entonces con las reservas internacionales? Estas descendieron en U$S 1.480 millones entre 2019 y 2022. Los activos de reserva cayeron hacia el 2020 y 2021 para recuperarse en U$S970 en el 2022.

Veamos ahora algunas características de ese endeudamiento.

La pesificación de la deuda continuó su rumbo, obviamente respaldada por un proceso de desvalorización del dólar (atraso cambiario). Por otra parte, el 85% de la deuda bruta es con acreedores privados, y de ello, más del 90% con OIF (mayoritariamente AFAPs), o sea, dicho de otra manera, el 77% de la deuda Bruta Pública total (con privados y con instituciones públicas) principalmente es con AFAPs, participación que permanece más o menos estable desde 2014. En otro orden y observada por instrumento de deuda, más del 80% de la misma son títulos públicos.

 

México: mujeres toman fuerza en el trabajo del hogar remunerado

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Clara Zepeda

En 2023, la fuerza laboral femenina que cuida de las personas, limpia sus casas, prepara sus alimentos y tiene su ropa limpia está tomando cada vez más puestos remunerados. De acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), cerca de 2.43 millones de personas tienen un trabajo doméstico remunerado en marzo del presente año, lo que representa 5.97 por ciento más respecto al cierre de 2022 (136 mil 597 puestos).

El trabajo doméstico remunerado en mujeres aumentó 136 mil 211 puestos en marzo de 2023, comparado con diciembre del año pasado. La ocupación de los hombres aumentó 386 plazas en el periodo de referencia.

Según datos de la ENOE, en marzo de 2020, antes de que la pandemia afectara el mercado laboral, había alrededor de 2.3 millones de personas en el trabajo del hogar. Para el tercer mes de 2022, fueron 2.41 millones; en marzo de 2023, 2.43 millones. En diciembre pasado se contabilizaron 2.3 millones.

Casi tres años después, la encuesta estimó que más de 2.4 millones de puestos de trabajo ocupados en este sector. En este periodo las trabajadoras del hogar en México conquistaron derechos que les habían sido negados, como la seguridad social obligatoria. No obstante, menos de 2 por ciento de ellas está inscrita en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).

El trabajo remunerado en hogares, en el que se emplean mayoritariamente mujeres, fue uno de los más golpeados por la pandemia y con más lenta reactivación. En un año se incorporaron 49 mil mujeres al trabajo del hogar remunerado.

Ellas dedican 40 horas a la semana al trabajo no remunerado en comparación con 15.9 horas a la semana que dedican los hombres.

De acuerdo con la más reciente Cuenta Satélite del Trabajo No Remunerado de México, elaborada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), las tareas del hogar y de cuidados alcanzaron un valor económico de 6.8 billones de pesos. Las mujeres aportaron 2.6 veces que los hombres en ese renglón.

En los hogares, el sector informal es el de mayor población, con 16.6 millones; sin embargo, en los primeros tres meses del año, las mujeres han retrocedido 2 por ciento (140 mil 832 puestos). Y es que la mayoría del trabajo no remunerado en el país lo hacen las mujeres.

En la actualidad, y gracias a la ardua tarea de los movimientos feministas, se reconoce que las actividades que realizan cientos de mujeres y personas identificadas con este género limpiando sus hogares, cuidando de sus familiares u organizando las economías populares, también son trabajo.

 

Sector productivo ecuatoriano pierde millones por la inseguridad

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Lucía Vásconez

La inseguridad es uno de los mayores problemas que amenazan a los sectores productivos del país. En los primeros 110 días del 2023, se han registrado cientos de víctimas a manos de la delincuencia organizada en sectores de agricultura, ganadería, acuicultura y textiles. Además, han dejado millonarias pérdidas económicas.

Según datos de la Corporación de Gremios Exportadores del Ecuador (Cordex), presentados este jueves 20 de abril del 2023, diariamente se registran nuevas víctimas de asaltos a mano armada, extorsiones, secuestros e incursiones a predios. Los hechos en su mayoría no son denunciados por temor a represalias y “porque se ha perdido la confianza en la justicia para sancionar a los delincuentes”.

Solo en los gremios de camarón, banano, cacao y plátano suman casi 400 personas heridas en lo que va del año. Además, se registran 14 personas fallecidas y un perjuicio económico superior a los USD 2 millones. Las cifras se han duplicado y hasta triplicado en comparación con el mismo periodo del año pasado, sin contar los hechos que no se denuncian.

Inversión privada en seguridad

Según Cordex, el sector privado invierte anualmente más de USD 200 millones en sistemas de seguridad. Entre los que están la implementación de cámaras de video vigilancia, equipos de monitoreo, rastreo satelital, candados satelitales, escáneres, radios, guardianía, custodias móviles, entre otros, para intentar combatir la inseguridad; sin embargo, “la situación está fuera de control”.

