Ya somos ocho mil millones de humanos, pero no todos comemos a diario
Maxime Doucrot
En una semana, el 15 de noviembre seremos 8.000 millones de personas en la Tierra, la mitad de los cuales no puede permitirse mantener una dieta saludable. Los expertos dicen que “no necesariamente” son demasiados habirantes y alertan más bien del excesivo consumo de los recursos en el lado más rico del planeta.
Se preocupan en menor medida de la sobrepoblación, con demasiadas personas y recursos insuficientes para que todos vivan dignamente. Los 8.000 millones de seres humanos ya están aquí y la población va a seguir creciendo, a 9.700 millones en 2050, según Naciones Unidas, dado el número de jóvenes.
Jennifer Sciubba, investigadora del centro de análisis Wilson Center, afirmó que es cómodo y perjudicial culpar a la sobrepoblación de la escasez de recursos y el calentamiento global, y no al comportamiento de los países ricos y sus modelos económicos. Aunque se producen alimentos suficientes para ocho mil millones de personas, 925 millones, el 11,7 % de la población mundial afronta niveles moderados o graves de insegurdiad alimentaria y más del 10% sufre desnutrición crónica.
El último informe de Naciones Unidas (2021) señala que la brecha de género en relación con la inseguridad alimentaria siguió aumentando: el 32 % de las mujeres del mundo padecía inseguridad alimentaria moderada o grave, en comparación con el 27,6 % de los hombres. Casi 4.000 millones de personas no pueden permitirse mantener una dieta saludable, lo cual refleja los efectos de la inflación de los precios de los alimentos al consumidor..
La ONU calcula que 45 millones de niños menores de cinco años padecían emaciación, la forma más mortífera de malnutrición, que aumenta hasta 12 veces el riesgo de mortalidad infantil. Además, 149 millones de niños menores de cinco años sufrían retraso en el crecimiento y el desarrollo debido a la falta crónica de nutrientes esenciales en su dieta, mientras que 39 millones tenían sobrepeso. Eran cifras de 2021, que se agravaron este año.
“Ocho mil millones es un hito capital para la humanidad”, dijo la jefa del Fondo de Naciones para la Población, la panameña Natalia Kanem, que se alegra del aumento de la esperanza de vida y de la caída de la mortalidad infantil y materna. “Sin embargo, me doy cuenta de que no todo el mundo lo celebra. Algunos están preocupados por la sobrepoblación, con demasiadas personas y recursos insuficientes para vivir”, agrega.
Joel Cohen, de la Universidad Rockeffeler en Nueva York, señala que la pregunta sobre la cantidad de personas que la Tierra puede aguantar es una pregunta con dos caras: las restricciones o los límites naturales y las decisiones que toman los humanos.
Esas decisiones hacen que se consuman muchos más recursos biológicos (bosques, peces, tierras…) de lo que el planeta Tierra puede regenerar cada año, y el excesivo consumo de energías fósiles, que generan cada vez más emisiones de CO2 responsables del calentamiento. En cuanto a los recursos, se necesitarían 1,75 planetas Tierra para satisfacer las necesidades de la población de manera sostenible, según la ONG Global Footprint Network y el WWF.
En el caso del clima, el último informe de los expertos de la ONU señala que el crecimiento de la población es uno de los motores mayores del alza de las emisiones de gases de efecto invernadero, pero menos que el crecimiento económico. “A menudo, somos estúpidos. Nos ha faltado visión. Somos glotones. Es ahí donde radica el problema y las decisiones”, dice Cohen, que insta a que no consideremos la humanidad como una “plaga”.
“Nuestro impacto en el planeta está determinado más por nuestro comportamiento que por la cantidad” de gente, dice por su parte Jennifer Sciubba, investigadora del centro de análisis Wilson Center. “Es cómodo y perjudicial seguir culpando a la sobrepoblación” en lugar de cambiar el comportamiento de los países ricos.
*Analista económica francesa de la Agencia Latinoamericana de Información y Análisis-2 (Alia2), asociada al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE)