Alerta roja: Trump y Biden amenazan con ser candidatos en 2024
Álvaro Verzi Rangel
Aunque usted no lo crea, Donald Trump y Joe Biden, los viejos contrincantes entraron en campaña dos años y medio antes de los comicios presidenciales en Estados Unidos. El republicano quiere presentarse para evadir a la justicia mientras el demócrata se toma como una ofensa y una deslealtad las insinuaciones de que no está preparado para presentarse y ganar en las urnas llegado el momento, cuando tendrá 81 años, frente a los 78 que habrá cumplido su potencial adversario.
Con esta nueva candidatura Trump podría revivir su revancha contra Biden, cuya victoria en 2020 nunca reconoció y quien también tiene la intención de postularse. Será un duelo de gerontes, ridiculiza en televisión George J, Burkley.
“Hace dos años, cuando dejé el cargo, el país estaba listo para su edad dorada”, dijo. “Ahora somos una nación en caída”, planteó Trump en su discurso, citando las altas tasas de inflación que sufre actualmente el país y la violencia que deja a “las calles empapadas de sangre de las que alguna vez fueron grandes ciudades”.
“Para hacer que América vuelva a ser grande y gloriosa, esta noche anuncio mi candidatura a la presidencia de Estados Unidos”, arengó Trump. Mientras anunciaba su postulación, el presidente Joe Biden tuiteaba desde Bali, Indonesia: “Donald Trump le falló a Estados Unidos”.
Con elecciones nacionales cada dos años, la campaña parlamentaria nunca se detiene. Asimismo, los presidentes son elegidos cada cuatro años, pero su período más productivo es generalmente los primeros 100 días en el cargo. Lo cierto es que el pueblo estadounidense está frustrado. Las elecciones de noviembre tenían un candidato tácito, la democracia estadounidense, tras dos años de implacables ataques a las tradiciones democráticas.
En agosto, el Pew Research Center informó que los votantes están cansados de peleas políticas mientras que algunos de los problemas más apremiantes del país se convierten en crisis. Ninguno de los partidos es muy popular entre el público y muchos cuestionan el sistema bipartidista, encontró Pew.
Gallup descubrió en septiembre que el 75 por ciento de los estadounidenses mayores de 18 años desaprueban la forma en que el Congreso está haciendo su trabajo, y esa fue su calificación más positiva del año. El New York Times informó que seis de cada 10 personas creen que la democracia estadounidense necesita una revisión completa. Las mayorías de casi todos los grupos demográficos e ideologías sintieron que el gobierno no está funcionando.
“El cinismo bipartidista de los estadounidenses sobre el gobierno señala un sorprendente cambio filosófico”, señaló el NYT. “Durante generaciones, los demócratas hicieron campaña con la idea de que el gobierno era una fuerza para el bien, mientras que los republicanos buscaban limitarlo. Ahora, según muestran las encuestas, se ha reducido el número de estadounidenses de ambos partidos que creen que su gobierno es capaz de responder a las preocupaciones de los votantes”.
El regreso
La realidad es que Trump dejó Washington sumido en el caos después de que sus simpatizantes asaltaran el Capitolio, pero continuó recaudando fondos y girando por todo el país. Antes del 8 de noviembre, Trump parecía destinado a aprovechar la derrota de los demócratas que auguraban las encuestas. Pero la supuesta ola roja republicana fue solo un espejismo mediático, ya que los demócratas conservaron el control del Senado, con derrotas de varios candidatos apoyados por Trump.
Trump conserva una innegable popularidad entre las bases, que acude en masa a los mitines. De hecho los sondeos lo siguen dando como ganador en unas primarias republicanas, pero los numerosos problemas legales del expresidente amenazan su carrera de vuelta a la Casa Blanca. Es perseguido por la justicia por haberse llevado documentos clasificados de la Casa Blanca, por intentar anular las elecciones en las que fue derrotado y por promover el asalto al Capitolio.
El exvicepresidente Mike Pence, que publicó este martes sus memorias en las que cuenta las presiones sufridas para no certificar los resultados de las presidenciales de 2020, se negó a pronunciarse sobre si Trump debería volver a presentarse. “Eso depende del pueblo estadounidense, pero creo que tendremos mejores opciones en el futuro”, dijo en una entrevista a la cadena ABC .
¿Democracia?
Ni a Trump ni a Biden, la democracia no les importa en absoluto; lo único que buscan es el poder. Para el caso de Trump, hay quienes creen que le sale mal la jugada y se va a su casa con el rabo entre las piernas… o acaba en una dictadura. Biden viene marcando récords: con la inflación y la gasolina por las nubes, sus índices de popularidad andan por los suelos. El 88% de los estadounidenses considera que el país va por mal camino, lo que marca un máximo histórico.