“Exigimos que el Estado, en su conjunto, actúe combatiendo la delincuencia de manera frontal controlando las zonas de alta peligrosidad que se tienen perfectamente identificadas.  A este trabajo se lo debe acompañar de una correcta administración de justicia ya que no sirve de nada que la Policía capture a los delincuentes y la función judicial los absuelva, poniendo en riesgo a las víctimas que se atrevieron a denunciar. Ya no queremos más víctimas que lamentar”, señaló José Antonio Camposano, presidente de Cordex.

La Corporación de Gremios Exportadores del Ecuador agrupa a los sectores de camarón, banano, cacaotero, textil, ganadero, entre  otros, y representan el 75% de las exportaciones, no petroleras y no mineras.

 

Deuda pública argentina creció 23 % y alcanza los U$S 400.000 millones

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El último informe de la Secretaría de Finanzas muestra un crecimiento total de la deuda pública de 23 % en lo que va del Gobierno del Frente de Todos. Es necesario desconocer la estafa de la deuda y rechazar el acuerdo con el FMI.

En marzo de 2023 el stock de deuda bruta ascendió a un monto
total equivalente a U$S 397.788 millones, según informó la Secretaría de Finanzas, dependiente de la cartera de Economía que conduce Sergio Massa. Casi la totalidad de la misma (99,4 %) se encuentra en situación de pago normal.

De esta forma, en comparación con el stock de deuda a diciembre de 2019, cuando alcanzaba a U$S 323.065 millones, en los últimos tres años la deuda bruta creció un 23 %, a pesar de los pagos realizados. El informe muestra también dos tercios de la deuda se encuentra en moneda extranjera (67 %), en tanto que el 33 % de la deuda en situación de pago normal es pagadero en moneda local.

La vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner había calificado de «descabellado» el préstamo del FMI otorgado a la Argentina durante la gestión de Mauricio Macri, pero no puso en cuestión que dicha deuda se siga pagando.

Dijo que “descabellado fue haberle dado un préstamo político por 45.000 millones de dólares al gobierno de Mauricio Macri para que ganara las elecciones como reconocieron de los dos lados del mostrador, Mauricio Claver Carone, ex Presidente del BID y Carlos Melconian, ex Presidente del Banco Nación”.

Cuando asumió Néstor Kirchner la deuda pública era de U$S 145.000 millones y pasó a U$S 223.000 millones cuando terminó la gestión de Cristina. En todos esos años se pagaron más de U$S 200.000 millones, a decir de la propia Cristina Kirchner, fueron unos verdaderos «pagadores seriales», pero la deuda no dejó de crecer.

Millones de recursos que se destinaron a los especuladores y al capital financiero con dinero de la Anses (plata para los jubilados), reservas del Banco Central y fondos del Banco Nación.

En marzo de 2022 el gobierno del Frente de Todos reestructuró la deuda con el FMI, avalando la estafa del macrismo y sometiendo a la clase trabajadora a una nueva hipoteca, impagable y con fuertes condiciones.

La promesa oficial era que la economía se tranquilizaría. Sin embargo, eso no sucedió con la renuncia de Guzmán volvieron las corridas cambiarias y la inflación se aceleró. Además, el Gobierno ajustó a los jubilados, recortó partidas sociales, y el poder de compra de los salarios siguió perdiendo, sin recuperar todo lo perdido durante el macrismo.

La situación social no deja de agravarse y los grandes empresarios y la derecha presionan por una devaluación y se preparan para aplicar un mayor ajuste. Es necesario poner en debate la deuda externa ilegítima e ilegal, para salir de la decadencia nacional y evitar una nueva catástrofe para el pueblo trabajador. Con la movilización y un programa de otra clase, que incluye el rechazo al acuerdo con el FMI y el desconocimiento soberano de la deuda.

 

Análisis del panorama internacional

Estados Unidos renuncia al libre comercio

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Roberto Pizarro Hofer*

En un reciente discurso, Jack Sullivan, asesor de Seguridad Nacional del presidente Biden, sistematiza la nueva política comercial del gobierno norteamericano. Da por terminados los tratados de libre comercio y propone un “Nuevo Consenso de Washington” (On Renewing American Economic Leadership, Brookings Institution, 27 abril, 2023)

Según Sullivan “…los recortes fiscales, la desregulación, la privatización a expensas de la acción pública y la liberalización” han resultado un fracaso. Agrega que también fue un error “…el supuesto dominante que el crecimiento basado en el comercio sería un crecimiento inclusivo, es decir, que las ganancias del comercio acabarían por repartirse ampliamente entre las naciones”.

El discurso de Sullivan quema todo lo que los gobiernos norteamericanos adoraron durante treinta años, entre otras cosas los tratados de libre comercio, para impulsar nuevas políticas en el plano interno e internacional.