El magnate Trump trata de aprovechar la tormenta perfecta que azota a Biden, cuando sus principales iniciativas legislativas están paralizadas en el Senado, con un Tribunal Supremo de Justicia moldeado a imagen de su predecesor, que está imponiendo una agenda conservadora en temas como el aborto, el cambio climático o las armas.
Los asesores del expresidente calculan que si lanza ahora su carrera, podría alejar la posibilidad de una imputación por las revelaciones que la comisión bipartidista que investiga el ataque al Capitolio está sirviendo desde el Congreso al Departamento de Justicia, de momento, lento en tomar nota.
Mentir a la gente, manipularla, tratar de engolosinarla con trucos de feria mientras la vida de los ciudadanos se deteriora a ojos vistas, es peligroso. Hasta Abraham Lincoln lo sabía y dejó en claro que se puede engañar a muchos durante un breve tiempo, y también es posible engañar a unos pocos durante mucho tiempo. Pero es imposible engañar a todos durante todo el tiempo.
En mitad de ese panorama, Biden celebra cada gesto de lealtad como un triunfo: festejó el anuncio del senador demócrata Bernie Sanders (su más serio contrincante en las primarias en 2020, que llegaría a 2024 con 83 años) invitándolo a cenar en la Casa Blanca. Parece claro que necesita muestras de apoyo en un ambiente cada vez más incómodo. Mientras, la vicepresidenta Kamala Harris, de la que algo se esperaba, parece haber quedado sepultada debajo de los informes y los celos de Biden.
The New York Times señaló que medio centenar de miembros en activo del Partido Demócrata coincidieron en que mejor haría Biden era abstenerse de presentarse, mientras otro reportaje en la misma dirección, describía un “sentimiento abrumador de frustración” entre los suyos en el Congreso sobre el modo en el que está gestionando las múltiples crisis que se le amontonan. Todos coinciden que el casi octogenario debiera dejar paso a un político más joven y ágil, y sobre todo menos olvidadizo.
El gobernador de Illinois, J. B. Pritzker, dijo que ve “ciertamente posible” que Biden tenga que enfrentarse a un contrincante en las primarias demócratas de 2024. Quizá se referia a él mismo o a una serie de gobernadores de lugares que van de Nueva Jersey (Phil Murphy) a Míchigan (Gretchen Whitmer) o California, la patria del que parece el mejor posicionado: Gavin Newsom, quien ha dejado al descubierto sus ambiciones presidenciales.
Newson pagó una campaña publicitaria bajo el lema “La libertad está bajo ataque en su Estado” en las filiales de Fox News en Florida, para atacar en su territorio al gobernador republicano Ron DeSantis, principal contendor republicano a las aspiraciones de Trump.
Trump y su movimiento plantean nuevos desafíos a la rendición de cuentas, las elecciones libres y el estado de derecho, lo que marca el inicio de un nuevo período de agitación política. Hoy, un catálogo de confrontaciones lo está devolviendo al centro de la política estadounidense. Seguramente lo que trata es de profundizar la polarización en una nación ya profundamente dividida
Esas controversias también muestran que, dados los bucles legales y políticos abiertos que involucran al expresidente, una posible campaña presidencial de 2024 basada en sus afirmaciones de persecución política podría crear aún más agitación que sus cuatro años en el cargo.
El GOP (Partido Republicano) y el país quedarían mejor servidos si Trump cediera el campo a la próxima generación de líderes republicanos para competir por la nominación en 2024, opinó el Wall Street Journal en un editorial. El diario es parte del imperio del poderoso magnate de medios Rupert Murdoch, tambien dueño de Fox News, quien es clave en la dinámica política de la derecha estadounidense.
La influyente organización conservadora Club for Growth difundió una encuesta demostrando que el gobernador de Florida, Ron DeSantis, gozaría de mayor apoyo que el ex presidente en varios estados claves en el mapa electoral. Por ahora la negociación política más importante en la cúpula del Partido Republicano es sobre quién será el líder de la nueva, y muy escueta, mayoría republicana en la cámara baja,
El diputado Kevin McCarthy va ganando el apoyo de sus colegas, aunque necesitará una bancada unida para obtener los 218 votos requeridos para lograr ser presidente de la cámara baja en enero, lo que lo obligará a negociar con el ala ultraconservadora de su partido, a la cual tendrá que ofrecer algunos puestos de liderazgo en comités claves y programar votos sobre temas tan sagrados para la derecha como anular o limitar el derecho al aborto, defender lo que llaman derechos a las armas y medidas antimigrantes.
*Sociólogo venezolano, Codirector del Observatorio en Comunicación y Democracia y analista senior del Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)