El cuestionamiento de Sullivan al neoliberalismo y al libre comercio no resulta ingenuo, sino apunta a la defensa de los intereses estratégicos de su país, que se consideran vulnerados por el creciente poderío económico chino.

Ello explica la preocupación central de los Estados Unidos de reindustrializar la economía, mediante políticas proteccionistas.

En efecto, en su discurso a la Unión del pasado febrero 2023, el presidente Biden declaró: “Compraremos productos estadounidenses para asegurarnos que todo, desde la cubierta de un portaaviones hasta el acero en las barandillas de las autopistas, se fabriquen en los Estados Unidos en lugar de confiar en las cadenas de suministro extranjeras”.

Y, muy especialmente, el gobierno norteamericano intenta alcanzar hegemonía en la producción de semiconductores, porque sólo fabrica alrededor el 10% de los semiconductores del mundo, y la producción de chips más avanzados se concentra geográficamente en otros lugares.

Por otra parte, EE.UU. sólo produce el 4% del litio, el 13% del cobalto, el 0% del níquel y el 0% del grafito necesarios para satisfacer la demanda actual de vehículos eléctricos. Mientras tanto, más del 80% de los minerales críticos son procesados por China.

Así las cosas, Jack Sullivan señala que la nueva estrategia comercial de los Estados Unidos apunta a “…ir más allá de los acuerdos comerciales tradicionales para construir nuevas e innovadoras asociaciones económicas internacionales centradas en los retos clave de nuestro tiempo” Y, por cierto, el acceso a los recursos naturales, en particular el litio está en el centro de sus preocupaciones.

La intervención del asesor de Seguridad Nacional es consistente con la Jefa del Comando Sur de los Estados Unidos, Laura Richardson quien, en entrevista con el Atlantic Council, destacó la prioridad de la región latinoamericana para los Estados Unidos, por sus ricos recursos naturales, en particular el litio. “El 60% del litio del mundo se encuentra en el triángulo Argentina, Bolivia y Chile” (Viral, 23-01-2023).

Fue categórica al señalar que: “América Latina es importante, porque está llena de recursos y me preocupa la actividad maligna de nuestros adversarios que se aprovechan de ella” (en el medio Then 24, reproducido por Bio Bio.cl, 14-03-2023).

Así las cosas, la “Inflation Reduction Act” (IRA), a diferencia de lo que piensa el embajador de Chile en EE.UU. Juan G. Valdés, no constituye un estímulo al comercio y tampoco es funcional al TLC suscrito entre Estados Unidos y Chile (DF, 25-04.2023).

En efecto, los créditos fiscales a las fábricas de microchips y las ayudas directas a los compradores de autos eléctricos, contenidos en la IRA, atentan contra las reglas de la Organización Mundial del Comercio (OMC) y reflejan un proteccionismo industrial, que suponen una amenaza para todas aquellas empresas de origen no estadounidenses. Representa, entonces, una renuncia a las normas de competencia que rigen el libre mercado, las que, por cierto, vulneran los compromisos contenidos en el TLC de Chile con EE.UU.

La IRA y el neoproteccionismo declarado por Biden no significan, como cree el embajador Valdés, “una especie de visa waiver” para el TLC Chile-EE.UU. Por el contrario, ese camino fácil para las visas se encuentra muy lejano del comercio protegido, que inaugura el actual gobierno de los EE.UU. Así, la vulneración al mercado libre y transparente obligará a nuestro país a renegociar los términos contenidos en el TLC o nuestro país tendrá que atenerse a una inaceptable asimetría.

El discurso de renuncia al libre comercio de Sullivan y la política del presidente Biden de reindustrializar la economía, constituyen una modificación radical de las reglas del juego que impuso Estados Unidos desde hace 30 años y que multiplicó los TLC en todo el mundo. Ahora, Biden está siguiendo la estrategia del expresidente Trump: no más globalización; no más libre comercio, fundamento de la consigna “Make America Great Again”

Finalmente, en el caso particular del litio chileno, que provoca interés en variados actores internacionales, las empresas norteamericanas no tendrán ningún privilegio: deberán subordinarse al interés de Chile que buscará aquellos socios- ya sea de Occidente u Oriente- que ofrezcan las mejores condiciones de transferencia de tecnología, agregación de valor y ganancias exportadoras.

*Economista, con estudios de posgrado en la Universidad de Sussex (Reino Unido). Investigador Grupo Nueva Economía. Fue decano de la Facultad de Economía de la Universidad de Chile, ministro de Planificación durante el gobierno de Eduardo Frei Ruiz-Tagle (1994-2000), embajador en Ecuador y rector de la Universidad Academia de Humanismo Cristiano.